Patinado 
  
Llegado este momento, se lavará con agua y jabón nuestro trabajo frotando suavemente con una esponja para eliminar las impurezas del estaño y el agua de soldar. 
 Una vez que el trabajo está perfectamente limpio y seco, aplicamos pátina a todas las soldaduras y remates metálicos. Estos rápidamente adquieren un tono negro.  
Los remates metálicos se frotan previamente con estropajo de aluminio para que la pátina penetre perfectamente. 
 Pasados unos quince minutos, volvemos a lavar el trabajo, dejando caer el agua sobre éste con relativa fuerza para que arrastre la pátina de las piezas de vidrio.
  
 A continuación, con un trapo limpio, se van secando las piezas una a una, sin tocar las soldaduras y remates metálicos patinados para conseguir una total limpieza del vidrio. 
 Transcurridas unas horas, rociamos las soldaduras, remates metálicos y piezas de vidrio con un barniz de terminación con el fin de que las zonas patinadas adquieran un agradable brillo y fijeza sin perjudicar al vidrio.
  
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