viernes, 19 de abril de 2013

TUICO Y LOS JUGUETES ROTOS



Juguetes rotos | Rostros televisivos que perdieron el rumbo de su

 

Hace unos días nos sobrecogíamos con la noticia de que Andrés Gimeno, uno de los tenistas más grandes que ha dado este país, se encuentra actualmente en la ruina. La crisis económica le ha obligado a vender sus propiedades y vivir de alquiler. "Yo tenía la vida muy bien montada –dedicándose a la construcción- pero la crisis económica me ha pegado un palo impresionante", declaraba el catalán, quien ha llegado a afirmar que "sólo quiero tener para pagar la luz".
Esa frase, viniendo de un campeón de Roland Garros, sorprende. Y duele. Más le ha costado a él afrontarlo. Asegura que trató de defenderse sin decir nada de su situación todo lo que pudo, pero que ha llegado a tal extremo que no le ha quedado otra que pedir ayuda. "Lo que necesito es poco, un poco más para vivir, para pagar la luz, el agua, el alquiler del piso", confiesa el primer campeón español que tuvo el Trofeo Conde de Godó en una entrevista a La Vanguardia.
Y la va a recibir. Por fortuna para él, el mundo del tenis, 'su' mundo, le va a dedicar un homenaje el próximo día 22 de octubre en el que varios tenistas españoles, Rafa Nadal incluido, participarán para darle su ayuda.
Pero no todos han corrido la misma suerte. Muchos son los que han llegado, por un motivo u otro, hasta una situación crítica, y siguen luchando para salir de ella. Son los juguetes rotos del deporte español.
El boxeo, el más golpeado
El mundo del boxeo es quizá el más afectado por este tipo de historias. Sólo en nuestro país encontramos varios ejemplos de ello. Hace poco nos enterábamos de la preocupante situación de Perico Fernández, un auténtico ídolo en la década de los 70, en la que se proclamó campeón de España, de Europa y del Mundo en el peso superligero.
Después de una retirada plagada de lujos y vicios, como él mismo ha confesado en más de una ocasión, actualmente Perico subsiste en una precaria situación económica. No tiene un lugar donde dormir, y lo hace gracias a un amigo suyo que le deja una cama cuando cierra el club de alterne que regenta. Su única fuente de ingresos, muy mínima, procede de los cuadros que pinta y que suele vender a sus conocidos.
En una entrevista concedida a Efe, el ex campeón del mundo señalaba que anda mucho y de vez en cuando se sienta en un banco y echa una cabezada. De esta forma, dice, ve pasar los días. "He tenido problemas de todo tipo, sobre todo con las mujeres. Con casi todas..., que te voy a decir", indica, con cierto tono de amargura.
Ante esta situación, y después del SOS lanzado por el exboxeador a través del diario Heraldo de Aragón, varios de sus amigos –entre ellos el también expúgil José Antonio López Bueno- han decidido hacerle un homenaje y varios actos con el objetivo de recaudar dinero para paliar en parte su apurada situación.
Pero sin duda el caso más sintomático es el de Poli Díaz. Otro de los más grandes boxeadores de nuestro país –aunque nunca llegó a ser campeón del mundo, sí lo fue de Europa hasta en ocho ocasiones- y que acabó muy mal parado por una vida plagada de abusos.
La derrota en la final mundial de 1991 ante Whitaker supuso la caída al abismo que viene después la ecuación: fama rápida + mucho dinero + muchos excesos. Desde entonces, trató de dedicarse al cine pornográfico, y cayó de lleno en el mundo de las drogas. Su imagen en el poblado chabolista madrileño de La Rosilla alquilando una tienda de campaña a los allí presentes a cambio de una dosis de heroína dio la vuelta al mundo.
Pero por suerte, y gracias al amor, parece que la historia se va acercando hacia un final feliz. Su pareja, Eva, con la que está desde hace siete años, le proporcionó la estabilidad que le hacía falta. A partir de ahí, Poli abandonó el mundo de la droga, pasó un tiempo trabajando en la construcción, ofrece clases de boxeo particulares, y vive en Vallecas con su novia. Colocado en un nivel económico muy bajo, impropio de uno de los deportistas más famosos del mundo en la década de los 80', ahora es feliz. O eso asegura Poli en sus últimos pasos por los platós de televisión.
Joan Garriga no aceptó ser un segundón
El motociclista Joan Garriga vivió una historia similar. Vivió sus momentos de gloria durante la década de los ochenta, pero la temporada de 1988 le marcó para siempre. Aquél año vivió un espectacular duelo con Sito Pons por el campeonato mundial de 250cc, imponiéndose finalmente este último.
Aunque siguió compitiendo, el catalán nunca fue capaz de superarlo, y sólo cuatro años después, dejó las motos. A partir de ahí, caída en picado en forma de graves problemas de adicción a las drogas, llegando a consumos elevadísimos. "Se le hacía muy difícil vivir sin la velocidad y se sintió decepcionado de la gente que mientras triunfaba le apoyó". Hasta tal punto que en 2003 fue enviado a prisión acusado de narcotráfico, tenencia ilícita de armas y por quemar una nave de su propiedad para cobrar el seguro.
"He pasado muchas noches sin dormir, pero ahora quiero comenzar una nueva vida" dijo el expiloto poco después de abandonar la cárcel. Dicho y hecho. Se marchó a Almería, donde colabora como monitor en el circuito, y actualmente se encuentra totalmente rehabilitado.
Otro que tampoco lo ha pasado nada bien últimamente ha sido el exatleta Yago Lamela. Su trayectoria encaja perfectamente en el teorema antes descrito. Toda una vida, desde bien pequeño, dedicada al salto de longitud; un salto de oro –o casi- en 1999, que le encumbró en la cima a pesar de que Iván Pedroso terminó superándole in extremis en ese Mundial; cinco años más en los que la presencia del cubano y las continuas lesiones nunca le permitieron volver a brillar; y una caída al vacío a una velocidad de vértigo.
A partir de 2004 las malas noticias para el asturiano se fueron sucediendo. Una operación sucedía a otra, hasta que en 2009, después de cinco años sin prácticamente competir, anunció su retirada. Su desesperación fue tal que el pasado verano tuvo que ser ingresado por una depresión en la planta de psiquiatría del Hospital de San Agustín de Avilés.
"Sí, estuve un poco chungo, con una depresión bastante grande, pero me he recuperado", reconoció el mejor saltador de longitud español de todos los tiempos. "El deporte me ha dado muchas alegrías, pero también muchos golpes, y aprendes que lo importante es levantarte y seguir luchando. Y eso es lo que voy a hacer ahora" reconocía el avilesino, con una imagen muy alejada de lo que fue un deportista de elite, pero quizá más feliz que nunca, asegurando que ahora tiene claro lo importante que es disfrutar de la vida.
El fútbol, también afectado
Obviamente, el mundo del fútbol no podía quedarse al margen de este tipo de historias. Quizá el caso más sonado de nuestros tiempos sea el del ex del Barcelona y Atlético de Madrid Julio Alberto, uno de los laterales zurdos que más grato recuerdo han dejado en la historia azulgrana, titular durante nueve temporadas consecutivas, y vencedor de 2 ligas, 3 Copas del Rey y 1 Supercopa de España.
Sin embargo, fue abandonar el fútbol, y caer de lleno en el mundo de las drogas. Un mundo del que le costó horrores salir. Vivió diversos escándalos, peleas, y llegó a publicar un libro, 'Mi verdad', en el que describió cómo la droga, concretamente la cocaína, había arruinado su brillante carrera deportiva y su entorno familiar.
Tras varios pasos por diversos centros de rehabilitación, e incluso un intento de suicidio, y varios proyectos fallidos de reinserción laboral, encontró en el FCB Escola, una escuela de niños vinculada al Barcelona, la estabilidad necesaria. Ahora es otro Julio Alberto, feliz, risueño y entusiasmado. Sobre todo apasionado con su nueva función de entrenador de niños, donde ha vuelto a tener ilusión por la vida.
Pero quizá el caso más duro fue el de Sergio Marrero. Su historia encaja a la perfección. Futbolista muy prometedor de Las Palmas, internacional en todas las categorías inferiores, fichado por el Atlético de Madrid con múltiples cantos de sirena, perspectivas de grandeza, y un contrato millonario.
Pero la droga se convirtió en su mejor amiga. Y todo se fue al garete. El futbolista se convirtió en asiduo a las páginas de sucesos por robos, agresiones, tráfico de drogas... hasta que fue detenido. En varias ocasiones, además. Siempre por tráfico de drogas. Lo que además le ha valido varios estancias en la cárcel.
Tampoco Juanele ha tenido un retiro muy dorado que se pueda decir. Delantero mítico de nuestro fútbol de la década de los 90 y principios de los 2000, años en los que marcó goles para el Sporting, el Tenerife y el Zaragoza, decidió colgar las botas en el 2007 después de pasar varios años deambulando por equipos de poco relumbrón.
Pocos meses después de retirarse tuvo que ser ingresado en estado grave por ingesta masiva de fármacos, lo que estuvo a punto de costarle la vida. El cuadro entonces fue muy claro: "graves problemas psicológicos, un muy mal momento personal, y la necesidad urgente de ayuda".
De mucha ayuda, pudo comprobarse poco después, cuando a principios de 2011 fue detenido por pinchar las ruedas de un directivo del Grupo Covadonga, al parecer por confundirlo con el de su mujer, con la que se encontraba en trámites de separación.
La situación actual del exdelantero es muy mala, como se ha desprendido de sus círculos más cercanos, que ven en él a un futbolista que nunca fue capaz de asimilar su cuesta abajo, su declive, su retirada obligatoria de la exigente vida que le había supuesto el deporte de elite.
El ciclismo tampoco se libra
Quizá menos sangrantes, pero igualmente dolorosos, son los palos que se ha llevado el ciclismo español, sobre todo en los últimos años, desde la 'Operación Puerto'. Varios son los ciclistas que se llevó por delante la operación antidopaje que se llevó a cabo en nuestro país en 2006. Óscar Sevilla y Paco Mancebo son algunos ejemplos de ello.
El primero, llamado a ser uno de los grandes de nuestro país en la pasada década, fue expulsado del Kelme nada más conocerse su relación con Eufemiano Fuentes –el sevillano era como figuraba-, y el mundo se le vino abajo. Pese a no ser sancionado, su carrera como ciclista nunca se recuperó. Tuvo que ser exiliado a Colombia, dejó de participar en las grandes vueltas, deambuló por varios equipos de categoría continental, y en 2010 fue sancionado por dar positivo por Hydroxyethyl. Aún no se ha retirado, aunque sigue cumpliendo sanción. Se espera su regreso para 2012, aunque nada tendrá que ver con la gran estrella que prometía.
Algo similar le ocurrió a Mancebo. La operación le pilló justo en su apogeo, y desde entonces no ha podido volver a correr en ningún equipo grande, al estar marcado como 'dopado', pero tampoco ha sido sancionado, por lo que se ha dedicado a correr en equipos y competiciones menores. Actualmente, forma parte del RealCyclist.com, con el que ha renovado hasta 2013. Al menos, puede seguir compitiendo sobre una bicicleta.
Pero quizá la peor parte de todas se la llevó Isidro Nozal. Un ciclista que en 2003 estuvo a punto de hacerse con la Vuelta a España, aunque llegaba de tapado, y que los tres siguientes años los pasó como gregario de lujo de Roberto Heras, a quien ayudó a conquistar la Vuelta de 2004.
Ya en 2005 fue sancionado durante 15 días por un posible dopaje, y la Operación Puerto le pilló de lleno. Como Sevilla y Mancebo, tuvo que marcharse a equipos de categoría Continental, pero en 2009, en la Vuelta a Portugal, volvió a dar positivo por CERA. Aquello le valió una sanción de dos años sin competir, sanción que acaba de vencer hace apenas dos meses.
Poco o nada se sabe en la actualidad del ciclista vasco. Totalmente desvinculado del mundo de las dos ruedas, no puede descartarse su regreso a la competición. Sin embargo, el dopaje ya le dejó marcado de por vida, justo cuando se encontraba entre los mejores ciclistas de nuestro país y apuntaba a serio candidato a una 'grande'.
El extraño caso de Bueno
Probablemente, la historia de José Antonio Bueno sea la más extraña de todas. Jugador de baloncesto formado en el Real Madrid, con el que llegó a disputar varias campañas en la ACB, en 2009 recaló en el Joventut de Badalona después de pasar por Fuenlabrada, Ourense o Estudiantes y de ganar la medalla de plata en el Eurobasket de 2003 con la selección española.
En mayo de 2010, cuando aún formaba parte del club catalán, saltó la noticia de que se había precipitado por la ventana de un tercer piso. El jugador sobrevivió, pero las sospechas sobre cómo se había producido aquél accidente fueron aumentando a medida que pasaban los días.
Al parecer, el jugador había roto poco antes la relación con su madre, a la que habría declarado que "veía a los muertos en los sueños", algo que ella relacionó de inmediato con la Escuela de Desarrollo Transpersonal, una secta –siempre según la madre- a la que Bueno acudía desde hacía un par de meses.
El accidente pasó a ser considerado como un intento de suicidio, a tenor de todos los detalles que se fueron incorporando a la historia, y a las "ideas raras" y los "trastornos psíquicos" que tenía el jugador en los últimos meses.
Poco después Bueno realizó una entrevista para la revista gratuita Mediacancha. En ella, aseguró que se sentía mejor "de cada día", y que tenía en mente "regresar al baloncesto", aunque eso iba a resultar complicado. De lo que sucedió aquella noche nada contó. Por lo menos, si quiere, aún puede. Aunque sea lejos de las canchas.

Historias todas ellas que nos dejan a la luz lo tremendamente exigente que puede resultar la vida de un deportista de elite, lo difícil que es adaptarse a la fama y, sobre todo, lo cruel que puede llegar a ser desprenderse de ella. Por suerte, la mayoría de los casos aquí contados han sabido superar el mal trago que les trajo la vida, o aún están a tiempo de lograrlo. Que así sea.
Jóvenes juguetes rotos del cine y la televisión

Debutó con cuatro años en un anuncio de Pizza Hut. Con seis fue el hijo de Tom Hanks en la oscarizada Forrest Gump. Con once tuvo su primera nominación al Oscar al interpretar al entrañable Cole Sear de El Sexto sentido -ese que en ocasiones veía muertos- y, luego, fue el niño androide de la película de Steven Spielberg Inteligencia artificial. Con estos dos papeles en su haber y tan sólo 13 años de edad, a nadie extrañaba que Haley Joel Osment fuese considerado un niño prodigio en Hollywood y que muchos directores ya pensasen en él para grandes papeles adolescentes. Recordaba su caso el de Kirsten Dunst quien a una edad muy parecida, a las órdenes de Neil Jordan en Entrevista con el vampiro, fue capaz de eclipsar en pantalla a los mismísimos Brad Pitt y Tom Cruise.
Pero no fue así. El cine es una carrera de fondo, caprichosa, y con muchos más entuertos si se empieza a transitar por ella cuando se es un niño, por ello, el celuloide está repleto de pequeñas carreras fulgurantes que acaban en la cárcel o -peor aún- directamente tiradas en la cuneta de la drogadicción. En el caso de Dunst la precocidad funcionó. Cuenta en su haber con más de 22 películas, algunas de prestigio como la brillante Melancholia, a órdenes de Lars von Trier, que estrenó el año pasado. En este 212 tiene dos por estrenar: Upside Down y Bachelorette
Osment, en cambio, engrosó la lista de actores que no han sabido gestionar su carrera y mucho menos su fama. Con la mayoría de edad recién cumplida era detenido por conducir drogado y bebido y condenado a cumplir una pena de servicios a la comunidad. Desde entonces, el pequeño niño maravilla de El sexto sentido ha puesto voz a películas de animación y a videojuegos desligándose de la interpretación, salvo una inclusión en la película Secondhand Lions en 2003. Su aspecto físico descuidado y subido de peso y una vida con algún que otro exceso, seguramente, no le ha ayudado a conseguir papeles mejores. En 2011 ha vuelto a interpretar en el filme Wake the Dead, una suerte de revisión de Frankenstein, que ni siquiera llegó al ruedo comercial.
Otros juguetes rotos
Y es que no siempre hay una fructífera carrera tras un primer papel infantil brillante. Quizás el de Osment no es de los más graves.  El caso por antonomasia de carrera incipiente echada a perder viene a la mente el de Macaulay Culkin. El niño de Solo en casa comenzó su carrera artística a los cuatro años con la Filarmónica de Nueva York en una producción llamada Bach Babies. Su éxito como Kevin McAllister -el protagonista de la conocida saga infantil- lo encumbró como estrella y lo enfrentó en los tribunales a su padre y agente. Los arrestos por posesión de drogas, la prisión y los programas de rehabilitación han marcado su vida. Su último rodaje fue en 2007 en la cinta Sex and breakfast y en 2009 apareció en un episodio de la serie Kings, aunque su rastro más evidente hay que buscarlo en la fiestas alternativas y en los locales de alterne.
Algo parecido le ocurrió a la pequeña y dulce Judy Winslow de Cosas de casa. La actriz Jaimee Foxworth pasó sin pena ni gloria tras este papel por algunas clínicas de desintoxicación. Para financiar sus adiciones protagonizó papeles como actriz porno en algunos filmes.
Y es que series teen y sitcoms familiares son caldo de cultivo de jóvenes que tienen –como sucede también en el fútbol- demasiado dinero a una edad muy temprana. Tracey Gold, la aplicada Carol Seaver de Los problemas crecen, es otro ejemplo de carrera desviada. No siguió la ejemplaridad de su personaje: Fue arrestada en 2004 por conducir ebria, después de tener un accidente de coche cuando circulaba con su marido y sus 3 hijos. Fue condenada a 240 horas de servicios a la comunidad. Suerte que de esta misma serie salió Leonardo DiCaprio (era Luke) y, bueno, ¿Quién no conoce cómo le ha ido a DiCaprio?
Corey Haim, ídolo adolescente recordado por el reality The Two Coreys junto a Corey Feldman, es un ejemplo mucho más trágico de aquellos mismos años. Debutó en el drama Firstborn junto a Sarah Jessica Parker y Robert Downey Jr, un comienzo así prometía mucho, pero la fama, al contrario que a sus dos compañeros de reparto, le pasó factura en forma de sobredosis e ingresos en varias clínicas de desintoxicación. Siguió rodando hasta 2010, año en que murió de una pulmonía en circunstancias no aclaradas y con la presencia de substancias ilegales en su organismo.
Pero si hubo una serie en los 80 en la que sus actores cayeron en desgracia esa fue Arnold. Gary Coleman, el simpático niño protagonista de la sitcom acusó a sus padres de no saber administrar el dinero que ganó con la serie, una de las más populares de esa década y por la que el actor llegó a cobrar 70.000 euros por episodio. Su éxito murió con su personaje y en 2010, tras varios problemas ocasionados por su enfermedad congénita de riñón, falleció de una hemorragia cerebral. Todd Bridges, que interpretaba a Willis Jackson, fue adicto a la cocaína y una vez rehabilitado se dedicó a dar varias conferencias preventivas. Dana Plato, Kimberley Drummond en la ficción, posó desnuda para Playboy. Fue detenida por tenencia de drogas y falleció en 1999 de una sobredosis.
Otras carreras no han acabado de forma tan dramática aunque, visto el resultado en pantalla, sí podrían haberse zanjado con los primeros papeles otros –para descanso ocular de los cinéfilos-. Edward Furlong, el joven John Connor de Terminator 2: El juicio final, ha sido otro prometedor actor a quien las drogas han hecho tropezar y perder de vista buenos papeles. Más allá de American History X, en 1998, Animal Factory, junto a Willem Dafoe, y la película de culto The Crow: Wicked Prayer, Furlong ha protagonizado filmes no demasiado atinados como This is not a movie, del mexicano Olallo Rubio y poco más.
Un caso similar al de Elizabeth Berkley, la Jessie Spano de Salvados por la campana, que ha ido concatenando películas de serie B y algún "cameo! en CSI tras intentar en 1995 relanzar su carrera a golpe de carne con la película de alto contenido erótico Showgirls.
Buceando algo más en la historia del celuloide encontramos el caso de Judy Garland. La joven Dorothy de la fábula cinematográfica infantil El Mago de Oz fue durante años consumidora habitual de anfetaminas, calmantes y alcohol. No dejó de entrar y salir de hospitales psiquiátricos hasta que fue hallada muerta en 1969 un retrete por una sobredosis.
La adicción a la heroína y al alcohol también acabó con la carrera profesional y la vida de Natalie Wood. Rebelde sin causa (1955) y el musical West Side Story la situaron en la cúspide como joven promesa del celuloide. Sin embargo, sus adicciones y su complicada relación con el actor Robert Wagner le impidieron tener la estabilidad necesaria para labrarse una carrera. Murió ahogada en 1981.
Tatum O'Neal también tuvo a la meca del cine en la palma de la mano en 1973 gracias a su papel de Addie Loggins en Luna de papel por el que ganó el Oscar a la mejor actriz de reparto. Tuvo, sin embargo, una infancia marcada por las palizas de su padre y el abandono de su madre abono suficiente para una adolescencia marcada por el crack y la cocaína.
En el mismo año en que O'Neal deslumbraba también lo hacía la joven niña de El Exorcista (1973), Linda Blair. Su desgarradora y creíble interpretación prometía una gran carrera y así lo reconoció la Academia del Cine al darle por este papel un Globo de Oro y una nominación al Oscar. Sin embargo, las drogas se cruzaron en su vida y acabó condenada por posesión, en libertad condicional y asistiendo a rehabilitación.
El joven Brad Renfro también prometía con su debut en el año 1994, junto a Susan Sarandon y Tommy Lee Jones en El cliente, que era un centelleante nuevo talento. Al año siguiente el Hollywood Reporter le premió como nuevo artista joven y fue nominado como una de las personas más importantes con menos de treinta años por la revista People. Pero la historia ya la conocemos, es un dejà vu. La última parte de su carrera se obnubiló con el abuso de sustancias ilegales y otros problemas personales. Murió solo en su apartamento de Los Angeles en 2008 de una sobredosis de heroína y morfina.
Jodie Sweetin debutó en la serie de televisión La familia Hogan, también con cuatro años. Pero fue interpretando a Stephanie Tanner en Padres Forzosos cuando su trabajo llegó al gran público. Dos matrimonios desastrosos y una complicada relación con el alcohol y la cocaína la llevaron en 2009 a purgarse con el libro autobiográfico unSweetined.
Fue en esa serie donde debutaron las famosas gemelas Olsen, turnándose en el papel de Michelle Tanner. Su precocidad ante las cámaras se trasladó al mundo empresarial donde con solo seis años su padre las puso al frente de una empresa como propietarias –las más jóvenes de la historia-. Dejaron de lado su carrera actoral en 2001 para dedicarse al mundo de la moda y al poco Forbes ya las situó en 2009 en el puesto 8 de la lista de jóvenes millonarios. Las gemelas son conocidas por quemar las noche de Nueva York y Los Angeles. De las dos es Mary-Kate la que ha caído en brazos de las adicciones y es una habitual en el exclusivo club Beatrice Inn, en el West Village de Nueva York y en el Chateau Marmont de la ciudad angelina. Es el mismo estilo de vida por vía rápida que en su momento atrapó al joven actor Heath Ledger, cuya muerte, el 22 de enero de 2008 por una sobredosis accidental de medicamentos hizo centrar la atención en las Olsen, y sobre todo en Mary-Kate, que casualmente salía con Ledger tres meses antes de su muerte (fue también la primera persona a quien se notificó el hallazgo de su cuerpo).
Es en esta misma zona de copas que las Olsen frecuentan, concretamente en la acera del club nocturno The Viper Room,-en West Hollywood-, fue donde murió por sobredosis en la madrugada del día de Halloween de 1993 otro actor precoz: River Phoenix.
El patrón también se ha repetido con estrellas más jóvenes como Lindsay Lohan. A los tres años hacía anuncios de televisión y en 1998, con once, formó parte del reparto de la éxtosa The Parent Trap de Disney. Su carrera e imagen públicas se vieron oscurecidas a partir de 2007 cuando, con 21, inició un periplo en el mundo de la droga que la llevó a los juzgados. El drama aún continúa. Algo similar le ha sucedido a Dakota Fanning. Debutó con siete años en Yo soy Sam (2001) y su temprano flirteo con las drogas la llevó a ser ingresada en un centro de rehabilitación tras participar en una reciente edición del Festival Soundance. No ha dejado de lado la interpretación pero sus papeles son cada vez más escasos.
Otra estrella reciente que al poco de ser conocida por el gran público ya ha dado algún que otro escándalo es el joven Chace Crawford, conocido por su papel de Nate Archibald en la serie Gossip Girl. Arrestado por posesión de marihuana en Texas ha tenido que cumplir servicios a la comunidad.
Por suerte, todas estas son contadas excepciones. Es mucho más amplio el abanico de actores que despuntan en el cine a temprana edad y logran hacerse una digna carrera. La nueva generación que –aún- va por la buena senda está abanderada por talentos como Shia Labeouf, Channing Tatum, Eric Dane, Daniel Radcliffe, Rupert Grint y Emma Watson y también por Anna Paquin – ganadora de un Oscar por El Piano e ingenua Sookie en True Blood-. A otros como Cristina Ricci y Drew Barrymore, con sus altos y bajos, tampoco le ha ido mal. Habrá que seguirles el rastro.


La fábrica de los juguetes rotos
La fábrica de los juguetes rotos
El cuento de Miss España no es precisamente uno de hadas. Sí, ellas son las guapas oficiales: medidas perfectas, bellas, sensuales, simpáticas, preparadas...; y repiten sin cesar tras su coronación: «Es un sueño hecho realidad». Pero lejos de ser un camino de rosas, la corona de la belleza es un peso al que no todas consiguen sobrevivir. «Las jóvenes que son Miss España terminan en el olvido, siempre habrá alguna más guapa», declara Inés Sáinz, Miss España en 1997.  Poco o nada queda de los comienzos del certamen en 1929 en el que la «Señorita de España» era coronada como la belleza patria. Ni qué decir de los años dorados que catapultaron a la fama a Lorena Bernal, María José Suárez y Raquel Revuelta, entre otras muchas. Incluso Patricia Conde, Arantxa del Sol y Silvia Jato consiguieron el éxito sin llegar a ganar. «El certamen te da a conocer pero el viaje lo tienes que hacer tú», asegura Juncal Rivero, Miss en 1984, y que reconoce: «Antes el concurso era más sano, y ahora vale más un buen escándalo». Asimismo, Raquel Rodríguez, representante en 1993, explica que «hay muchas misses que han terminado fatal porque el mundo está un poco loco». Para Sáinz, «el certamen se ha desvirtuado porque la visión de la organización es ganar dinero: vender un producto». Confiesa que al final «cuanto ella quería era acabar y recuperar la normalidad». No fue fácil, se había convertido en una personalidad pública: «Me tuve que cambiar de casa por la presión». Y pese a su fructífera carrera como empresaria, es recordada por ser la Miss que engordó durante aquel periodo, al parecer, hasta 20 kilos de más. Fue tildada dentro y fuera de la organización. «Me parecía hipócrita que por un lado se criticase a las chicas por tener problemas de alimentación, y en mi caso, por coger unos kilos, se pusiera el grito en el cielo», afirma. Y añade: «A la organización le interesa que te persigan para promocionarse, no hacen nada para ayudarte».

En los últimos años, los reinados han pasado sin pena ni gloria. Pocos ponen rostro a la alicantina Paula Guilló, galardonada en 2010, y muchos menos recuerdan a Estíbaliz Pereira, Miss España en 2009, la edición celebrada en México. Quedó completamente desvinculada del certamen, ni si quiera asistió a la coronación de su sucesora. La representante de Ourense de aquel año, Irene López, que saltó a la fama tras su incursión en el porno junto a Dinio, describe la gala mexicana como «una esclavitud». «Jugaron con nuestros sentimientos», recrimina. Según relata, a seis de ellas les propusieron ir a una cena «fuera de lo común». «Nos ofrecieron 3.500 dólares por asistir a una fiesta. Allí, había drogas y hubo alguna chica que se acostó con alguien». También, Lorena Van Heerde, representante en 2001, pasó de un reinado de ensueño a vivir un calvario. Su renuncia fue casi más sonada que su investidura. «Siendo Miss España tuve proposiciones indecentes», declaró, tras desistir como la más guapa. «Fui a un evento, lleno de gente, y se acercó alguien y me dijo que pasando por la piedra iba a llegar muy alto. Me dijo que si quería juguetear con él».

«Cómo ser Miss y no morir en el intento» es un libro escrito por Mireia Verdú, primera Dama de Miss España 2005, que arroja luz sobre el certamen. «Es una experiencia positiva pero tienes que tener claro que no es el principio de nada». «Las misses están muy mal vistas en el mundo de la moda, tienes que llevar una estrategia para no encajonarte», recomienda. Asimismo, todas las entrevistadas coinciden en destacar la inocencia con la que comenzaron.  «Te encuentras perdida. De repente, pasas a vivir en Madrid, a viajar mucho, en la mejor suite y en el mejor hotel, pero en absoluta soledad», comenta María Jesús Ruiz, Miss España en 2004, y también participante del reality «La Granja», en el que protagonizó las veladas más picantes junto a Dani Dj.  Admite que le está costando «sudor y lágrimas» continuar con su carrera porque pecó «de inocente». Como explica Inés Sáinz, «tienes que volver a ubicarte en el mundo, no puedes vivir de ser «la novia de» ni «la mujer de». No se vive eternamente de haber sido Miss España». Es una lástima, representar a la belleza española ya no es una bandera de reconocimiento y admiración, sino todo lo contrario.  Hicieron un sueño realidad... Aunque hasta las más exitosas, como Eva González, reconocen que para poder continuar «hay que ser capaz de tener en tu currículum Miss España en grande y tu nombre en pequeño, a la inversa».

Vida  polémica
«La vida es el precio», el título de las memorias de Amparo Muñoz, Miss España en 1973, refleja el recuerdo que guardan varias misses. Fue la única belleza nacional que lució la corona de Miss Universo y también, la primera en renunciar a ella porque se sentía «manipulada por la organización». Vivió rodeada de escándalos: consumo de drogas, condenada a prisión, acusada de practicar la prostitución...

Ranking de misses
La más exitosa
Juncal Rivero se abrió camino en la alta costura internacional tras ser coronada en 1974.
La desaparecida
Lorena Van Heerde renunció a la corona en 2001 tras fuertes polémicas.
La desengañada
Inés Sainz ganó Miss España en 1997. Fue criticada por engordar durante su reinado.
«Miss Reality»
María Jesús Ruiz galardonada en 2004 y participó en el programa «La Granja».
La más mediática
Sofía Mazagatos tras ganar la corona en 1992 consiguió mantenerse en el mundo de la fama.
Siempre polémica
Barbara Rey fue Miss España en 1970, porque la elegida renunció para poder casarse.
La aristocrática
Carmen Cervera ganó el certamen nacional representando a Cataluña en 1961.
La desvinculada
Estíbaliz Pereira, coronada en 2009, decidió emprender una nueva vida alejada de los focos.
La «futbolera»
Elisabeth Reyes es más conocida por sus relaciones con futbolistas que por ser Miss en 2006.Navegando por Internet y rebuscando información con la cual realizar artículos sobre Parchís no es extraño encontrar personas que, ya sea en sus blogs, webs o participaciones en foros, califican a los integrantes de este grupo como "juguetes rotos", utilizando esta expresión de una forma sorprendentemente gratuita.

Antes de nada aclarar que la expresión "juguetes rotos" hace referencia sobretodo a artistas que llegaron a la fama siendo niños o adolescentes actuando en películas, series de televisión o simplemente cantando. Tal actividad que en ocasiones ni un adulto soporta puede provocar descontroles en el crecimiento educacional y emocional del menor, convirtiéndose con el tiempo en auténticos traumas que provocan la caída en vicios como drogas o conductas escandalosas.

Normalmente este carácter descontrolado se hace patente cuando coincidiendo con su crecimiento natural el artista ya no capta la atención del publico como antes. En este punto muchos desparecen del mapa de la popularidad para aparecer años después sorprendiendo al mundo con acciones del todo reprochables.

Uno de los principales motivos de esta caída a los infiernos es que durante su etapa infantil, precisamente cuando se encontraban en la cumbre de la fama, su carácter no acabó de formarse al verse obligados a ensayar o actuar constantemente, olvidándose sus tutores de cosas tan esenciales para la infancia como la educación, tiempo libre para jugar o relacionarse con amigos y amigas.

Desafortunadamente en la historia reciente han existido bastantes casos de personas con este problema, siendo probablemente uno de los más emblemáticos el de Macaulay Culkin, quien tras tocar la fama protagonizando películas de la saga "Solo en casa" el público se olvidó totalmente de él. Años después se evidenció que era adicto al alcohol y a las drogas, causando ello un sincero estupor entre todas las personas que lo recordaban como un chico travieso, audaz pero muy entrañable.

Otro caso emblemático fue el de Michael Jackson, quien la pobre educación recibida en su etapa infantil repercutió en su vida personal como adulto. Aunque ya desde su más tierna infancia el artista fue uno de los grandes iconos de la música pop, acrecentándose todavía más su fama cuando decidió actuar en solitario, lo cierto es que algunos años antes de su muerte era habitual su aparición en la prensa rosa así como los noticiarios de todo el mundo a causa de sus excentricidades. Ello no impidió que profesionalmente fuera un auténtico genio capaz de crear éxitos como "Thriller" o "Bad" pero si afectó claramente a su vida privada.

Por cierto, abriendo un pequeño paréntesis hay que comentar que a la hora de poner casos de "juguetes rotos" algunos van más allá calificando de esta forma a actores como James Dean, quien consiguiendo la fama con solo 27 años de edad y tres películas en su haber falleció a causa de un accidente automovilístico. Apreciados señores de esa web cuyo nombre no quiero acordarme, antes de escribir por favor infórmense de la auténtica historia, pues el Porsche 550 del actor fue arrollado de costado por un Ford que salió de un cruce a excesiva velocidad. Por tanto Dean no fue víctima de su ímpetu sino de un accidente como el que usted o yo podemos sufrir cualquier día. Se cierra el paréntesis.

Es por ello que consideramos totalmente injusto que, por el solo hecho de triunfar durante su etapa infantil, se considere a los integrantes de Parchis como "juguetes rotos".

Por un lado ninguno de los componentes de Parchis hasta el momento sido noticia por su comportamiento extraño o extravagante (y eso que ya han pasado varias décadas desde la disolución del grupo). Por otro lado sus vidas han continuado normalmente después de su abandono de los escenarios, apareciendo puntualmente en televisión solo para hablar en entrevistas y tertulias sobre Parchis, algo que los aficionados/as hemos agradecido de verdad.

Ya en su época como pequeños artistas, la propia compañía que organizaba sus actuaciones destacaba el hecho que se les daba una educación lo más normal posible dentro de las posibilidades, asignándoles profesores particulares y preocupándose por su educación. Aunque en esa época existieron personas críticas que no se lo acabaron de creer, lo cierto es que nunca existieron motivos para dudar de ello.

Por citar solamente unos pocos casos de los chicos y chicas que formaron parte de Parchis durante toda su historia, comentar que después de abandonar el grupo Yolanda emprendió una carrera como actriz, fijando su residencia en México y siendo hoy por hoy muy apreciada y reconocida por su trabajo en televisión. Gemma, la otra componente femenina de la época emprendió estudios superiores y con el tiempo montó su propia guardería.

Fran decidió emprender negocios personales, entre ellos regentar un bar musical, y actualmente lo podemos ver como uno de las personas que hay tras Parchis 2012. También ha aparecido en diversas ocasiones en televisión, siendo precisamente uno de los excomponentes más activos y con un carácter deliciosamente emprendedor.

Por otra parte Tino, pese a intentar mantener su carrera como artista en solitario con el tiempo se adentró en una nueva vida profesional totalmente apartada de los escenarios. Aparte Tino es el caso más claro de anti-juguete roto que personalmente conocemos, pues el infortunado accidente que sufrió le hizo afrontar la vida con una decisión digna de elogio, demostrando que el carácter decidido sobre los escenarios no era una simple ilusión sino que se trataba de su verdadera forma de ser.

Personalmente consideramos que existe una gran diferencia entre la vida de los antiguos integrantes de Parchis y los casos de "juguetes rotos" más conocidos de la historia, demostrando que la fama, el trabajo en los escenarios y la educación pueden compaginarse.

Evidentemente que es importante primar por encima de todo la educación del chico o chica, procurando por encima de todo que el trabajo o su afición por él no obstaculice el normal desarrollo, aunque tampoco debemos dar por sentado que por el solo hecho de actuar en los escenarios de pequeño esta persona tenga todos los números para convertirse en un "juguete roto" del futuro.


JUGUETES ROTOS


Esta semana están hablando continuamente de "juguetes rotos" en telecinco, y al ver los primeros reportajes de investigación, me llevé las manos a la cabeza. Pero no por lo que vi, sino porque empecé a reflexionar y pensar si yo también era un "juguete roto" y si en cualquier momento iban a salir imágenes mías. 

En las promos hablaban de presentadores, cantantes, actores que habían estado en lo mas alto de su profesión, que habían salido mucho por televisión, habían ganado mucho dinero, y que teniendo todo y mucha gente idolatrando su persona, habían caído a lo mas profundo y habían desaparecido del panorama, muchos de ellos con una historia trágica que contar en su actualidad.

No se porque , pero por un momento me pregunté si yo era un "juguete roto" de esos. En seguida vi los ejemplos a los que hicieron referencia y comprobé que estaban hablando de otro perfil de profesionales, pero por un momento dudé de mi existencia y de mi reputación profesional.






No es que yo haya estado en lo mas alto de esta profesión, todavía me queda mucho por recorrer, pero si es verdad que estuve muchos años trabajando sin parar en muchos programas de gran éxito, entrevisté a los cantantes mas famosos del momento en mi propio programa de música que yo mismo dirigía y presentaba, saboree el precio de ser famoso por trabajar en televisión y me hicieron creer que era alguien único y especial con un futuro muy prometedor en televisión. Y si encima contamos que venía de una carrera como modelo internacional, sin llegar a ser un top model, pero con una dilatada experiencia por las capitales más importantes del mundo de la moda, hicieron que a lo mejor a los ojos de los demás podía ser un "juguete roto" o algo por el estilo, por estar durante muchos años un poco apartado de todo este mundillo y dedicar mi tiempo y energías a otras labores muy distintas.


          






 



Me gustó el comentario de uno de los colaboradores, que dijo que estar en un Mc Donald's trabajando no era ser un juguete roto.

Entonces es cuando reflexioné y me acordé de una conversación que tuve hace poco con un actor que ahora empieza a ser bastante conocido después de haber trabajado en varias series famosas en España. Me dijo: "Enric no te quejes de que por fin te dan una oportunidad en PLAY OCIO TV con "LA CAJA DE ENRIC" porque fuiste tu el que durante mucho tiempo no has querido saber nada de la televisión y has rechazado algunos de los trabajos que te han ofrecido."

Eso me recordó, que hace unos cuantos años, cuando aún era muy reciente mi salida de la televisión, este mismo actor que por aquel entonces sólo realizaba figuraciones en la serie "el internado" (a3tv), se sorprendía que yo no quisiera seguir siendo el protagonista, no quisiera seguir trabajando en los medios, y quisiera salirme de un tren donde no encontraba mi sitio ni mi estabilidad.
Recuerdo que yo le decía muy convencido que llevaba diez años trabajando sin parar, pasando de programa en programa y de cadena en cadena sin haber descansado un solo mes,  que tenía ganas de oxigenarme y de relacionarme con gente nueva, que no tuviera nada que ver con este mundo tan competitivo y en muchas ocasiones tan injusto.

Este chico no entendía esta forma de actuar, el era mucho mas joven que yo, y lo veía todo desde el prisma de la juventud y la ambición desmesurada. Yo lo veía desde el prisma de haber trabajado en las principales cadenas de ámbito nacional,  en programas de éxito, y junto a profesionales que en ese momento contaban con una respetada reputación y dilatada experiencia. Yo no necesitaba demostrarme nada más.
En ese momento necesitaba tocar de pies en el suelo, bajar de las nubes, y convivir la cotidianidad de las personas que no pertenecían a ese mundo.
Tenía mucha experiencia en el mundo de la televisión, pero muy poca experiencia humana. Perdí la noción de la realidad, y supe darme cuenta a tiempo y poner tierra de por medio.
No me arrepiento por ello. Todo lo contrario, soy mejor persona y mejor amigo de mis amigos. Valoro todas las cosas que tengo y el esfuerzo que cuesta conseguirlas. Y soy más cercano a la gente sin haber perdido mi autenticidad.

He aprendido que uno puede ser una estrella presentando los programas mas vistos del momento y saliendo continuamente en revistas y periódicos, pero también puede serlo desarrollando cualquier otra actividad laboral alejado de los medios de comunicación y del show business.

Cuando uno es especial y destaca en cualquier cosa que haga y proyecto en el que se embarca, es una estrella, le pese a quien le pese.

No estoy diciendo que la televisión sea algo malo o contraproducente. Yo mismo después de muchos años alejado de ésta, estoy preparando mi regreso a la televisión.

Pero esta vez lo hago de otra forma, con unos medios mas limitados a los que estoy acostumbrado. En una cadena donde apuestan por mi, y me dejan ser yo mismo. Dónde me dejan hacer la televisión que me apetece y me gusta hacer, aunque no repercuta ni engrose mi cuenta corriente, pero donde me dejan desarrollar y experimentar cosas nuevas y me dejan volver a saborear la esencia de la televisión de autor,  y esto no tiene precio hoy en día, dónde hay tanta competencia y tantos intereses creados.


 



        

No hay comentarios:

Publicar un comentario