CARACTERÍSTICAS
HISTORIAL
La construcción de este buque, de acuerdo con los planos que diseñó el ingeniero Estanislao Tintoré, fue contratada a los astilleros Cantieri Navale Triestino de Monfalcone (Italia), siendo la construcción 206 de los mencionados astilleros. El día 8 de junio de 1929 se procedió a su botadura con el nombre de Infante D. Jaime, en una ceremonia en la que actuó de madrina la señora Mercedes Garzolini, quien escribió la siguiente dedicatoria expuesta en el salón de Primera Clase:
“Dichoso buque que naciste destinado a ser guión entre nuestra amada España y las islas risueñas donde se perpetúan las hazañas y las bellezas de la Patria, yo te bautizo con el nombre de Infante D. Jaime.
Mis votos te acompañen para que las aguas que has de surcar jamás se alboroten y para que tu pujanza sea digna del apuesto Príncipe, cuyo es tu nombre; e invoco a favor tuyo la bendición del Cielo y la valentía de los hombres que te han de guiar, en la seguridad que el amparo de la invicta bandera roja y gualda tu navegación será siempre apacible y afortunada. Que la suerte de tus armadores vaya aumentando al unísono con los de este Astillero que te dio forma y vida y que la unión de los nombres Trasmediterránea-Cosulich forje un nuevo vínculo de amistad en las relaciones entre España e Italia.
Y así Dios que me oiga."
Era un buque de elegantes líneas marineras, bien proporcionado, con una chimenea de diseño muy acoplado a su estructura, y propulsado por dos motores Diesel Burmeister & Wain que le proporcionaban una velocidad de 17,5 nudos.
El 30 de agosto de ese mismo año se realizaron las pruebas oficiales en aguas de Trieste y, una vez finalizadas las mismas, el buque fue entregado a sus propietarios. Ese mismo día, al mando del capitán Antonio Dezcallar Montis y con Bernardo Seguí como primer maquinista, zarpó de Monfalcone rumbo a Barcelona, a donde arribó el 4 de septiembre quedando atracado en el Muelle España. Al día siguiente se realizaron nuevas pruebas oficiales y en la noche del día 7 inició su viaje inaugural rumbo a Valencia, en cuyo puerto embarcaron para Palma el propio infante Don Jaime de Borbón, cuyo nombre ostentaba la motonave, y el presidente del Gobierno, Miguel Primo de Rivera, marqués de Estella. En la noche del día 8 se hizo a la mar con destino a Palma, llevando a bordo a los ilustres pasajeros. El infante Don Jaime escribió en el libro de honor del buque la siguiente dedicatoria: “Al abrir este libro de firmas del primer buque bautizado con mi nombre, en mi primer viaje en que, representando a mi padre el Rey, me ha conducido a Baleares, a cuya línea se destina, quiero consignar mi sincero deseo de que sea feliz en todas sus travesías y enaltezca y honre el pabellón que abandera”.
Al amanecer del día 9, los vapores de la Compañía Trasmediterránea salieron del puerto, abarrotados de público, para recibir a los egregios viajeros. Salió en primer lugar el Ciudad de Palma(llamado después Ciudad de Alcudia), siguiéndole el Bellver, el Rey Jaime I en el que embarcó la banda de música de la Cruz Roja, y por último el Rey Jaime II, que llevaba la banda de música La Aldeana.
Al llegar a la altura del cabo de Calafiguera, en el horizonte se divisó la silueta del Infante D. Jaime, que al encontrarse a su altura atronaron el aire con sus sirenas, dirigiéndose todos al puerto mallorquín. A primera hora de la madrugada del día 12 salió con los ilustres viajeros con destino a Mahón, y de allí a Ibiza, adonde llegó el día 13 a las 11.30 horas, partiendo a medianoche con destino a Barcelona.
A partir del día 16 quedó adscrito a su servicio de correo marítimo, alternando con el vapor Rey Jaime I hasta que en abril de 1930 se produjo la incorporación de su gemelo Príncipe D. Alfonso. El buque Infante D. Jaime alternó la línea regular con varios viajes de turismo, entre los que destaca uno realizado a Rosas el 22 de abril de 1930, y otro a Formentor el 27 de julio del citado año, con salida desde Barcelona y 500 pasajeros a bordo.
Con el advenimiento de la Segunda República en abril de 1931, fue rebautizado Ciudad de Barcelonay su gemelo Príncipe D. Alfonso con el de Ciudad de Palma. A partir de entonces, alternó la línea de Baleares con la de Canarias, con escalas en Cádiz, Santa Cruz de La Palma, Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria. El 18 de julio de 1936 llegó a Palma procedente de Barcelona y por la noche salió nuevamente con destino a la Ciudad Condal con un elevado número de pasajeros que embarcaron para asistir a la Olimpiada Internacional que se estaba celebrando en la capital catalana. A primera hora de la mañana el día 19, al enfilar la dársena del puerto de Barcelona, con intenso tiroteo en plena evolución, este buque hizo rumbo nuevamente a Mallorca, navegando con normalidad.
Cuando estaba próximo a la isla de la Dragonera recibió por radio del Ciudad de Tarragona la noticia de que en Mallorca también había estallado la revolución, por lo cual desvió nuevamente su rumbo a Barcelona y al llegar al antepuerto su capitán decidió refugiarse en Tarragona donde fue incautado por las autoridades locales.
Luego participó en las operaciones de transporte de tropas a Ibiza y, en agosto de 1936, en el desembarco de la costa de Mallorca, efectuando, según parece, tres viajes desde Barcelona, así como alguno en la retirada de las fuerzas de Bayo. En octubre de ese mismo año realizó un viaje a varios puertos rusos del Mar Negro y a continuación, otros a Marsella y Argel para el transporte de voluntarios de las Brigadas Internacionales.
En uno de esos viajes, cuando navegaba desde Marsella a Valencia, a la altura de cabo Creus, y al mando del capitán Francisco Nadal, fue divisado por el submarino General Sanjurjo, con base en Sóller, y al mando del Capitán de Corbeta Pablo Suances Jaudenes. Este submarino, cedido por el gobierno italiano, era un buque ultramoderno, bautizado con el nombre de Torricelli tres años antes, estaba bien armado y era potente y veloz.
El submarino, a sabiendas de que el Ciudad de Barcelona iba desarmado, lo siguió tranquilamente y esperó el momento más idóneo para torpedearlo. Ese momento llegó a las seis de la tarde, frente a las costas de Malgrat. El capitán del Ciudad de Barcelona intentó una maniobra desesperada: embarrancar el barco en los fondos de Malgrat para salvar la tripulación y el pasaje. El General Sanjurjo lanzó un primer torpedo que falló, pero cuando el barco estaba sólo a unos cuatrocientos metros de la playa, le disparó un segundo torpedo que estalló en la sala de máquinas. El hundimiento fue casi inmediato. Se había abierto un boquete enorme y el barco escoró rápidamente y se hundió. Desde el momento de la explosión hasta que el mar se lo tragó transcurrieron unos dos minutos.
Algunas barcas salieron a recoger a los supervivientes, que fueron muy pocos, porque la rapidez del hundimiento determinó que el remolino de agua absorbiera a muchos de los que habían tenido la sensatez de arrojarse por la borda. El submarino siguió navegando en la superficie, y el primer torpedo acabó varando en Lloret de Mar.
El saldo de víctimas superó el de doscientos muertos, aunque algunas fuentes citan el de más de trescientos, entre los que se encontraba un grupo de aviadores extranjeros voluntarios que venían a servir en la zona republicana.
El Ciudad de Barcelona fue a apoyar dulcemente su quilla sobre un fondo de 30 metros.
A lo largo de los dos años que siguieron al naufragio, el mar iba desprendiéndose de cadáveres putrefactos. Algunos de ellos eran senegaleses.
El diario ABC, de Madrid, en su edición del 1º de junio de 1937, describía en estos términos el hundimiento del Ciudad de Barcelona:
“En el Ciudad de Barcelona iban 312 pasajeros. De la tripulación han desaparecido cuatro: dos maquinistas, un engrasador y un camarero. De los pasajeros sólo se han salvado 125. El torpedo entró por la bodega número tres y alcanzó a la línea de flotación. El buque se hundió en tres minutos. Al torpedeamiento siguió una fuerte explosión. El buque navegaba dentro de las aguas jurisdiccionales.
Uno de los hidros que escoltaban el buque amaró inmediatamente, consiguiendo salvar a parte de la tripulación, que se había arrojado precipitadamente al agua, mientras otros hidros persiguieron al submarino, orientándose por la estela del mismo y arrojándole gran cantidad de bombas, no pudiéndose precisar si fue alcanzado. Al darse cuenta de la catástrofe todo el personal marítimo de Malgrat y parte de los elementos oficiales de la población se lanzó al mar utilizando embarcaciones ligeras, logrando salvar a la mayor parte de la tripulación, que constaba de 60 personas, algunas de las cuales estaban heridas como consecuencia de la explosión. Han sido hospitalizadas unas en Calella y otras trasladadas a Barcelona, al Hospital General y Clínico de la Merced. De la tripulación hay cuatro desaparecidos. El buque lo mandaba el capitán D. Francisco Nadal, que es uno de los supervivientes de la catástrofe. El primer oficial fue salvado por un marino del buque náufrago en el momento que era arrastrado por éste al hundirse”. Hubo varios intentos para reflotar el Ciudad de Barcelona, pero resultaron infructuosos. La primera tentativa se hizo aún durante la guerra, pero fracasó debido a la imposibilidad de taponar el gran boquete que originó la explosión del torpedo. Los buzos se limitaron a extraer de su cargamento lo que se pudo, tanquetas, neumáticos, motocicletas, lingotes de estaño, barriles con monedas de cobre sin acuñar, grandes piezas de tejidos de algodón para uso militar, alimentos en conserva, etcétera, y finalizada la guerra se intentó de nuevo su reflotamiento, también sin resultado. De sus bodegas se extrajo entonces cuanto se pudo del resto de la carga que quedaba y en esas operaciones de rescate perecieron dos buzos.
Muchos años después, el casco del Ciudad de Barcelona fue dinamitado y se recuperaron varias partes, aunque la quilla, cuadernas y parte del codaste permanecen en el fondo.
Referencias documentales:
Libro "Historia de la Flota" de Juan Carlos Díaz Lorenzo.
Libro "Todo Avante" de Marino Gómez Santos.
Libro "Solo el mar lo sabe. Naufragios y sus vestigios, recuerdos y tesoros en los mares de Catalunya" de Rafael Espinós.
Artículo "Hombres ranas en el barco hundido. Submarinistas catalanes exploran el Ciudad de Barcelona", de José Tarín-Iglesias publicado en "La Actualidad Española".
Blog www.vidamaritima.com de Vicente Sanahuja.
Centro de documentación del Museo Marítimo de Barcelona.
Lloyd´s Register of Shipping año 1937.Lista Oficial de Buques españoles año 1934.
MISCELÁNEA DOCUMENTAL
Separata del libro de Rafael Espinós "Sólo el mar lo sabe".
Artículo de José Tarín-Iglesias publicado en la revista "La Actualidad Española".
GALERÍA DE IMÁGENES
Botadura de la motonave Infante D. Jaime en las gradas de los astilleros Cantieri Navale Triestino de Monfalcone (Italia), el 8 de junio de 1929, en ceremonia amadrinada por la señora Mercedes Garzolini.
Centro de documentación del Museo Marítimo de Barcelona.
El Infante D. Jaime mostrando su costado de estribor en plena navegación.
Memoria corporativa de 1929.
Lado de babor de la galería cubierta.
Memoria corporativa de 1929.
Comedor de primera clase.
Memoria corporativa de 1929.
Camarote de lujo.
Memoria corporativa de 1929.
El Infante D. Jaime entrando en el puerto de Ibiza el 13 de septiembre de 1929, llevando como pasajero al propio Infante Don Jaime de Borbón, cuyo nombre ostentaba el buque.
Del libro publicado por el Ayuntamiento de Ibiza "Narcís Puget, fotògraf".
El Infante D. Jaime atracando en el puerto de Ibiza en la visita del Infante Don Jaime de Borbón.
Del libro publicado por el Ayuntamiento de Ibiza "Narcís Puget, fotògraf".
El pueblo de Ibiza esperando al Infante Don Jaime de Borbón en el muelle.
Del libro publicado por el Ayuntamiento de Ibiza "Narcís Puget, fotògraf".
El Infante Don Jaime de Borbón saluda desda la cubierta del Infante D. Jaime.
Del libro publicado por el Ayuntamiento de Ibiza "Narcís Puget, fotògraf".
El Infante Don Jaime inicia su bajada del buque seguido por el generasl Primo de Rivera.
Del libro publicado por el Ayuntamiento de Ibiza "Narcís Puget, fotògraf".
Otra imagen de la bajada del Infante.
Del libro publicado por el Ayuntamiento de Ibiza "Narcís Puget, fotògraf".
El Infante Don Jaime de Borbón recibido por las autoridades de Ibiza.
Del libro publicado por el Ayuntamiento de Ibiza "Narcís Puget, fotògraf".
El Infante D. Jaime atracado de popa en Cartagena. A la izquierda el portahidros Dédalo.
Del libro de Camil Busquets, Albert Campanera y Juan Luis Coello "Los portaaviones españoles".
El Infante D. Jaime atracando en Palma de Mallorca.
Del libro de Juan Pou Muntaner "La Marina en las Baleares".
Atracado en el puerto de Barcelona cubriendo la línea de Baleares.
Del libro de Joan Alemany "El puerto de Barcelona".
El Infante D. Jaime mostrando su elegante y marinera estampa.
El Infante D. Jaime en el dique deponente de Barcelona tomado por la popa.
Colección Juan Mir Ramonell.
El Infante D. Jaime tomado por babor.
Postal corporativa.
Colección Juan Mir Ramonell.
Autorización corporativa para visitar la motonave Infante D. Jaime.
Bonita acuarela del Infante D. Jaime realizada por Guillermo G. de Aledo.
Del libro de Marino Gómez-Santos "Todo Avante".
Curiosa postal corporativa del Infante D. Jaime, con el nombre borrado y las banderas con los colores republicanos. Se puede observar que corresponde a la misma foto del Infante D. Jaime publicada en la memoria corporativa de 1929 y que se muestra en el segundo lugar de esta galería de imágenes.
Postal corporativa de la serie Ciudad de Barcelona-Ciudad de Palma.
Colección LGF.
Lado de estribor de la Veranda-Bar.
Postal corporativa de la serie Ciudad de Barcelona-Ciudad de Palma.
Colección LGF.
Camarote de dos camas y cuarto de baño.
Postal corporativa de la serie Ciudad de Barcelona-Ciudad de Palma.
Colección LGF.
El Infante D. Jaime, ya como Ciudad de Barcelona, atracando en Barcelona.
Colección Juan Ignacio Bas Grau.
El Ciudad de Barcelona atracando en Palma de Mallorca.
Colección Rafael Calafell Clar.
Tomado por su amura de estribor en el puerto de Barcelona.
Atracando en Palma de Mallorca.
Colección Juan Ignacio Bas Grau.
Vestíbulo de los camarotes de primera clase.
Postal corporativa.
Camarote de lujo
Postal corporativa
Colección Juan Mir Ramonell
Uno de los dos gemelos en Palma de Mallorca y con el nombre borrado.
Colección LGF.
Uno de los dos gemelos atracado en Barcelona en una postal fechada en febrero de 1932.
Colección LGF.
En Palma de Mallorca.
Colección Juan Ignacio Bas Grau.
La imagen anterior con los colores republicanos.
Interesante imagen del Ciudad de Barcelona poco antes de su hundimiento.
De la revista francesa "L´Illustration".
Archivo Fernando José García Echegoyen.
Imagen del submarino General Sanjurjo, que el 30 de mayo de 1937, durante la guerra civil española, torpedeó y hundió al Ciudad de Barcelona junto al cabo de Tordera (Barcelona).
Colección JMBC.
Rueda de popa del timón.
Fotografía realizada por Eduardo Admetlla en el pecio del Ciudad de Barcelona.
Tomada de la revista "La Actualidad Española".
Colección Jordi Piera Costa.
Impresionante imagen del pecio del Ciudad de Barcelona antes de su voladura.
Fotografía de Eduardo Admetlla.
Tomada de la revista "La Actualidad Española".
Colección Jordi Piera Costa.
En una de las puertas que daban a cubierta.
Fotografía de Eduardo Admetlla.
Tomada de la revista "La Actualidad Española".
Colección Jordi Piera Costa.
En una de las puertas que daban a cubierta.
Fotografía de Eduardo Admetlla.
Tomada de la revista "La Actualidad Española".
Colección Jordi Piera Costa.
Un buceador entra por el orificio causado por el torpedo.
Fotografía de Eduardo Admetlla.
Tomada de la revista "La Actualidad Española".
Colección Jordi Piera Costa.
Reportaje fotográfico sobre los restos actuales del pecio del buque
Fotografías de Joan Amargant
Reportaje fotográfico sobre los restos actuales del pecio del buque
Fotografías de Joan Amargant
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