sábado, 6 de abril de 2013

tuico aqui lo dejo



 
El origen de la fortaleza actual es de época romana, se piensa que aquí se levantaba un templo dedicado al dios de la medicina Esculapio (el santuario más importante de este dios está en Epidauro). Después llegaría los musulmanes que construirían encima una fortaleza en el siglo XII o XIII. Tras la conquista de Cartagena por Alfonso X el Sabio en 1245, éste mandó construir la torre del homenaje reutilizando el recinto islámico y empleando materiales de las ruinas romanas: pilastras, columnas e inscripciones, como la gran lápida de Lucio Emilio Recto que sirve de dintel a la entrada de la torre.

Desde el patio de Armas vemos una bonita estampa de la torre del homenaje que según algunos estudiosos tenía antaño el doble de altura que en la actualidad puesto que le faltaría una segunda planta completa. Por ello se piensa que este torreón en su época tendría una apariencia muy similiar a la torre alfonsina del castillo de la cercana Lorca.

  
Antes de entrar en dicha torre nos aproximamos a la zona del Adarve donde vemos el muro exterior del torreón, diferentes elementos que componían las ménsulas de las antiguas bóvedas y una maqueta de cómo era la alcazaba musulmana.

En un lateral accedemos a los perfectamente conservados aljibes cuya función era la de almacenar el agua de lluvia, de vital importancia en caso de ser sometido a un asedio. Está compuestos de una bóveda de medio cañón, con una iluminación que nos recuerda que donde estamos ahora antes había agua. Se piensa que pueden ser de época romana, quizás eran parte del desaparecido templo de Esculapio. Como curiosidad fueron utilizados en el siglo XIX como prisión militar durante la revolución Cantonal de Cartagena. Actualmente en ellos se proyecta un audiovisual que muestra la evolución del castillo con el paso de los siglos.
 

 
Una vez en el interior de la torre del homenaje, tenemos la posibilidad de ver un pequeño film sobre el devenir histórico de la ciudad, desde su fundación en el año 229 a.C hasta la actualidad, pasando por la época romana, por el siglo XVIII y por la época modernista. Ésto se complementa con técnicas audiovisuales de última generación, mediante proyecciones de diaporamas. Existe la posibilidad de hacer el recorrido con un guía, para ello infórmate en la recepción del monumento del horario en que se realiza.


Seguidamente subimos por unas rampas hasta la terraza donde las vistas de la ciudad son increíbles. Desde aqui podemos ver claramente dónde estaba la laguna salada, debido a que esta zona edificada está algo más hundida que el resto de la ciudad; también vemos las otras 4 colinas que cerraban la Cartagena antigua; el antiguo mar de Mandarache (la actual Arsenal) y detalles de la costa.
   

 
Si seguimos bordenado el horizonte del mar vemos los faros de Navidad (el rojo) y la Curra (el verde). En el otro extremo de la terraza vemos, en la Universidad Politécnica de Cartagena, un avión C-101 que ha estado en activo durante más de treinta años y que ha prestado un servicio de 4.498 horas de vuelo en la Academia General del Aire. Se inauguró en septiembre de 2011 y ya popularmente se le conoce como el avión "Culo Pollo". En definitiva desde aquí tendremos una panorámica de 360º de Cartagena.

Volvemos sobre nuestros pasos, nos disponemos a visitar la zona de las troneras situadas cerca de la recepción. Lo primero que nos encontramos es una exposición de la Cartagena islámica, puerto de Al-Andalus, donde podremos ver piezas de esa época, además de paneles informativos e interactivos.
 
Seguidamente nos adentramos en las troneras en sí a través de unas cómodas rampas acristaladas. Se tratan de estancias construidas en la ampliación del siglo XVII. Nada más descender la rampa encontramos junto a la puerta de entrada los restos de lo que fue una cocina, con señales del humo del fuego. También vemos en las aspilleras (o saetera o troneras) los restos de las vigas de maderas incrustadas en la pared que sostenían las pasarelas por donde los soldados pasaban para utilizar su armamento en caso de necesidad.

En las diferentes salas contiguas de las troneras completaremos mejor la historia del castillo gracias a los diferentes paneles informativos y a las piezas que se exponen en vitrinas, como restos de cerámicas, el baúl donde se custodiaban documentos importantes en el siglo XIX o la copia de un códice donde se señalan los privilegios otorgados a la ciudad de Cartagena.
   



No hay comentarios:

Publicar un comentario