domingo, 10 de marzo de 2013

Katsushika Hokusai (1760-1849)

Katsushika Hokusai (1760-1849)

Selfportrait at the age of eighty three
Hokusai es un pintor y grabador japonés del periodo “Edo”, época en la cual Japón entra a un clima  de calma que fomentó el desarrollo artístico.
Busto di Daruma, 1804
El “Periodo Edo” es una división de la historia del Japón, que se inicia 150 años antes del nacimiento de Hokusai, finalizando veinte años después de la muerte del artista con la restauración del “Gobierno Imperial” bajo las manos del último “Shōgun” Tokugawa.
Dèi, santi e poeti, 1804
Cortigiana in parata, 1826
Atto primo, 1806
El neoconfucianismo fue el motor intelectual del periodo, donde el gobierno conserva su posición autoritaria pero de una manera más tolerante y comprensiva hacia sus súbditos.
Ariwara no Narihira, 1810
Súbditos que disponen de tiempo para dedicarlo al entretenimiento y la cultura dan como resultado la aparición del “Ukiyo-e”, que se traduce como tarjetas o pinturas japonesas del mundo flotante. Su temática es amplia, se pueden ver escenas de paisajes como interiores tanto en un  teatro como en un dormitorio; se pueden ver famosos actores y luchadores de sumo como deliciosas cortesanas. Una temática de vida moderna, variada, caótica y sin censura.
The Adonis Plant (Fukujusô), 1815
En 1764 el grabador Suzuki Harunobu realiza la primera impresión policromática en Japón, rompiendo el clasicismo de la obra de Hishikawa Moronobu, pintada sólo con tinta india.
 Il fiume Tone nella provincia di Shimosa, 1833
Las masas pueden adquirir una estampa, por el abaratamiento del costo al ser elaborado de forma masiva, dando a los habitantes de las grandes ciudades como Edo (actual Tokio), Osaka o Kyoto, la posibilidad de comprar arte con la centésima parte de lo que costaría una obra original.
Beltà stante mentre si allaccia un obi, 1808
Durante estos años de transición, de un arte para pocos a un arte para todos, nace Hokusai. Pintor que llegaría a ser el referente del estilo Ukiyo-e.
Carpa, 1810
Referente de un estilo tan importante porque es el hombre que logra llevarlo a otro estadio, convirtiendo  estas imágenes “baratas” de flores, paisajes, pájaros y peces en un estilo pictórico reconocido. Para ello utilizó herramientas poco ortodoxas para la época como huevos, botellas e incluso sus propios dedos.
Averla e rondine con fragole selvatiche e begonie, 1834
Il ponte di barche a Sano, Kozuke, antica veduta, 1834
Empezó su carrera imprimiendo invitaciones para el teatro “Kabuki”, quizás este acercamiento temprano al mundo del teatro puede explicar la sensación que nos deja ver estos personajes  en ambientes históricos, que nos da  la  ausencia de perspectiva, como contemplando una escena con un telón de fondo.
Due attori di kabuki, 1805
Il ponte di Fukui nello Echizen, 1834
 Atto undicesimo, 1806
Katsushika Hokusai tuvo una larga vida, durante la cual cambió su estilo pictórico varias veces, adaptándose al periodo histórico que transcurría. Vivió en la mitad de dos siglos, el XVIII y el XIX, con una mirada dispuesta a valorar la pintura occidental (ajena y distante) lo que lo llevó a tratar la perspectiva conocida por él y sus contemporáneos de otra forma; separando aguas de ese estilo plano para adentrarse a una representación con mas dimensión.
Depositi di legname sul Tatekawa a Honjo, 1830
Benkei and Chinese princess, 1820
Bananeto a Chutõ, 1833
Una vez pintado todo lo que se podía pintar, este prolijo artista que al morir dejó más de treinta mil obras,  torna su interés en la pintura china como medio para ilustrar novelas. Produjo libros de animaciones siendo uno de los más famosos “Hokusai Manga”; uniendo los caracteres “informal” (漫 man) y “dibujo” (画 ga) creó la palabra “Manga” utilizada hasta hoy día para designar las historietas japonesas con ese estilo tan particular.
Del poeta Fujiwara no Michinobu, 1835
Dame con attendente e aquilone, 1809
Del poeta Ariwara no Narihira, 1835
El valor de un pintor como Hokusai, hoy, lo da ver una obra contemporánea en todo su significado: “Que pertenece al presente”. Su apreciación no cae dentro de falsas modas históricas u oropeles baratos, el artista trasciende con un trabajo creativo, multifacético,  adelantado a su época y entorno.
Il fantasma di Kohada Koheiji, 1831
Para mí, el ver estas imágenes me lleva invariablemente a pensar en ese cine japonés de terror tan actual. Hay una conexión, sin duda, en la esencia y percepción que nos dejan estos seres tenebrosos pintados por Hokusai y los fotografiados por Hideo Nakata, dos siglos después.
Il fantasma di Oiwa, 1831
Demone della gelosia ghigante, 1831
 Diavolo en abito ecclesiastico, 1840
Por algo artistas como Toulouse-Lautrec se fascinaron con las estampas de este “viejo” artista, presentándolo como un referente a tener en cuenta en ese París de finales del siglo XIX.
Il toupet gioiello del pube, 1820
“36 Vistas al Monte Fuji” y los tres volúmenes de la obra “100 Vistas del Fuji” son consideradas lo mejor de la pintura paisajista japonesa.
El Monte Fuji visto a través de las olas
 ”A partir de mis seis años de edad,  tenía la costumbre de dibujar al natural. Me convertí en un artista, y a los cincuenta comencé a producir obras que ganaron cierta reputación; pero nada de lo que hacía antes de la edad de setenta era digno de atención. A los setenta y tres años, comencé a captar las estructuras de pájaros y animales, insectos y peces, y la manera como crecen las plantas. Si lo sigo intentando seguramente lo voy a entender aún mejor a mis ochenta y seis, de manera que al llegar a los noventa habré penetrado la naturaleza esencial de los seres vivos. A los cien podré tener una comprensión divina de ellos, mientras que a los ciento treinta, ciento cuarenta o más, llegaré a un estadio donde cada pincelada y punto que pinto tendrá vida. Que el cielo, que otorga una larga vida, me dé la oportunidad de demostrar que esto no es mentira. “  
The Dream of the Fisherman's Wife, 1820
Excelente biografía y una gran muestra de su obra en:
 http://www.katsushikahokusai.org/









No hay comentarios:

Publicar un comentario