domingo, 14 de abril de 2013

TUICO DESCANSA

:rep:
El “Alcalde de Zalamea” (Calderón de la Barca), dijo que el honor es patrimonio del alma.
Al ciudadano, se le debe exigir honor y su derivada: honradez. Esa debe ser la divisa del ciudadano. Cuando con honradez realizamos nuestras acciones, nos podremos equivocar porque somos humanos, pero no habremos obrado mal. Y sin embargo, es la maldad la que triunfa.
“Ustedes hagan las leyes que yo haré los reglamentos”, atribuida a Romanones, pero muy cierta.
Interpretar la voluntad popular, es lo que dicen hacen los políticos. Y es que eso de las interpretaciones de libros sagrados o políticos, es en la mayoría de los casos: perverso. Por ejemplo; se hace alusión a los votos obtenidos en unas elecciones, de acuerdo. Eso se dio en ese momento y por un programa electoral. Transcurrido el tiempo, las personas retiran su apoyo a aquel que votaron por no cumplir con las expectativas; ya no serán esos votos. Sin embargo, siguen apelando a los votos obtenidos interpretando la voluntad popular. La voluntad popular con respecto a la invasión genocida de Iraq, era en un 90 % contraria, y sin embargo nos metieron en esa guerra. La voluntad popular interpretada por los políticos a su gusto y manera. Eso, es despotismo o tiranía.
“O sabe naturaleza/ más que supo en otro tiempo,/ o tantos que nacen sabios/ es porque lo dicen ellos”. Lope de Vega en “La Dorotea”.
Nos toman por tontos, quizá lo seamos.
El pueblo tutelado.
Si nos paramos a mirar a nuestro derredor y observamos a las personas, aparte de ver sus historias, podríamos descubrir muchas cosas de nuestros prójimos. Por ejemplo, observemos qué periódico leen, qué emisora de radio sintonizan. En los tajos de albañiles, el Marca (o similares) y “Los cuarenta principales” (o similares); en la peluquería, el “Hola” (o similares) y la tele puesta en un programa de picadillo de corazón. Los comentarios y conversaciones, giran en torno a lo que se lee u oye.
Pero si miramos los contenidos de los programas educativos, la cosa ya es de echarse a llorar. Por ejemplo; después de mirar en un libro un importante número de páginas no queda un concepto claro cuando bien hecho con un par de páginas quedaría. La calidad de los libros de texto, queda para otras épocas.
Y es en este contexto donde se hacen las leyes. Desde la Constitución a un decreto ley.
Y siguiendo en este contexto, convencidos los pícaros de que el pueblo otrora soberano es populacho, hacen de su capa un sayo.
Si nos vamos al ”Diario de Sesiones” del congreso en la II República Española y lo comparamos con la actualidad, veremos la pobreza de nuestros representantes. Si tomamos un discurso de los Presidentes de las República Españolas y los comparamos con los del actual Jefe de Estado, veremos la pobreza de este. Vacuos, hueros.

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