martes, 12 de marzo de 2013

LA VIRGEN DEL ROCIO

Historia De La Virgen Del Rocio

«Entrado el siglo XV de la Encarnación del Verbo Eterno, un hombre (1) que, o apacentaba ganado o había salido a cazar, hallándose en el término de la villa de Almonte, en el sitio llamado La Rocina (cuyas incultas malezas le hacían impracticable a humanas plantas y sólo accesible a las aves y silvestres fieras, advirtió en la vehemencia del ladrido de los perros, que se ocultaba en aquella selva alguna cosa que les movía a aquellas expresiones de su natural instinto. Penetró aunque a costa de no pocos trabajos, y, en medio de las espinas, halló la imagen de aquel sagrado Lirio intacto de las espinas del pecado, vio entre las zarzas el simulacro de aquella Zarza Mística ilesa en medio de los ardores del original delito; miró una imagen de la Reina de los Angeles de estatura natural, colocada sobre el tronco de un árbol. Era de talla y su belleza peregrina. Vestíase de una túnica de lino entre blanco y verde, y era su portentosa hermosura atractivo aún para la imaginación más libertina».

«Hallazgo tan precioso como no esperado, llenó al hombre de un gozo sobre toda ponderación, y, queriendo hacer a todos patente tanta dicha, a costa de sus afanes, desmontando parte de aquel cerrado bosque, sacó en sus hombros la soberana imagen a campo descubierto, Pero como fuese su intención colocar en la villa de Almonte, distante tres leguas de aquel sitio, el bello simulacro, siguiendo en sus intentos piadosos, se quedó dormido a esfuerzo de su cansancio y su fatiga. Despertó y se halló sin la sagrada imagen, penetrado de dolor, volvió al sitio donde la vio primero, y allí la encontró como antes.

Vino a Almonte y refirió todo lo sucedido con la cual noticia salieron el clero y cabildo de esta villa y hallaron la santa imagen en el lugar y modo que el hombre les había referido, notando ilesa su belleza, no obstante el largo tiempo que había estado expuesta a la inclemencia de los tiempos, lluvias, rayos de sol y tempestades.

Poseídos de la devoción y el respeto, la sacaron entre las malezas y la pusieron en la iglesia mayor de dicha villa, entre tanto que en aquella selva se le labraba templo. Hízose, en efecto, una pequeña ermita de diez varas de largo, y se construyó el altar para colocar la imagen, de tal modo que el tronco en que fue hallada le sirviese de peana.

Aforándose en aquel sitio con el nombre de la Virgen de las Rocinas».
(1) Alguna otra leyenda lo identifica como Gregorio ("Goro") Medina, natural de Villamanrique de la Condesa


Comenzamos hoy con una explicación sobre la Historia de la Virgen del Rocío: un vecino de la villa de Almonte salió al campo con ánimo de distraerse en los placeres de la caza, y llegando al sitio de su término conocido con el nombre de La Rocina, bosque inculto y lleno de malezas, en el que había siglos tal vez que no penetraba planta humana, los perros se internan en la espesura, y demuestran con sus ladridos y ademanes la sorpresa que les cause un objeto extraño y desconocido. Semejante actitud impulsa al cazador, llevado de un instinto natural, a penetrar en lo interior del sitio donde estaban, y aproximándose, admira una imagen colocada sobre el tronco de un árbol; llegándose a ella la examina y reconoce en efecto que es un bello simulacro de la Madre de Dios.

Continuando con  la Historia de la Virgen del Rocío sabemos que era de talla, y tenía sobrepuesta una túnica de lino entre blanca y verde, con una inscripción latina a la espalda que decía: Nuestra Señora de los Remedios. Atónito con la vista de tan peregrina hermosura, se postra a venerar la Imagen de la Virgen, e inmediatamente trata a costa de gran trabajo sacarla de aquel sitio montuoso, y así lo verifica al punto; más como fuese su intención colocarla en la villa de Almonte, distante tres leguas de aquel lugar, siguiendo sus piadosos deseos, se quedó dormido, a esfuerzo del cansancio y la fatiga; y al despertar se halló sin la sagrada imagen.

Afligido y penetrado de dolor, volvió al sitio donde la halló primeramente, y la vio allí lo mismo que antes, conociendo que por medio de aquel singular y maravilloso prodigio, manifestaba la Señora su voluntad de que allí fuese donde se le tributase culto y veneración. Entonces marchó a Almonte a referir todo lo acaecido, y propagada la noticia con la mayor rapidez, salieron el clero y el Cabildo de la villa seguidos de numeroso pueblo, y dirigiéndose al lugar de la aparición o hallazgo de la devota efigie de María, la vieron tan peregrina y encantadora, que desde aquel mismo instante empezó a arrebatar los afectos de los corazones, y ser objeto de la más entusiasta y fervorosa devoción.

Desde luego se le erigió allí una pequeña ermita, y se construyó el altar para colocar la Sagrada Imagen, de tal modo que el tronco en que fue hallada, le sirviese de pedestal. A pesar de la advocación de los Remedios con que sin duda fue venerada en la antigüedad, la llamaron generalmente de Las Rocinas, por el sitio de su invención, cuyo título, andando el tiempo, se ha mudado insensiblemente en el misterioso y poético del Rocío, con que es invocada hoy la Señora, no sin una mística y significativa alusión.

Poco a poco nos vamos adentrando en la Historia de la Virgen del Rocío extendiéndose, pues, por toda aquella comarca la devoción a María Santísima de las Rocinas, adquiriendo nombre de milagrosa, y a fines del siglo XVI su fama había pasado ya las Américas, y prueba de ello, dice la relación anterior, que entre sus devotos se señaló notablemente en aquellas apartadas regiones, Baltasar Tercero, natural de la ciudad de Sevilla, el que hallándose en Lima por los años de 1587, otorgó su testamento ante el escribano público Esteban Pérez, y dejó entre otros legados, uno de mil pesos, para que llevados a Almonte se impusiesen, y se fundase una capellanía en la ermita de Nuestra Señora, a fin de que los moradores de aquellas selvas y contornos no careciesen los días festivos del Santo Sacrificio de la Misa.

Además dejó también otra limosna de quinientos pesos para reparar la ermita y hacer habitaciones para el Capellán, que debía celebrar en ella todos los días.

Progresivamente iba aumentándose el fervor y la devoción a la Santísima Virgen, y el año de 1635 fue asignado por primer Ermitaño el P. Fray Juan de San Gregorio, de la Congregación de San Pablo, cuya vida ejemplar y edificante contribuyó poderosamente a promover y fomentar el culto con notable concurrencia de los fieles. Más donde se experimentó de un modo visible la protección de la Soberana Señora, en cuantos la invocaban ante esta su Sagrada Imagen, fue en la horrorosa epidemia que afligió a Sevilla y toda su comarca en los años de 1649 y siguientes.

Desde aquella triste época data su principal y mayor celebridad. Consternados los hijos de Almonte acordaron llevar la Imagen de las Rocinas a la iglesia parroquial de la villa, y ésta se vio libre de aquel terrible azote que asolaba a Andalucía. Con éste motivo se hizo fiesta solemnísima, en la que fue elegida su Patrona. Asimismo data desde aquella fecha la institución de su fiesta anual el día segundo de Pascua del Espíritu Santo, como igualmente la tan renombrada romería, que ha llegado hasta nosotros como la más numerosa de cuantas por aquí se conocen, y la que goza de más fama y popularidad.Al mismo tiempo se refiere también la fundación de la Hermandad, para sostenimiento y solemnidad de los cultos, y a imitación de ésta han ido erigiéndose otras sucesivamente, según el orden siguiente de antigüedad. después de la primitiva de Almonte, ocupa el primer lugar la de Villamanrique, a ésta le sigue la de Pilas, después la de La Palma, a ésta las de Moguer y Sanlúcar de Barrameda, y por último las de Triana, Umbrete y Coria del Río.Después de haber leído la HISTORIA DE LA VIRGEN DEL ROCÍO dejamos  un enlace de interésClaves para entender el compas flamenco

Romeros, ante el Simpecado de su Hermandad

La verdadera historia de la Virgen del Rocio

lmonte estuvo habitado desde épocas muy remotas cuyos vestigios son frecuentes desde el paleolítico a la prehistoria. la advocación de la Virgen del rocio es una cristianización de la divinidad indígena tartesa Astarté, diosa de la fertilidad. En época musulmana Almonte pertenece a la cora de Labla (Taifa de Niebla) (Huelva) con el nombre de al-Yabal (Almonte).La conquista de Niebla tiene lugar en 1262 por Alfonso X el Sabio, hijo del rey Fernando III el Santo. Alfonso X repobló todas las tierras de la jurisdicción de Niebla a la cual pertenecía Almonte. En 1280, se realiza la primera repoblación en la zona occidental, donde se encontraba Almonte y la Rocina ya que la parte oriental tardaría algún tiempo en repoblarse. Las crónicas históricas cuentan que el rey Alfonso X el Sabio, mandó erigir una ermita consagrada a la Virgen hacia el año 1270 en el lugar llamado de Las Rocinas, que había sido reconquistado a los árabes, donde colocó la imagen de Nuestra Señora las Rocinas; se puede deducir que la ermita fue construida entre los años 1270 y 1275, en estilo mudéjar.
Las mismas crónicas relatan cómo en esos lugares, el rey creó un coto de caza, atraído por la belleza del lugar y la cantidad de ciervos existente. Este coto se conoce hoy como Coto de Doñana. Todo aquel bosque se denominaba las Rocinas, cuyos límites imprecisos no solo albergaban la zona por donde transcurre el arroyo de su nombre, sino su extensión, cuyos límites aproximados eran al norte bajando hacia el oeste la Canariega, Monteruelos, El pájaro y el Tendedero de la higuerita, al sur la punta de Malandar y al oeste la desembocadura del Guadalquivir: territorios éstos, qué después pasarán a la casa de Medina-Sidonia.
Actual ermita del Rocío.
Aquella primera ermita duró hasta el terremoto de Lisboa, en 1755, que la dejó en ruina; la Virgen del Rocío fue llevada entonces a Almonte y estuvo allí durante dos años seguidos, celebrándose allí la Romería del Rocío. Las reformas de la ermita acabaron en el año 1758.

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