HISTORIA
DE LA MINERÍA EN LA SIERRA DE CARTAGENA
La
minería en la Sierra de Cartagena comenzó aproximadamente en el siglo V ac.,
Aunque existe constancia de la presencia del hombre sobre primeros
asentamientos en la zona 2000 años ac. Las primeras explotaciones consistían en
la mera recogida superficial de minerales. No fue sino hasta la llegada de los
cartagineses a la zona cuando se comenzó lo que podríamos llamar verdaderamente
producción, al introducir éstos mejoras en la extracción con el empleo por
primera vez de herramientas. En esta época se excavaron las primeras galerías,
siendo explotaciones de pequeño tamaño, y extrayendo principalmente hierro y
plata para el mantenimiento de las
guerras que sostenía Cartago contra Roma por la supremacía en el Mediterráneo.
Fue en el siglo III ac.. Cuando los cartagineses fundaron la ciudad de
Cartagena sobre los restos de la antigua ciudad.
En
el siglo II ac., Los romanos basaron la explotación en el plomo y la plata,
siendo de esta época la famosa mina de Cabezo Rajado, llamada así por ser la
explotación de un filón superficial de galena que, tras ser vaciado a pico por
esclavos dejó una gran raja en la zona, dando de esta manera nombre al cabezo.
Los romanos explotaron la sierra durante aproximadamente 500 años hasta el
siglo III dc., en que comenzó la primera decadencia de la minería de la Sierra.
Corta
Gloria
La
explotación se mantuvo de forma muy limitada en la época árabe para cubrir las
necesidades locales de metal. Durante la Edad Media y el Renacimiento la
explotación, aunque pequeña, fue constante. En el siglo XVII ocurrió un hecho
curioso: Felipe III dio autorización real para explotar en diversas zonas de la
Sierra las amatistas y otros tipos de piedras finas muy apreciadas en aquella
época.
En
el siglo XIX, con el despegue industrial ocurrido en Europa se acentuó la
demanda de plomo, la cual fue cubierta en parte por las minas de la Sierra, inicialmente con el lavado de las antiguas
escorias de época romana ricas en plomo, reabriéndose así las antiguas minas.
Al
descubrirse en Almería hacia 1838 el filón Jaroso se produce en todo el sureste
de la Península una fiebre minera facilitada por una ley de 1825, la cual
permitía las explotaciones mineras sin necesidad, imprescindible hasta
entonces, de licencia real. Gracias también a una ley de 1840 que prohibía la
exportación de mineral se propició la aparición de una pequeña industria
metalúrgica en Cartagena. En esta época empiezan a explotarse las vetas de
carbonatos de plomo y, con la aparición de los primeros hornos de viento
forzado, se amplió la explotación a los sulfuros. Al descubrirse sobre 1848 el
famoso “manto de los azules”, la explotación se generalizó con minas de
galerías subterráneas. Hacia 1860 llegan a la Sierra las primeras máquinas de
vapor comenzando por esta época también la extracción de zinc.
A
finales del siglo XIX se inicia la explotación de piritas para la producción de
hierro, comenzando un descenso de la producción de plomo debido en buena parte
al descubrimiento de nuevas minas tanto en EEUU como en Australia. El bajo
precio del mineral, junto a la falta de capitales nacionales y la total
dependencia del carbón exterior, estrangularon poco a poco la producción,
experimentando ésta una serie de altibajos hasta su casi total desaparición en
la depresión económica ocurrida en el año 1929.
Mina San Eugenio.
Destaca el típico castillete de obra de la Sierra.
Mina San Eugenio.
Maquinaria
Cabezo
Rajado
1930 fue un año clave en la minería de la
Sierra, La empresa minera Peñarroya toma el control, aprovechándose de la
crisis, de las fundiciones de Miguel Zapata en Portman fundadas a finales del
siglo XIX y, con motivo de la guerra civil española, experimenta un modesto
impulso la explotación de pirita por la demanda de hierro, aunque al finalizar
la guerra se vuelve a la casi desaparición de la extracción.
No sería sino hasta años después de la
Guerra Civil Española, sobre el año 1948, cuando lentamente volvería a resurgir la minería. En esta época
se instalaron los primeros lavaderos de flotación, en Gorguel, los cuales
permiten aprovechar materiales con porcentajes muy bajos de mena mediante el
relavado de materiales antiguos. En 1952, aprovechando su presencia en la zona
desde décadas anteriores, la empresa Peñarroya comienza a abrir las primeras
explotaciones a cielo abierto: el Descubierto Emilia, y construye también el
lavadero Roberto, el más grande de la Sierra, el cual depositaba sus estériles
en la bahía de Portman, así como el túnel José Maestre que conectaba las minas
con el Lavadero.
El depósito de fangos que procedían de los
lavaderos y la colmatación de la Bahía de Portman por el vertido consentido por
las administraciones, aunque ilegal, del lavadero Roberto, fue uno de los
motivos, por razones medioambientales, para que se ordenase el cese total de la
actividad minera.
En
esta época se abren también las grandes cortas de la sierra: Corta Gloria en
1965, San Valentín en 1966 y Corta Los Blancos en 1973.
Todo acabó en la década de 1980,
cerrándose en primer lugar las minas de Cabezo Rajado en 1980, Cantera Emilia
en 1982 y sucesivamente todas las demás hasta llegar a la actualidad, en la que
la actividad minera es totalmente nula. Sólo se conserva la industria de
Cartagena, que nació a raíz de la actividad minera.
Corta Sultana
Somos
los coleccionistas los únicos que, hoy por hoy, hacemos extracción de muestras
para nuestras colecciones, hurgando en las interioridades de la Sierra e
intentando hacernos una pequeña idea de lo que fue el pasado de la zona y la
penosa labor de los trabajadores de las minas.
La
Sierra podría gozar de un rico patrimonio minero-industrial, quizás el más
amplio de España, pero la desidia de la administración, y actualmente la
vorágine urbanizadora, poco a poco van destruyendo los restos de las antiguas
instalaciones. Nos gustaría formular desde esta modesta publicación una
denuncia de esta situación, pero al igual ya ha ocurrido en tantos otros
lugares de España, dudamos que sea útil, con lo cual todo este rico patrimonio
acabará perdiéndose en favor de lo que creemos mal llamado, progreso.
A
continuación mostramos algunas imágenes del estado actual de algunas
instalaciones mineras visitadas por nuestra Asociación en algunas de sus
múltiples excursiones.
Mina
Catón
Mina
Situada en el paraje “Lo Pajarito”. De esta zona se han podido extraer, sobre
todo en las numerosas escombreras diseminadas por la zona, excelentes piezas de
cuarzo amatista y calcedonias de muy diversas tonalidades
Mina
en el Tranvía
Mina
Belleza.
Instalaciones
famosas por estar situadas frente al Restaurante El Descargador, junto a la
Carretera del 33, punto de encuentro de numerosos aficionados antes de empezar
su búsqueda por los yacimientos de la Sierra. Este mesón esta situado a la
salida del pueblo de La Unión en la carretera de La Manga del Mar Menor.
Mina
Segunda Esmeralda
Mina
Dios te Ampare
Cantera
Los Blancos, desde el cerro San Gines
GEOLOGÍA DE LA SIERRA DE CARTAGENA
La Sierra de Cartagena está formada por materiales pertenecientes a tres
grandes unidades tectónicas, recubiertas por terrenos neógenos y cuaternarios y
atravesadas, o formando parte de ellas, por rocas volcánicas y subvolcánicas.
Unidad
Alpujárride superior, formada por terrenos
triásicos y pernotriásicos.
Unidad Alpujárride inferior, formada por terrenos paleozoicos y
triásicos con intercalaciones de diabasas.
Esta Unidad, dependiendo de los materiales que la integran se puede
clasificar en varios tramos que serian, de muro a techo:
·
Una
base paleozoica formada por micaesquistos, cuarcitas y calcoesquistos de la
Serie inferior Nevádide.
·
Separada
por un cabalgamiento, una formación del Triásico inferior constituida por
cuarcitas y filitas.
·
Un
tramo carbonatado con filitas intercaladas, formado por calizas grises y
azuladas, y localmente amarillas, masivas y con lechos arcillosos. Estos
materiales constituyen el primer manto de corrimiento Alpujárride.
·
Separado
del anterior por un cabalgamiento, un nivel de filitas y cuarcitas que
constituye, junto con las calizas y calizas dolomíticas, el segundo manto de
corrimiento Alpujárride.
Las potencias de estos tramos son variables: las de las filitas y
cuarcitas hasta un máximo de 100 m., y el de los tramos carbonatados más de 200
m.
Unidad Nevado-Filábride, formada en su parte
inferior o Nevádide por micaesquistos, calcoesquistos y cuarcitas paleozoicas,
y en su parte superior o Filábride por calcoesquistos, micaesquistos,
cuarcitas, gneis y mármoles triásicos.
Esta Serie en su parte inferior es el núcleo
paleozoico más antiguo, formado por sedimentos, originalmente
dendríticos-arcillosos, que fueron afectados por un metamorfismo regional y un
plegamiento suave. Está integrado por pizarras moteadas, micaesquistos
granitíferos, cuarcitas y micaesquistos grafitosos.
En su parte superior Filábride,
dependiendo de la zona en la Sierra, la Unidad presenta características
distintas. En la zona sur, o costera, está formado por micaesquistos
cuarcíticos, micaesquistos verdes, mármoles cipolinos, cuarcitas y diabasas,
mientras que en la zona central está constituida por gneis albíticos, no
aflorando en la zona norte.
YACIMIENTOS
MINERALES
Las
mineralizaciones de la Sierra de Cartagena se presentan en forma de mantos o
emplazamientos peniconcordantes, como filones y diaclasas de relleno en las
rocas volcánicas y sedimentarias, y como sustituciones o impregnaciones en
materiales calizos y en las zonas de alteración hidrotermal.
Morfológicamente, los yacimientos se clasifican en cinco grupos.
Mineralizaciones
en el Paleozoico
Son
los yacimientos situados en la Serie inferior Nevádide, y suelen ser filones y
diaclasas rellenos de sulfuros y masas de reemplazamiento en los niveles
marmóreos.
Los
filones encajan en micaesquistos cuarcíticos y graníticos con fuerte buzamiento
al oeste, llegando a tener casi 1 Km de longitud, una profundidad de más de 200
m. y una potencia desde pocos cm. hasta 5 m.
La
mineralización de los niveles carbonatados, interestratificados en los
micaesquistos del Paleozoico, está compuesta por pirita, a la que acompañan
blenda y galena.
Mineralizaciones en los mármoles de la Serie Filábride.
Estos
yacimientos, según sus características estructurales y de textura, pueden ser
filones o mantos de greenalita.
Los
filones de este tipo son de relleno y sustitución, apareciendo también en
diaclasas. Las mineralizaciones de los filones se componen esencialmente de
galena, blenda y pirita, presentando como ganga cuarzo y calcita. Son por lo
general de poca potencia, hasta 1 m. como máximo en algunos puntos.
Las
mineralizaciones del Manto de Greenalita se formaron por el reemplazamiento
metasomático, total o parcialmente, de los mármoles de la Serie Filábride, y
están constituidos principalmente por galena, blenda y pirita con gangas de
greenalita, cuarzo, calcita y yeso.
Mineralizaciones en calizas y dolomías del
trías.
Es la mineralización de mayor importancia económica de la Sierra de
Cartagena por su volumen y extensión. Arman en las rocas carbonatadas del
primer manto de corrimiento alpujárride, consistente en la sustitución
metasomática, muchas veces total, de los carbonatos por greenalita y sílice.
Este
primer manto, o Manto de Azules, es una formación estratoidea de estructura
tabular en su conjunto. Su mineralización consiste principalmente en blenda,
galena, pirita, calcopirita y magnetita, teniendo como ganga siderita, calcita
y cuarzo, y ocasionalmente amatista, y formando filones o tapizando las
cavidades de las rocas.
Mineralizaciones del Mioceno.
En la Sierra de Cartagena se pueden encontrar tres
tipos de mineralizaciones en el Mioceno:
·
Impregnaciones
de las margas negras, bien en forma de filones o a lo largo de los planos
estratigráficos.
·
Diseminación
de sulfuros, especialmente pirita, en las zonas decoloradas y lixiviadas en el
contacto con los esquistos paleozoicos.
·
Sustitución de los
cantos, especialmente los calizos y dolomíticos, y de la matriz calcárea de las
margas conglomeráticas interestratificadas en el Neógeno. Los minerales son
principalmente pirita, blenda y galena, y en menor medida hay presencia de
calcopirita, pirrotina y marcasita.
Mineralizaciones en las rocas volcánicas.
A
este tipo de yacimientos pertenecen los filones con pirita, blenda y galena
argentífera encajados directamente en las rocas volcánicas postmiocénicas.
ROCAS ENCAJANTES
Los
yacimientos de la Sierra pueden encontrarse en casi todas las rocas que forman
el contexto geológico de la zona.
Rocas de la Serie Nevádide.
Filones
y reemplazamientos en los esquistos miocenos, graníticos y cuarciticos,
calcoesquistos y cuarcitas grises, en minas como Secretaria, Joaquina y Rosa.
Rocas de la Serie Filábride.
Mantos y filones de relleno y sustitución en las micacitas y gneises
albíticos, mármoles y diabasa, en minas como: Gloria, Navidad, Mariana, Segunda,
Paz, Julio César, Brunita, Balsa, Pablo y Virginia, Secretaria, Lola, Concilio,
San Rafael y Catón.
Rocas del Complejo Alpujárride.
Las componen mantos y filones en las calizas, dolomías y diabasa en la
Corta Emilia en el primer manto, y en San Valentín, La Cierva, Artesana y Lo
Veremos.
Rocas del Mioceno.
Las rocas del Mioceno componen filones, impregnaciones y
reemplazamientos en los conglomerados y margas arenosas, y en el contacto entre
estos sedimentos y los esquistos paleozoicos en las minas Belén y Josefina.
Rocas Volcánicas Terciarias.
Existen en la Sierra dos grandes grupos de rocas ígneas:
·
Rocas
subvolcánicas preorogénicas; rocas diabásicas que atraviesan la Serie Filábride
y la Unidad inferior Alpujárride, aflorando en pequeñas extensiones por toda la
Sierra.
·
Rocas
volcánicas postorogénicas, constituidas por chimeneas y diques de riodacitas,
traquiandesitas y andesitas piroxénicas con inclusiones de cordierita. El
ejemplo más característico es Cabezo Rajado.
Vista parcial del Descubierto Emilia
LA MINERALIZACIÓN DE
LA SIERRA DE CARTAGENA.
Las
mineralizaciones de la Sierra de Cartagena y los procesos de alteración que
sufrieron las rocas encajantes se podrían clasificar en: filones de relleno y
sustitución, impregnaciones en fisuras y emplazamientos metasomáticos.
Los
dos primeros procesos precedieron a la venida de los sulfuros y tienen un
carácter regional, afectando a todas las rocas presentes en la Sierra.
Los
dos últimos procesos de alteración fueron posteriores a la fase mineralizadora
y se produjeron por meteorización y acciones hidrotermales.
El
proceso mineralizador en sus dos fases, oxidada y sulfurada, se produjo al
mismo tiempo que los procesos de carbonatación, greenalitización y
silicificación que dieron lugar a la formación de los mantos y redes filonianas
en las calizas y dolomías triiásicas y en los mármoles cipolinos, micacitas y
gneises y esquistos de la Serie Filábride y del Paleozoico. Es entonces cundo
se depositaron los óxidos y sulfuros metálicos, siendo los más importantes la
magnetita, casiterita, pirrotina, calcopirita, blenda, galena, .pirita y
marcasita.
Se
le puede atribuir a la mineralización de la Sierra un origen magmático,
subvolcánico, relacionado con las fases hidrotermales que tuvieron lugar al final
del Terciario superior.
Mina
Remunerada.
Instalaciones
actualmente en proceso de restauración por parte del Excmo. Ayuntamiento de la
Ciudad de La Unión, con la ayuda de la Unión Europea para fomentar su posible
visita turística.
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