miércoles, 10 de abril de 2013

TUICO CON MIGUEL HERDANDEZ SIEMPRE


Tristes guerras si no es amor la empresa. Tristes, tristes.
Tristes armas si no son las palabras. Tristes, tristes.
Tristes hombres si no mueren de amores. Tristes, tristes.

El 28 de Marzo de 1942 fallecía Miguel Hernández y no fueron los amores lo que acabó con su vida, sino que fue una cochina tuberculosis.
Triste, triste…

Aunque en realidad, lo que verdaderamente mató a Miguel, fue la soledad, la tristeza y la cárcel.
Tu risa me hace libre, me pone alas.
Soledades me quita, cárcel me arranca.
Boca que vuela, corazón que en tus labios relampaguea.
Tan sólo tenía 31 años y un enorme bagaje de poesía a sus espaldas, comparable al de cualquier genio de la literatura universal. Una poesía la suya llena de esperanza y alegría pero nacida del dolor, la guerra y la desgracia.
Tengo estos huesos hechos a las penas
y a las cavilaciones estas sienes:
pena que vas, cavilación que vienes
como el mar de la playa a las arenas.
[...] Nadie me salvará de este naufragio
si no es tu amor, la tabla que procuro,
si no es tu voz, el  norte que pretendo.
Eludiendo por eso el mal presagio
de que ni en ti siquiera habré seguro,
voy entre pena y pena  sonriendo.
Murió solo y abandonado en la cárcel de Alicante, y cuentan que cuando falleció no fueron capaces de cerrarle los ojos, tantas debían ser sus ganas por seguir viviendo.


Poco antes de morir, cuando veía próximo su final , dejó escrito sobre la pared de su celda…

Adiós, hermanos, camaradas y amigos.
Despedidme del sol y de los trigos.


Adiós no, querido Miguel,  quedamos en volver a vernos en tu poesía. Así que mejor decir…
¡Hasta siempre!

— — —
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.


[...]Tanto dolor se agrupa en mi costado
que por doler me duele hasta el aliento.

[...]No hay extensión más grande  que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Relacionada:
Más en:

No hay comentarios:

Publicar un comentario