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Alfredo Merino
A petición de Magazine, un grupo de cualificados expertos se ha
enfrentado a la difícil tarea de seleccionar los que consideran que son
los pueblos más bellos de España. El resultado es un conjunto de villas y
aldeas cuyo conjunto representa un valioso patrimonio rural. Si aún no
ha decidido qué hacer este verano, aquí tiene una treintena de destinos
espectaculares y sin ir muy lejos...
1. Albarracín (Teruel)
"Esto es lo que hace Albarracín diferente a otros pueblos que, sin la
menor duda, también son muy hermosos", explica Antonio Jiménez, director
gerente de la Fundación Santa María. Lo dice asomado a una de las
ventanas de su despacho abuhardillado del Palacio Episcopal, un edificio
del siglo XVIII sabiamente restaurado por la entidad que gobierna. A
sus pies, el caserío del que ha sido reconocido por un grupo de expertos
como el pueblo más bonito de España. En su geografía, la sabiduría del
tiempo y el trabajo del hombre
ha hecho que todo encaje con armonía, que no chirríe ni un elemento.
"Si acaso esas antenas de televisión, que desaparecerán cuando se
coloque el cableado bajo tierra", señala Jiménez.
Este hombre
tutela con rigor ejemplar hasta el más pequeño de los detalles de un
pueblo al que quiere como a ninguna otra cosa. Y presume de sus logros.
"Acabamos de abrir la Casa de la Julianeta, que ha quedado preciosa, y
eso que hemos tardado menos de un año en restaurarla". Rescatada de la
ruina y convertida en Escuela taller, es uno de los emblemas de la
localidad turolense.
Lo mismo que pasó con el Museo Diocesano,
que alberga una singular colección de piezas rescatadas del olvido o la
simple desaparición. O los cursos,
seminarios, jornadas, encuentros, exposiciones y demás eventos que
organiza incansable y que ha convertido a su Fundación en referencia
obligada, a la que acuden de muchos lugares de España y el extranjero
para aprender cómo tienen que hacerse estas cosas.
"Desde el
Ayuntamiento y desde la Fundación estamos empeñados en cuidar al máximo
estas cosas. Buscamos un turismo de calidad y no masificado. Nos sería
muy sencillo hacer lo mismo que en otros pueblos y obtendríamos
beneficios a corto plazo, pero nos cargaríamos el Albarracín que más
queremos", dice el alcalde, Francisco Martí, del Partido Aragonés
Regionalista.
El edil de este pueblo de 1.100 habitantes sabe que
esas actuaciones son pan para hoy y hambre para mañana, y que no sería
bueno para Albarracín atraer aglomeraciones como las que caen sobre
otros pueblos, sin duda igualmente bonitos, pero a los que, precisamente
esas masas, han aniquilado su verdadera vocación local y los han
convertido en fachadas de un falso mundo rural.
Cualquier obra
que se emprenda en este lugar tiene que contar con el visto bueno de la
Comisión del Patrimonio, integrada por el Director Provincial de Cultura
y Patrimonio, arqueólogos, historiadores y otros profesionales
cualificados. Aunque no pertenece a esta comisión, la Fundación Santa
María tiene mucho que decir en todas las restauraciones que se hacen y
ofrece su asesoramiento para que se ejecuten lo mejor posible.
"Antes,
quien quería abrir una ventana o emprender cualquier reforma se
molestaba si no le dejaban. Ahora comprenden que es la manera de que
venga turismo de calidad, que es nuestra principal riqueza", explica
Martí. Se ve que, del primero al último, todos están aquí confabulados
para cuidar hasta el menor detalle. Desde su charcutería, Pascual Muñoz
sabe que éste es el único camino para el futuro. Hace tiempo pidió
permiso para instalar una máquina de bebidas a la puerta de su tienda.
Se lo dieron, y ahora la va a retirar. "La voy a meter dentro, creo que
afea al pueblo. Y eso que soy el único que tengo permiso para tenerla en
la calle".
Esta armonía ha convertido a Albarracín en un pueblo
de pintores, que vienen a atrapar su esencia. Lo cuenta José Sánchez
Carralero, catedrático de Bellas Artes de la Universidad Complutense,
que dirige desde hace años unos exitosos cursos de pintura que se
desarrollan por las calles del pueblo. "Es excepcional para la pintura.
No sólo por sus rincones y alrededores, sino también por su luz, que
varía a lo largo del día y hace cambiar a todos los objetos y a su
geografía", cuenta delante de una de las modelos del taller, que posa
completamente desnuda entre los alumnos junto a la plaza del pueblo.
"La
oferta de encuentros, seminarios, semanas de música, cursos de pintura y
demás manifestaciones artísticas son un atractivo suficiente, con otras
cosas podemos correr el riesgo de perder la esencia del pueblo", señala
la documentada voz de Antonio Jiménez.
Se están abriendo algunos
hotelitos de esos que llaman con encanto. De trato personalizado,
cocina exquisita y detalles primorosos, uno de ellos lo dirigen
Angelines y José Miguel Jiménez. "Nos decidimos por esto y, mira, parece
que nos ha salido bien. Muchos de aquí no entendieron el concepto, pero
creo que hemos acertado".
Cae la tarde y las sombras se adueñan
de las tranquilas callejas. Se encienden la farolas y su luz ambarina
cambia entonces la geografía rural. Es la única modernidad de este
pueblo con vocación de perfecto.
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LOS 29 RESTANTES
2. La Alberca (Salamanca)
Un monótono esquileo subraya la oscuridad que se adueña de las calles.
Una sombra aún más negra se agarra al sonido de la campanilla y aparece
en una esquina. Allí se para y salmodia monótona: “Fieles cristianos,
acordaos de las benditas ánimas del purgatorio con un padrenuestro y un
avemaría por el amor de Dios”. Otro tintineo esfuma a la sombra. Es la
moza de ánimas, una vecina que cumple penitencia pidiendo en las
anochecidas una oración por los muertos.
No hay otro pueblo que conserve las tradiciones como éste. A trasmano y
perdido en los confines de la Sierra de Francia, lo que tiene La Alberca
se ha perdido en otras partes. Igual que su tejido urbano. De manera
sorprendente, el casco antiguo no muestra el menor zarpazo de la moderna
arquitectura. Mucho ha tenido que ver que el caserío y su perímetro
fueran uno de los primeros en nuestro país declarado Monumento
Histórico-Artístico, hace más de medio siglo.
Hay quien advierte que su laberinto tiene las trazas de una vieja
judería. Otros prefieren ver la organización de una medina árabe. Como
sea, estas casas no han cambiado en más de mil años. Los mismos balcones
corridos, idénticos voladizos que cubren casi por completo las calles,
dando frescor en verano, protegiendo del viento y la lluvia el resto del
año.
Junto a las casas, los albercanos conservan con idéntico primor sus
tradiciones. La moza de ánimas es una de ellas. El cerdo de San Antón,
alimentado por la casa en cuya puerta pasa la noche para luego ser
rifado entre los vecinos, otra. O el Diagosto y la Loa, dos impagables
monumentos del calendario festivo español. Costumbres ligadas a los
ciclos de la vida y la muerte, omnipresentes aquí, en un pueblo donde el
tiempo hace mucho que se detuvo. Como si no necesitase ver otras cosas.
3. Cudillero (Asturias)
No hay un caserío como el de Cudillero. Amontonadas en alegre hermandad,
cada una de sus casas trepa como le da la gana desde el borde del
puerto ladera arriba. La de encima pisa a la de abajo y aquella soporta a
una o varias sobre su tejado, en un singular laberinto imposible de
interpretar. Tan sorprendente batiburrillo no conoce la menor norma
urbana y, visto desde la bocana del puertecillo, parece un montón de
fachadas, sin calles ni traseras ni otra cosa que no sean brillantes
ventanas y filas de tejas.
Por si fuera poco, cada una luce un color más llamativo que el de la
vecina. Si ésta pinta de azul añil su fachada, aquella lo hace de
naranja, mientras que la de más allá es de azulejos encarnados. O
verdes. Nada de esto parece importar a los de Cudillero. Es más, se
muestran radiantes de lo que han levantado sobre la pequeña ensenada,
aunque donde de verdad mira esta gente es al mismo lugar que el resto de
los marineros de la cornisa: al Cantábrico.
Cudillero se refugia en uno de los pliegues del asturiano monte Vidio.
El desorden de la población es aparente y las casas no hacen sino
amoldarse a los caprichos de la inverosímil topografía de este lugar.
Aún así, hay sitio para monumentos remarcables, como la iglesia
parroquial, la ermita del Humilladero y el Palación, sede del
Ayuntamiento.
A la fuerza, los vecinos tienen que ser tan alegres como su pueblo.
Alegres y un poco únicos. Cómo definir si no a unos paisanos que llaman a
la lonja de pescado rula, que se autodenominan pixuetos y que falan una
lengua exclusiva. Lo que no tiene vuelta de hoja es la belleza del
caserío y la hospitalidad de sus gentes, a las que uno no tarda en
acostumbrarse. El tiempo justo en recorrer los estrechos tránsitos, los
callejones que separan las casas, encontrar un bullicioso chigre y
dejarse iluminar por el resplandor de la sidra escanciada.
4. Ainsa (Huesca)
La misma situación cuyo paisaje deja admirados a sus visitantes, granjeó
a la villa numerosos privilegios a lo largo de la Historia. Sobre un
cerro tallado por el Ara y el Cinca y en la encrucijada más importante
del Sobrarbe, La Ainsa, con artículo, como siempre ha gustado aquí
llamarla, alza su excepcional conjunto urbano.
Por su posición estratégica a los pies del Pirineo, fue durante siglos
disputado enclave. Destaca el año 724, cuando las huestes cristianas
capitaneadas por Garci-Ximeno reconquistaron el pueblo. Tiempo después
logró la Carta Puebla de manos de Alfonso I el Batallador, así como el
Fuero de Jaca, que facultó a la villa el derecho de portazgo y de
aduana, la potestad de celebrar ferias e incluso de elegir a su propio
Justicia.
Hoy, este pueblo se deja invadir con mansedumbre por otro ejército
bastante más incruento, aunque no menos demoledor: el de los miles de
turistas que cada año toman la robusta fortaleza que soportó siglos de
asedios, sabiamente recuperada.
Declarada conjunto Histórico-Artístico en los años 70 del pasado siglo
por la armonía de su casco antiguo, destaca la pla- za de la Colegiata.
Levantada en el siglo XII, la amplia plaza mayor se rodea de una
porticada organizada en dos crujías. El suelo de cantos rodados es el
mejor complemento a la piedra de los edificios. En una esquina, la torre
de la Colegiata asoma por encima del caserío. Observatorios y asaeteros
de su fachada muestran su origen como castillo fortaleza. En el
interior, un singularísimo claustro triangular.
Recorren el alargado caserío dos calles. La Grande atesora las mejores
casonas, como la Arnal y la Bielsa. Una vez recorrida, hay que salir a
las afueras para percibir la mejor vista de La Ainsa, su recia silueta
recortada ante otra muralla aún más fabulosa: la del Pirineo.
5. Arcos de la Frontera (Cádiz)
Se mire desde donde se mire, asomarse a cualquiera de los miradores de
Arcos de la Frontera es un ejercicio de vértigo. Desde el de la Peña, el
de San Agustín o el de Abades, desde el paseo de Boliches o en la calle
Peña Vieja, la vista debe acostumbrarse al vacío de inmediato.
El tajo del Guadalete que ciñe el alcor donde se alza o los embalses de
Arcos y Bornos, infinitamente abajo, encoge el ánimo, que busca
distraerse con la cuarteada campiña o los difuminados contornos de las
lejanas serranías. Es tan grande el panorama, que dicen se ve hasta el
mar, pero lo que atrae la atención cuando se mira hacia el abismo
arqueño son los cernícalos.
Las rapaces viven en ese aire y entran y salen del cantil o de debajo de
algunas tejas persiguiendo insectos. Es justo entonces cuando el ave se
vuelve parte de Arcos que, fiel a su naturaleza aérea, parece hacerse
pedacitos lanzados al vacío.
En realidad, se trata de dos pueblos. Uno que se ofrece desde la
distancia de Alcalá de los Gazules, la carretera de Bornos o la de El
Bosque. Traza de cal, que subraya por lo alto el gastado cantil. El otro
hay que buscarlo con alma de explorador por sus calles, plazuelas y
pasadizos, hasta dar con el aire que lo define.
No hay que andar mucho para descubrir el por qué de su nombre. Al menos
el del primero, Arcos. Innumerables arcadas hilvanan la techumbre de las
callejas, componiendo un elemento singular. Monu- mental por los cuatro
costados, los gastados sillares de los templos soportan el blanco
inmaculado del caserío. Iglesias, hospitales, palacios, casas nobles,
murallas y torreones se esparcen con sabiduría por el barrio alto. Son
el mejor complemento de la vida que desborda por su geografía. Una
vitalidad que recalca el cante que mana de las sombras tras una reja y
que queda adherida como el recio sabor de esos tejeringos que venden en
cualquier esquina.
6. Ronda (Málaga)
Entre el tajo labrado por el Guadalevín y la más hermosa plaza de toros
jamás vista, Ronda luce arte e historia por los cuatro costados. Romana y
bárbara, árabe y cristiana, el pasado rondeño sale al encuentro y
obliga a conocer con pausa la villa. La misma calma que se necesita para
trepar a la parte alta desde los baños árabes.
Aunque varios yacimientos testimonian su poblamiento prehistórico,
recayó en Escipión el romano el honor de fundar esta villa arriscada. A
los árabes debe su nombre, quienes la llamaron Izn-Rand Onda, la Ciudad
del Castillo.
Cuesta creer que esa poderosa obra levantada hace 300 años y que
une la ciudad con el llamado Mercadillo sobre el vértigo del Guadalevín,
sea conocida como el Puente Nuevo. Así es Ronda: sorpresa permanente,
plenitud hecha urbe, absoluta esencia andaluza. Pocas poblaciones han
sabido embrujar a una nómina de tan ilustres personajes como la capital
rondeña. El romano Plinio tal vez sea el más viejo de todos, pero no fue
hasta 2.000 años más tarde cuando cautivó a más gente. Richard Ford,
Prospero Merimé, Gustavo Doré y Ernest Hemingway, entre los extranjeros.
Luis Cernuda, Rafael Alberti y Federico García Lorca por parte
nacional. Ellos y otros tantos no dudaron en considerar a Ronda como la
“ciudad soñada”, tal y como la definió Rainer Maria Rilke, un enamorado
más de sus encantos.
No puede pasarse por alto al más singular de sus lugares: la Real
Maestranza de Caballería de Ronda. Epicentro de la villa, fue levantada
en 1785 empleando dos inexcusables elementos de la serranía: madera de
los pinsapos rondeños y piedra extraída por una bendita coincidencia de
la cantera del arroyo del Toro. Más que su estilo y armonía, lo que
trasciende en este coso es el duende de un toreo tan necesariamente
macho como artista. Igual que el arte de los Romero y los Ordóñez, las
dos dinastías rondeñas que desde el señorial albero iluminaron como
ninguna la tauromaquia.
7. Almagro (Ciudad Real). Epicentro del Campo de Calatrava,
sus balconadas corridas reflejan una antigua relación con el teatro que
subraya el único corral de comedias llegado del Siglo de Oro.
Interesantes ejemplos de arquitectura religiosa, como el convento de la
Asunción. www.ciudad-almagro.com. Tel: 926 860 046.
8. Anciles (Huesca). Pequeño pueblo al pie de la cordillera
pirenaica que conserva el tejido urbano y la arquitectura aragonesa
típica de la alta montaña. Destacados ejemplos como las casas Suprian,
Barra, Sebastián y Sort. Depende del cercano (1,8 km) municipio de
Benasque. www.turismobenasque.com. Tel: 974 551 001.
9. Ansó (Huesca). Destacado conjunto urbano dominado por la
imponente iglesia gótico-renacentista. Casas de piedra con tejados de
pizarra que ofrecen un armonioso conjunto. Posee un museo etnológico. El
último domingo de agosto se celebra el Día de Exaltación del Traje
Ansotano. www.losvalles.com. Tel: 974 370 225.
10. Astorga (León). La capital de los antiguos amacos conserva
una de las más singulares líneas del horizonte de todos los pueblos
españoles: la que forma su muralla romana, la catedral y el palacio de
Gaudí, una de las escasas obras del arquitecto catalán fuera de
Cataluña. www.ayuntamientodeastorga.com. Tel: 987 618 222.
11. Besalú (Girona). De origen íbero y celta, alza sobre el
Fluviá uno de los mejores cascos medievales de España. Destaca el puente
fortificado del siglo XI, de forma angular para adaptarse a las piedras
del río. Fue uno de los primeros peajes catalanes; en la época condal
había que pagar para cruzarlo. www.ajuntamentbesalu.org. Tel: 972 592 40.
12. Betanzos (A Coruña). Declarada conjunto Histórico-artístico
en 1970. Murallas y barrios antiguos. Conserva varias puertas de su
muralla y sugerentes rincones, como la plaza donde están el cruceiro de
Santa María de Azouque y la iglesia de San Francisco y la plaza de la
Constitución. www.dicoruna.es/municipios/betanzos. Tel: 981 772 908.
13. Cadaqués (Girona). Considerado uno de los más bellos del
Mediterráneo, descubrió el turismo allá por la década de los 50 del
pasado siglo. El blanco caserío desciende desde la parroquia a la orilla
del mar y acoge una gran actividad artística, sobre todo desde el
pasado año consagradado a Dalí. www.cbrava.com/cadaques.htmTel: 972 258 200.
14. Casares (Málaga). Una de las localidades más conocidas de
Andalucía al ser recurrente imagen de carteles turísticos de la región.
Sobre un cerro de la Sierra Bermeja, este pueblo de hermosos y
tranquilos rincones despliega su rotunda tesis de cal inmaculada y tejas
rosadas. www.webmalaga.com Tel: 952 894 150.
15. Castillo de los Polvazares (León). La más entrañable
población de la Maragatería del antiguo reino de León. Destaca por su
singular arquitectura, organizada en el eje de la calle principal que
apunta al monte Teleno. Muy cercana al Camino de Santiago. www.users.servicios.retecal.es. Tel: 987 618 222.
16. Ciudad Rodrigo (Salamanca). La capital del campo charro
se alza en un cerro sobre el río Águeda. Su conjunto es de los más
importantes de la provincia. Contenido dentro de la muralla de origen
romano, destacan los edificios de la Plaza Mayor, el palacio de los
Castros y la Catedral. www.dipsanet.es. Tel: 923 498 400.
17. Deià. (Mallorca). Sugerente población encaramada en los
últimos pliegues occidentales de la Sierra de la Tramuntana. Remanso de
tranquilidad en mitad de un paisaje de gran belleza, es conocida sobre
todo por ser refugio de escritores y artistas, como el británico Robert
Graves. www.deia-mallorca.com. Tel: 971 639 077.
18. El Rocío (Huelva). Esta remota aldea almonteña inventó los
pueblos del Oeste americano. Lo certifican sus calles polvorientas con
casas encaramadas sobre porches de madera. Por si fuera poco, la rodea
Doñana, el parque nacional más importante de Europa, y es destino de la
romería más famosa. www.arrakis.es/~duma/elrocio.htm. Tel: 959 450 419.
19. La Orotava (Tenerife). Capital del valle del mismo nombre,
paraíso del norte de Tenerife, surge sobre un océano de plataneras. En
esta regia villa destacan algunas casas señoriales y la iglesia de la
Concepción se une sin dificultades a la feraz naturaleza canaria gracias
a sus jardines. www.villadelaorotava.com. Tel: 922 323 041.
20. Llanes (Asturias). Enclavado en el oriente astur, entre
el Cantábrico y la sierra de Cuera, donde aún viven los míticos
asturcones. Caserío marinero con casonas de indianos e históricas como
la de los Gaztañaga. El muelle de hormigón decorado por el artista
Agustín Ibarrola es su contrapunto. www.ayuntamientodellanes.com. Tel: 985 400 110.
21. Mogrovejo (Cantabria). Pueblo montañés encaramado en las
alturas de la Liébana, en los Picos de Europa. Muestra un armonioso
conjunto de edificios de arquitectura típica presididos por la torre y
casona de los condes del lugar. Además, destacan su parroquia y varias
casas nobles. www.canales.eldiariomontanes.es. Tel: 942 730 787.
22. Morella (Castellón). Sobre una robusta muela de roca que
rompe el paisaje de Els Ports, se adorna con un complejo recinto
amurallado de más de dos kilómetros de longitud. Las calles y plazuelas
de esta impresionante plaza fuerte recuerdan tranquilas las incontables
reconquistas que han sufrido. www.morella.net. Tel: 964 173 032.
23. O Cebreiro (Lugo). Enclavado en una de las zonas más salvajes
de España, entre las sierras de los Ancares, O Capeloso y O Caurel, en
la Galicia más ancestral, el caserío de esta aldea se integra a la
perfección en el austero medio de la montaña galaica, destacando las
pallozas de origen celta. www.cebreiro.sitio.net
24. Peñalba de Santiago (León). Escondida en el último rincón
del Valle del Silencio, este montón de casas de pizarra aún no ha
abandonado la Edad Media. La sorpresa de un arado romano que duerme bajo
un cobertizo es complemento de la iglesia de Santiago, sobria joya
mozárabe de influencia oriental. www.airbierzo.com/ponferrada/ penalba.htm
25. Peratallada (Girona). Unida al más importante linaje del
Baix Empordá, este caserío atesora dentro de su muralla una tranquilidad
que parece permanecer invariable desde la lejana época medieval, en la
que tuvo su mayor esplendor. A destacar el castillo y el palacio de los
Cruilles. www.wblandia.com
26. Riglos (Huesca). Más que el blanco caserío, sobresalen
los poderosos Mallos de Riglos, a cuyos pies se agazapa el pueblo. Son
enormes moles de conglomerado, que alcanzan una altura de 300 m y
constituyen una de las bellezas más destacadas del Pirineo. www.ayuntamientohuesca.es. Tel: 974 380 391.
27. San Vicente de la Barquera (Cantabria). A orillas del
Escudo, un río que casi es más ancho que largo, el caserío se extiende
por el cerro que corona la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles.
En la parte baja del pueblo destacan las balconadas de las casas
marineras. www.sanvicentedelabarquera.org. Tel: 942 710 797.
28. Urueña (Valladolid). Desde el exterior, nada transciende
tras la impresionante muralla que hace conservar a esta población su
carácter de fortaleza medieval. Dentro del recinto destaca la iglesia de
estilos gótico y renacentista, sede de la Fundación Centro Etnográfico
Joaquín Díaz. www.guiarte.com. Tel: 972 258 200.
29. Pedraza (Segovia). Poblada al menos desde el siglo IV
antes de Cristo, esta villa castellana está catalogada como Conjunto
Monumental desde 1951. Villa fortificada que se alza en una colina
amurallada, su conjunto está perfectamente conservado, con varias
plazuelas y calles de sabor medieval. www.pedraza.info. Tel: 921 508 666.
30. Santillana (Cantabria). Pueblo de enorme valor monumental
crecido en torno a su Colegiata, el principal monumento de la villa.
Edificios destacados como las torres del Merino y de Don Borja y las
Casas de los Hombrones, Águila y La Parra. En las afueras está la cueva
de Altamira y su flamante museo. www.santillana-del-mar.com. Tel: 942 818 812.
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Sebastián Álvaro. Director “Al filo de lo imposible”. Nerín (Huesca). Ainsa (Huesca). Arcos de la Frontera (Cádiz). Laguardia (Álava). Cudillero (Asturias). 2. Fernando Baeta. Director “Siete Leguas” y Viajes de el mundo. Ansó (Huesca). Albarracín (Teruel). Ainsa (Huesca). La Alberca (Salamanca). Cadaqués (Girona). 3. José María Bermúdez. Antropólogo, codirector excavaciones de Atapuerca. Ciudad Rodrigo (Salamanca). El Escorial (Madrid). Santillana del Mar (Cantabria). Sóller (Mallorca). Betanzos (A Coruña). 4. Borja Cardelús. Biólogo, director de documentales como “La España Salvaje”. Trujillo (Cáceres). El Rocío (Huelva). Astorga (León). Valle Gran Rey (Gomera). Olot (Gerona). 5. Enrique Domínguez Uceta. Arquitecto y periodista. Ronda (Málaga). Peñíscola (Castellón). Albarracín (Teruel). Setenil de las Bodegas (Cádiz). La Orotava (Tenerife). 6. María Dolores Escudero. Geógrafa y secretaria general de la Sociedad Geográfica Española. Peñalba de Santiago (León). Besalú (Girona).La Orotava (Tenerife). Cudillero (Asturias). Cobarrubias (Burgos). 7. Juan Mari Feliú. Presidente de Senderismo de la Federación Española de Deportes de Montaña y director de la revista “Caminar”. Puebla
de Sanabria (Zamora). San Vicente de la Barquera (Cantabria). Viella
(Valle de Arán). Santa Cruz de la Palma (Gran Canaria). Mérida
(Badajoz). 8. Cristina García Rodero. Fotógrafa. La Alberca (Salamanca). Ansó (Huesca). Arcos de la Frontera (Cádiz). Morella (Castellón). Almagro (Ciudad Real). 9. Suso Garzón. Biólogo y director del Proyecto Transhumancia. Valverde de la Vera (Cáceres). Robledillo de Gata (Cáceres). San Martín de Trebejo (Cáceres). Bajerque (Lérida). Balota (León). 10. José Gil Franquesa. Director revista “De Viajes”. Peratallada (Girona). Pontedeume (A Coruña). Peñaranda de Duero (Burgos). Deià (Mallorca) Carmona (Sevilla). 11. Javier Gómez Navarro. Ex-Delegado Nacional Deportes y editor.
Santillana del Mar (Cantabria). Arcos de la Frontera (Cádiz). Sigüenza
(Guadalajara). Albarracín (Teruel). Morella (Castellón). 12. César Justel. Periodista. Morella (Castellón). Albarracín (Teruel). Castrillo de los Polvazares (León). Urueña (Valladolid). Zahara de la Sierra (Cádiz). 13. José Antonio Labordeta. Cantautor y diputado. La Ainsa (Huesca). Albarracín (Teruel). Ronda (Málaga). Betanzos (A Coruña). Cudillero (Asturias) 14. Xurxo Lobato. Fotógrafo.
Allariz (Ourense). Peñalba de Santiago (León). Albarracín (Teruel).
Castrillo de los Polvazares (Zamora). Corcubión (A Coruña). 15. Mariano López. Director de “Viajar”. Ronda (Málaga). San Pedro de Alcántara (Cáceres). Cudillero (Asturias). Albarracín (Teruel). Arcos de la Frontera (Cádiz). 16. Ana Llovet. Directora de “Condé Nast Travel”. Ronda (Málaga). Pedraza (Segovia). Fuenterrabía (Guipúzcoa). Úbeda (Jaén). Albarracín (Teruel). 17. Gonzalo Martínez Azumendi. Fotógrafo. Frías (Burgos). Mundaka (Vizcaya). Riglos (Huesca). O Cebreiro (Lugo). La Alberca (Salamanca). 18. Eduardo Martínez de Pisón. Catedrático de Geografía. Cudillero (Asturias). Anciles (Huesca). Icod (Tenerife). Alameda del Valle (Madrid). Benadalid (Málaga). 19. Cristina Morató. Periodista, fotógrafa y escritora. Peratallada (Girona). Casares (Málaga).O Cebreiro (Lugo). Llanes (Asturias). Ciudad Rodrigo (Salamanca). 20. José Pardina. Director de “Muy Interesante”. Teror (Gran Canaria).Calella (Barcelona).Anciles (Huesca). Deià (Mallorca). Pedraza (Segovia). 21. Luis Pancorbo. Escritor y director de “Otros pueblos”. Cillaperlata (Burgos). Orduña (Vizcaya). Cadaqués (Gerona). Aínsa (Huesca). Campo Lameiro (Pontevedra). 22. Darío Rodríguez. Director Editorial Desnivel. Mogrovejo (Cantabria). Siurana (Tarragona). Pedraza (Segovia). Riglos (Huesca). La Alberca (Salamanca). 23. Jorge Sierra. Fotógrafo. Jerez de los Caballeros (Badajoz). Grazalema (Cádiz). Casares (Málaga). Luarca (Asturias). Albarracín (Teruel). 24. Jesús Torbado. Escritor y periodista. Premio
Planeta de novela y Mariano de Cavia de Periodismo. Autor de medio
centenar de libros de pueblos y ciudades de España. Ampudia (Palencia).
La Alberca (Salamanca). Frigiliana (Málaga). Santillana del Mar
(Cantabria). Besalú (Girona). 25. Carlos Zapatero. Director Fundación Ferrocarriles Españoles. Vinuesa (Soria). Mogrovejo (Cantabria). Guadalest (Alicante). Urueña (Valladolid). Rodalquilar (Almería). |
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RESULTADOS
Albarracín (Teruel), 9 puntos.
La Alberca (Salamanca), 5puntos.
Cudillero (Asturias), 5 puntos.
Ainsa (Huesca), 4 puntos.
Arcos de la Frontera (Cádiz), 4 puntos.
Ronda (Málaga), 4 puntos.
Morella (Castellón), 3puntos.
Pedraza (Segovia), 3 puntos.
Santillana del Mar (Cantabria), 3 puntos. Anciles (Huesca), 2 puntos. Ansó (Huesca), 2 puntos. Besalú (Guirona), 2 puntos. Betanzos (A Coruña), 2 puntos. Cadaqués (Girona), 2 puntos. Casares (Málaga), 2 puntos. Castrillo de los Polvazares (Zamora), 2 puntos. Ciudad Rodrigo (Salamanca), 2 puntos. Deià (Mallorca), 2 puntos. La Orotava (Tenerife), 2 puntos. Mogrovejo (Cantabria), 2 puntos. O Cebreiro (Lugo), 2 puntos. Peñalba de Santiago (León), 2 puntos. Peratallada (Girona), 2 puntos. Riglos (Huesca), 2 puntos. Urueña (Valladolid), 2 puntos. Alameda del Valle (Madrid), 1 punto. Almagro (Ciudad Real), 1 punto. Allariz (Ourense), 1 punto. Ampudia (Palencia), 1 punto. Astorga (León), 1 punto. Bajerque (Lleida), 1 punto. Balota (León), 1 punto. Benadalid (Málaga), 1 punto. Calella (Barcelona), 1 punto. Campo Lameiro (Pontevedra), 1 punto. Carmona (Sevilla), 1 punto. Cillaperlata (Burgos), 1 punto. Cobarrubias (Burgos), 1 punto. Corcubión (A Coruña), 1 punto. El Escorial (Madrid), 1 punto. El Rocío (Huelva), 1 punto. Frías (Burgos), 1 punto. Frigiliana (Málaga), 1 punto. Grazalema (Cádiz), 1 punto. Guadalest (Alicante), 1 punto. Hondarribia (Guipúzcoa), 1 punto. Icod (Tenerife), 1 punto. Jerez de los Caballeros (Badajoz), 1 punto. La Guardia (La Rioja), 1 punto. Luarca (Asturias), 1 punto. Llanes (Asturias), 1 punto. Mérida (Badajoz), 1 punto. Mundaka (Vizcaya), 1 punto. Nerín (Huesca), 1 punto. Olot (Girona), 1 punto. Orduña (Vizcaya), 1 punto. Peñaranda de Duero (Burgos), 1 punto. Peñíscola (Castellón), 1 punto. Pontedeume (A Coruña), 1 punto. Puebla de Sanabria (Zamora), 1 punto. Robledillo de Gata (Cáceres), 1 punto. Rodalquilar (Almería), 1 punto. San Martín de Trebejo (Cáceres), 1 punto. San Pedro de Alcántara (Cáceres), 1 punto. San Vicente de la Barquera (Cantabria), 1 punto. Santa Cruz de la Palma (G. Canaria), 1 punto. Setenil de las Bodegas (Cádiz), 1 punto. Sigüenza (Guadalajara), 1 punto. Siurana (Girona), 1 punto. Sóller (Mallorca), 1 punto. Teror (G.Canaria), 1 punto. Trujillo (Cáceres), 1 punto. Úbeda (Jaén), 1 punto. Valverde de la Vera (Cáceres), 1 punto. Valle de Gran Rey (Gomera), 1 punto. Viella (Lleida), 1 punto. Vinuesa (Soria), 1 punto. Zahara de la Sierra (Cádiz), 1 punto. |
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