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EL
PAISAJE VEGETAL DE CARTAGENA, FRUTO DE UN LARGO PROCESO DE DEGRADACIÓN.
Las comunidades
vegetales que hoy encontramos en la mayor parte de los paises ribereños
del Mediterráneo son, en gran medida, herencia de los distintos
aprovechamientos que el hombre ha hecho he hecho del territorio a lo largo
de miles de años.Así, la vegetación ordinaria que encontraron los habitantes del Paleolítico en la comarca de Cartagena, formada por extensos lentiscares, pinares, sabinares, cornicales y, en menor medida, carrascales más localizados, entremezclados con multitud de especies como el palmito y la coscoja entre otros, ha desaparecido de la mayor parte de la sierra, o ha sido sustituida por especies más oportunistas como el pino carrasco y diversos matorrales poco exigentes. Con ella desaparecieron también animales como el ciervo o el lobo, que habitaron la mayor parte de nuestros montes.
Pero no todo ha sido destrucción, también han existido intentos de conservación. Ya en 1787 aparecen acotados los montes de la Muela y Peña del Águila, los más representativos en cuanto a las plantaciones que en ellos se realizaban, sobre todo con pino, para poder abastecer a los astilleros de la Marina en la Jurisdicción de Cartagena. Para cumplir estas normas llegaba a castigarse duramente a los infractores, obligándoles a plantar un buen número de árboles por cada uno que arrancaban, lo que no impidió que se destruyeran las zonas boscosas. En las últimas décadas se ha ayudado poco a la vegetación ya que, , además de destruirla, se han hecho pocas repoblaciones, y en ellas se ha utilizado casi exclusivamente pino carrasco, en detrimento de otras muchas especies autóctonas de mayor interés ecológico y cultural. UNA FLORA SINGULAR
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Contacta con nosotros | Página principal de ANSE AgrŽganos a tus Favoritos! (CTRL-D) ANSE © 2001 Flora de MurciaArchive for Noviembre, 2010De algunas publicaciones antiguasEchando un vistazo a algunas de las publicaciones antiguas que he recopilado para un proyecto sobre la flora de Murcia, en la Biblioteca digital del Real Jardín Botánico de Madrid y que datan de la década 1900-1910, he reparado en un par de párrafos interesantes, de algunos de los primeros estudios botánicos sobre la flora de la Región de Murcia, en las sierras de Cartagena, los siguientes:Francisco de Paula Jiménez Munuera, en Plantas de Cartagena (adiciones y modificaciones) (1909), escribe: “Cuando en el año 1903 publiqué, en las Memorias de la Real Sociedad Española de Ciencias Naturales, el catálogo de «Plantas de Cartagena», donde se enumeraron las especies espontáneas de esta comarca, creía haber visto y recogido todas las que aquí vivían, excepción hecha de algunas formas insuficientemente comprobadas. Estaba lejos de pensar que visitando los mismos sitios en épocas del año muy próximas, pudiera encontrar nuevas formas no vistas hasta entonces, y sin embargo, así ha sucedido.” Carlos Pau, en Plantas nuevas para la flora española procedentes de Cartagena (1903), indica que: “Sin el concurso de los Sres. Ibáñez y Jiménez es muy probable que mi visita no hubiera dado resultado notable, porque no todas las especies se encontraban en condiciones de estudio y se hacía necesario recogerlas de nuevo; quede, pues, para mis amigos el mérito de su descubrimiento. Yo me reduje, como el loro del cuento, á ir á donde se me lievara; y si lograron ó no sus deseos, dícelo la presente nota con más elocuencia que todo cuanto aquí yo dijera.” Y es que, como también destaca Francisco Alcaraz et al., en el capítulo de libro Aproximación a la diversidad de la flora vascular de la Región de Murcia, en Biodiversidad: contribución a su conocimiento y conservación en la Región de Murcia, de Calvo et al. eds. (2000): “¡La flora de un territorio nunca puede darse por totalmente conocida!“. También, como apunta Pau, siempre seran necesarias aportaciones muy diversas, ya sean de aficionados, agentes medioambientales o profesionales de la botánica. Colores de otoñoCon la nueva estación algunos árboles comienzan a perder las hojas y, sin la espectacularidad de los chopos del Noroeste, así se encuentran los pequeños olmos (Ulmus minor) de la Rambla del Valle, muy cerca del recientemente reabierto Albergue Juvenil. |
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