Como sabeís me encantan las casas abandonadas, ver cada rincón, subir por escaleras ruinosas o bajarlas. Encontrar cualquier cosa. Llevo tiempo estudiando los casos de investigación de los demás y ahora me ha llevado la hora de investigar yo.
Con mi compañero de equipo Ismael Martínez y su cámara de fotos colgada al cuello, nos sumergimos en la aventura una tarde de hace unas semanas. Visitaríamos El monasterio de San Ginés de la Jara. Un sitio alucinante por fuera y que teníamos muchas ganas de ver por dentro.
La primera visita solo iba a ser de echar un vistazo por donde podríamos entrar y poco más, pero a llegar nos encontramos todas las puertas abiertas, tanto de las casas particulares de fuera como el monasterio y su Iglesia. No pudimos esperar más días y decidimos echar una ojeada. Se convirtió en una buena aventura con sorpresas.
El lugar en sí está destrozado. Pareder agujereadas; excavaciones en el suelo de casi todas las estacias o habitaciones. En la parte de arriba del Monasterio nos encontramos varías habitaciones tapiadas, aunque con un gran agujero echo a posta por curiosos pero que no deja ver mucho pues dentro solo podemos encotrar oscuridad. Como no íbamos a entrar (o eso pensábamos) no nos llevamos ninguna linterna en condiciones, así que esa investigación la dejaríamos para otra ocasión. Pues estaba claro que volveríamos.
Lo que más me gustó fue el altar mayor. Entramos a una sala que era o fue la parte de arriba del Coro y desde ahí vi por primera vez el Altar Mayor. Ahí empecé a sentir escalofríos y más aún cuando, estando grabando, la puerta que nos había costado abrir para entrar, se fue cerrando con el habitual sonido chirriante, que te pone los bellos de punta, hasta dar un golpe que resonó por todo nuestro alrededor. Dejo el vídeo para que lo comprovéis. Da escalofríos.
http://vimeo.com/9906977
A la izquierda de ese sitio vimos un hueco hecho en la pared que llevaba hacía un pasillo muy estrecho que no conducía a ninguna parte. Entramos y en una de las paredes que quedaba a la derecha se abría un hueco o pequeña ventana sin cristal. No se que significado tenía eso allí, pero se veía la parte de abajo que daba a la derecha de la Iglesia, como el santuario. Ahí sentí que me rozaban en el cuello. Ni aire, ni nada colgando... me rozó ¿Quién o que? Se lo comenté a mi compañero pero no vimos nada, ni notamos nada más salí de allí rápido pues la sensación que me daba no era buena.
Subimos después a donde debería de haber una campaña y que en su lugar solo colgaba una cuerda mohosa y podrida; el campanario.
También allí hicieron agujeros en el suelo antes de subir las escaleras. ¿Para qué? Os lo contaré más adelante.
Una pequeña terraza que daba a la parte de atrás. Un campo inmenso lleno de matorrales; árboles muy altos y viejos totalmente descuidado desde hace mucho tiempo.
Volvimos a entrar y salir de ese lado del monaterio y dirigirnos hacía la Iglesia. Que maravilla, desde abajo todo tenía un aspecto mucho más tétrico. Sin figuras ni estatuas quedaban los huecos como echando en falta algo. Primero me dirigí al lugar que había visto medio raro desde el extraño hueco de arriba. Es como un altar pequeño con una puerta a su izquierda que da a unos nichos, 9 en total. Allí se suponía que había huesos humanos (un compañero de trabajo mio, encontró una falangue, que me va a regalar), pero nosotros no vimos nada. Eso si, otro boquete en uno de los laterales de ese santo lugar; dentro solo oscuridad. Unas escaleras nos subían a ningún sitio...?
Bien; había llegado la hora de ver el Altar Mayor, en esa ocasión no pude hacer ninguna psicofonía pero la segunda vez que volvimos si... una respiración, cuatro notas musicales y un susurro. Unas palabras muy flojas que mi compañero David de Zona Misteriosa, El misterio nos une (experto en psicofonías y trabajos de campo, su página: http://www.masalladelmisterio.blogspot.com/) está estudiando.
Pudimos acceder a la parte de atrás del Altar Mayor, pero no había nada interesante aunque otra apertura en la pared nos debaja ver unos escalones que bajaban. Nos atrevimos a entrar, que si no, sin saber lo que podíamos encontrarnos; pues bien, una estancia toda de piedra con una especie de altar en el centro de la habitación también de piedra. Imagino una sala con bancos alrededor de ese altar pero que ahora solo queda la piedra de las paredes. Al final de allí, un gran agujero en el suelo y encima una gran reja redonda. ¿que o para que sería eso?
Dije, unas líneas más arriba, que explicaría porque todo el suelo tanto del monasterio como de su Iglesia estaba agujereado, excavado... Hace tiempo, se oyó el rumor o leyenda, de que en el suelo de ese lugar, los monjes habían escondido tesoros, reliquias de oro y como no, la curiosidad humana hizo que ese lugar quedara sumido en escombros y destrozado.
El monasterio de San Ginés tiene su Leyenda: Cuentan las lenguas antiguas que estaba ocupado por la Inquisicón en el siglo XIX, que había noches que los monjes entraban en casas del pueblo para llevarse a las chicas a las que después de violar las emparedaban vivas y que han torturado, con varíos aparatos, a mucha gente. No se que de ciertas pueden ser estas historias pero se que no hace mucho un grupo de trabajadores de la construcción dieron con huesos humanos al derrumbar una pared de alguna de las habitaciones del monasterio. Esto hizo recordar esa leyenda negra que tenía ese lugar y de que podían ser reales.
¿Donde están las figuras de Santos que vigilaban desde sus pedestales? ¿Y el órgano? Todas las pertenencias de la Iglesia, ¿quién las ha cogido? ¿Quién se atrevió a desolar un lugar con tanta historia en nuestro entorno? ¿Quién saco a los muertos de sus nichos?
Hoy solo quedan paredes y poco más que poder ver. Aunque queda mucha historia por contar. Seguiré informando.
Lo prometido es deuda.
Hemos encontrado un pasadizo en el monasterio que estamos pendientes de explorar (cuando me atreva jajajajaj). No se ha donde nos llevará pero supongo que con buen equipo podemos inspeccionarlo y salir de dudas. Digamos que es la nueva aventura a investigar. Os tendré informados.
No hemos podido acceder al pasadizo hoy, pero hemos llegado a la ermita de San Ginés.
El Monte Miral o Cerro de San Ginés, situado frente al Monasterio, fue lugar de meditación y retiro fuera de la cerca del Convento, incrementando su importancia conforme se iba poblando de diferentes Ermitas.
La denominación de Monte Miral, procede de la palabra mineral, cuya explicación tomada de lo escrito por el padre Franciscano Melchor de Huélamo, porque están allí las minas cavadas y las herrerías de donde los fenicios y cartagineses y romanos, en otros tiempos sacaron tantas riquezas.
El profesor Francisco Henares escribe acerca de las Ermitas del Monte Miral: Se construyen nueve ermitas bajo un arte sencillo que posibilita tanto el resguardo de las inclemencias el tiempo como la habitación estrechísima convertida en oratorio particular, el cielo por testigo . El mismo Henares comenta, que en la época en la que el Padre Arce asumió el cargo de Provincial de la Orden, se debió pedir al Concejo de Cartagena que hiciera cesión del Monte Miral con las Ermitas o ruinas que existieran, finalmente el Concejo lo cedió todo, como consta documentalmente.
Existieron nueve Ermitas diseminadas por el Monte Miral, dedicadas sucesivamente a San Pablo, San Hilarión, San Antonio Abad, a la penitente Magdalena, San Jerónimo y al Niño Bautista. La octava ermita llamada de los Angeles fue erigida según la tradición por el propio Santo, ayudado por los ángeles. En el centro de ella existían dos oquedades atribuidas al roce de las rodillas de San Ginés durante sus prolongados rezos. La nueve y última ermita estaba dedicada a San Francisco.
La leyenda dice que el santo venerado en este lugar es San Ginés de Arlés que vino a España desde Francia en el año 800, después de salvarse milagrosamente de un naufragio, hasta que por último fue arrojado a las playas próximas a cabo de Palos.
El culto a San Ginés adquirió gran difusión al reconocérsele ser gran milagrero, sobre todo en Cartagena y su campo de donde es patrón desde 1677.
Hemos conseguido un plano de la ermita desde donde sale el pasadizo hasta terminar en el monasterio de San Ginés.
Nuestros compañeros de equipo de Granada: David, Fernando y Teresa, visitaron el monasterio de San Ginés el cual les encantó. Hemos encontrado huesos humanos en los nichos y en la cripta, donde David y Teresa se tiraron bastante tiempo han podido hacer psicofonías y fotos que mas adelante, cuando las analicen, subiré a este espacio.
Fernando por su parte hizo fotografías de todos los detalles del lugar. Pasaron mas de tres horas investigando la Iglesia como el monasterio. Se han obtenido psicofonías muy buenas que pronto escuchareis.
26-4-10
Nos dedicamos el día a subir, por fin a las ermitas del monte miral, algo pendiente que ayer realizamos.
Estuvimos dentro de lo que fue el presbiterio. Hay un agujero muy grande en el suelo pero está tapado y no pudimos saber si se trataba de la entrada secreta hacía el monasterio.
Todavía queda constancia de unas pinturas de los 12 apóstoles en una de sus paredes.
Aunque solo se ven 6 y uno de ellos tiene la cara rallada.
En la foto se ve perfectamente a San Pedro llevando una gran espada.
La cúpula, como creo comenté en otra ocasión tiene un agujero que según cuentan las lenguas no pasa ningún pájaro volando sobre él y está en la misma perpectiva de la supuesta entrada al pasadizo secreto.
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