Historia
con el fin del Imperio Romano, los alanos se establecen en Lusitania y la ciudad pasa a formar parte de esta región. Posteriormente los visigodos conquistan la ciudad y la anexionan a su territorio. Se tienen pocos datos sobre el desarrollo de Salamanca en la época visigoda, solamente se sabe que en el siglo IV la muralla romana se amplía con torreones sobre el mismo trazado, y que la fábrica de la cerca anterior quedó destruida prácticamente en su totalidad. Se sabe que en 589 la ciudad era sede episcopal pues figura entre las ciudades que enviaban obispos a los concilios de Toledo.
En el año 712, con la invasión musulmana de la península, Musa ibn Nusair conquista la ciudad. Durante la Alta Edad Media, la zona quedó como tierra de nadie y gran parte de sus núcleos de población resultaban destruidos con frecuencia por las frecuentes incursiones (algaradas) de los árabes. Salamanca quedó reducida a un núcleo carente de importancia y prácticamente despoblado. Los sucesivos intentos de los reinos cristianos de estabilizar esta área originan no pocos choques con las expediciones musulmanas hacia el norte, que provocaron diversas escaramuzas y batallas, como la de Alfonso I en 754, que acaban por arrasar lo que queda de urbano. La zona permanece prácticamente despoblada hasta que tras la importante victoria cristiana, en la batalla de Simancas del año 939, se inicia una tímida repoblación de la zona ribereña del Tormes que no tendrá ningún éxito frente al todavía todo poderoso Califato.
Tras la conquista de Toledo por Alfonso VI, en el año 1085, se produce la repoblación definitiva de la ciudad. En 1102, Raimundo de Borgoña se dirige a la ciudad con un nutrido grupo de pobladores de diversos orígenes, por orden de su suegro Alfonso VI. Cada uno de estos grupos se instaló en una zona diferente de la ciudad. Francos, serranos ( de las serranias de Urbión, la Demanda y Covaleda, entre las actuales provincias de Burgos, Soria y la Rioja),10 11 12 13 14 15 castellanos , portugueses, mozárabes (poblaciones hispano romanas o hispano godas que huyeron del dominio musulmán), toresanos, judíos y gallegos fundaron sus respectivas Iglesias y parroquias. Se restaura su Diócesis (siendo el primer obispo Jerónimo de Perigord) y se comienza a construir la catedral, a cuya vera nacen unas escuelas que serán el germen de la Universidad.
En el año 1230, bajo el reinado de Fernando III El Santo, se unen definitivamente los reinos de Castilla y León.
En el siglo XIII, el monarca Alfonso IX de León otorga a las escuelas catedralicias el rango de Estudio General que, en 1253, se convertiría en Universidad de Salamanca por real cédula de Alfonso X, posteriormente ratificada por el papa Alejandro IV (1255). La universidad alcanzaría con el tiempo un gran prestigio.
El 12 de agosto de 1311 nació entre sus muros el único rey de Castilla y León que ha dado la ciudad, Alfonso XI el Justiciero. Accedió al trono con catorce años y conquistó Gibraltar al mando de las milicias castellano-leonesas, en las que destacaba la nutrida presencia de contingentes salmantinos.
Durante el siglo XV, Salamanca fue el escenario de grandes rivalidades entre las familias nobles de la ciudad, articuladas en dos bandos que se repartieron la ciudad: el de San Benito y el de Santo Tomé. Con el auge de la Mesta, Salamanca adquirió importancia como centro de manufacturas pañeras y como exportador de lana.
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