La familia más afortunada de la Segunda Guerra Mundial
Tras
el desembarco de los Aliados en Normandía, a un grupo de soldados
americanos se le encomienda una peligrosa misión: poner a salvo al
soldado James Ryan, cuyos tres hermanos han muerto en la guerra… este
era el argumento de la película Salvar al soldado Ryan de Steven Spielberg.
La muerte de tres hermanos en la guerra, justificaba que el gobierno de
los EEUU ordenase traer de vuelta a casa al cuarto hermano que también
estaba en el frente. Y si esta fue la trágica historia de una familia
que intervino en la Segunda Guerra Mundial, podemos darle la vuelta a la
tortilla y encontrar a la familia más afortunada… los nueve hermanos británicos Windsor que participaron en la Segunda Guerra Mundial regresaron sanos y salvos.
Con 68 años, y con mucho tiempo libre tras jubilarse, Bob Windsor decidió investigar qué había sido de la extensa familia de su padre… eran 16 hermanos (13 hombres y 3 mujeres). Después de la guerra, los hermanos se habían desperdigado por el mundo y apenas tenían contacto entre ellos; consiguió localizar a su tío Wally Windsor -el único de los hermanos que todavía vivía- en Edmonton (Canadá) y cuando fue a visitarle se encontró con un anciano de 90 años con los primeros síntomas de Alzheimer, así que poco le pudo ayudar… pero antes de marcharse vio en la pared un certificado Guinness World Records que acreditaba que los nueve hermanos Windsor tenían el récord de la mayor cantidad de hermanos que sirvieron en la Segunda Guerra Mundial.
Este galardón le sirvió para descubrir que en 1940 se habían alistado en el ejército británico: Albert (41 años), Jim (37), Harry (35), Bill (33), Arthur (31) -padre de Bob-, Tom (30), Dick (27), Sid (23) y Wally (18)… y todos sobrevivieron al conflicto. Pero aún hay más… los tres hermanos mayores – George, Charles y Albert – lucharon en la Primera Guerra Mundial. Charles murió en 1917, durante la ofensiva en Francia, y allí quedó enterrado. George y Alfred, los dos hermanos varones que no pudieron alistarse, estuvieron trabajando en una fábrica de municiones y dos de las hermanas -Violet y May- lo hicieron de enfermeras. Edward, había muerto en 1922 con 7 años.
Con 68 años, y con mucho tiempo libre tras jubilarse, Bob Windsor decidió investigar qué había sido de la extensa familia de su padre… eran 16 hermanos (13 hombres y 3 mujeres). Después de la guerra, los hermanos se habían desperdigado por el mundo y apenas tenían contacto entre ellos; consiguió localizar a su tío Wally Windsor -el único de los hermanos que todavía vivía- en Edmonton (Canadá) y cuando fue a visitarle se encontró con un anciano de 90 años con los primeros síntomas de Alzheimer, así que poco le pudo ayudar… pero antes de marcharse vio en la pared un certificado Guinness World Records que acreditaba que los nueve hermanos Windsor tenían el récord de la mayor cantidad de hermanos que sirvieron en la Segunda Guerra Mundial.
Este galardón le sirvió para descubrir que en 1940 se habían alistado en el ejército británico: Albert (41 años), Jim (37), Harry (35), Bill (33), Arthur (31) -padre de Bob-, Tom (30), Dick (27), Sid (23) y Wally (18)… y todos sobrevivieron al conflicto. Pero aún hay más… los tres hermanos mayores – George, Charles y Albert – lucharon en la Primera Guerra Mundial. Charles murió en 1917, durante la ofensiva en Francia, y allí quedó enterrado. George y Alfred, los dos hermanos varones que no pudieron alistarse, estuvieron trabajando en una fábrica de municiones y dos de las hermanas -Violet y May- lo hicieron de enfermeras. Edward, había muerto en 1922 con 7 años.
La primera separación con éxito de siameses se produjo en el siglo XVII
Los siameses son
aquellos gemelos cuyos cuerpos siguen unidos después del nacimiento con
una frecuencia de un caso cada 200.000 nacimientos. Si hoy en día, con
la tecnología del siglo XXI y dependiendo de los órganos que tengan
unidos, es una operación de riesgo… en esta historia estamos hablando
del siglo XVII.
El autor de este milagro, porque en el siglo XVII se debe catalogar así, fue el cirujano y obstetra suizo Johannes Fatio en 1689. Fatio nació en Berna, curso estudios de medicina en esta ciudad y obtuvo el doctorado en la Universidad de Valence (Francia). Centró su trabajo en los problemas y enfermedades que padecían los niños, convirtiéndose en un reputado pediatra. Además, publicó varios estudios y libros con los tratamientos adecuados que, por temas ajenos a la medicina, fueron destruidos. Era un especialista en pequeñas intervenciones quirúrgicas hasta que en 1689 tuvo que enfrentarse al mayor de retos… separar a las siamesas Elisabet y Catherina.
El caso es que tuvo suerte de que fuesen siameses de los llamados xifópagos, generalmente unidos sólo por tejido blando y que no comparten órganos vitales -a menudo, como en este caso, el hígado pero ya sabemos que es capaz de regenerarse completamente-. Así que, poco después de bautizarlas ya que pensaban que no sobrevivirían a la operación, Fatio y un equipo médico del que sólo se sabe que formaba parte el alcalde de Basilea (¿?), realizaron con éxito la intervención de separar a Elisabet y Catherina. Pero el momento más brillante de su carrera pronto se vio empañado por temas políticos…
El gobierno de la ciudad estaba formado por un Consejo que poco a poco fue cayendo en manos de las poderosas corporaciones de banqueros y altos comerciantes, y acabaron por repartirse el poder entre unos pocos. En 1691, se produjo el caos cuando el pueblo intentó recuperar el poder y en un principio así fue… pero la ciudad no tardó en ser recuperada por los poderosos y Fatio, como cabecilla de la revuelta, fue encarcelado, torturado y asesinado. Sus libros fueron confiscados y quemados por las autoridades. Sólo se salvó The Helvetic Reasonable Midwife (¿La comadrona razonable Helvética?) -escrito después de la intervención de las siamesas- pero no fue publicado hasta 1752.
El autor de este milagro, porque en el siglo XVII se debe catalogar así, fue el cirujano y obstetra suizo Johannes Fatio en 1689. Fatio nació en Berna, curso estudios de medicina en esta ciudad y obtuvo el doctorado en la Universidad de Valence (Francia). Centró su trabajo en los problemas y enfermedades que padecían los niños, convirtiéndose en un reputado pediatra. Además, publicó varios estudios y libros con los tratamientos adecuados que, por temas ajenos a la medicina, fueron destruidos. Era un especialista en pequeñas intervenciones quirúrgicas hasta que en 1689 tuvo que enfrentarse al mayor de retos… separar a las siamesas Elisabet y Catherina.
El caso es que tuvo suerte de que fuesen siameses de los llamados xifópagos, generalmente unidos sólo por tejido blando y que no comparten órganos vitales -a menudo, como en este caso, el hígado pero ya sabemos que es capaz de regenerarse completamente-. Así que, poco después de bautizarlas ya que pensaban que no sobrevivirían a la operación, Fatio y un equipo médico del que sólo se sabe que formaba parte el alcalde de Basilea (¿?), realizaron con éxito la intervención de separar a Elisabet y Catherina. Pero el momento más brillante de su carrera pronto se vio empañado por temas políticos…
El gobierno de la ciudad estaba formado por un Consejo que poco a poco fue cayendo en manos de las poderosas corporaciones de banqueros y altos comerciantes, y acabaron por repartirse el poder entre unos pocos. En 1691, se produjo el caos cuando el pueblo intentó recuperar el poder y en un principio así fue… pero la ciudad no tardó en ser recuperada por los poderosos y Fatio, como cabecilla de la revuelta, fue encarcelado, torturado y asesinado. Sus libros fueron confiscados y quemados por las autoridades. Sólo se salvó The Helvetic Reasonable Midwife (¿La comadrona razonable Helvética?) -escrito después de la intervención de las siamesas- pero no fue publicado hasta 1752.
La niña que puso en apuros al Canciller de Hierro, Otto von Bismarck
Otto von Bismarck
fue un estadista, burócrata, militar y político alemán, considerado el
fundador del Estado alemán moderno. Durante sus últimos años de vida se
le apodó el Canciller de Hierro por su determinación y mano
dura en la gestión de todo lo relacionado con su país, que incluía la
creación de un sistema de alianzas internacionales que aseguraran la
supremacía de Alemania.
En 1862, tras ser nombrado primer ministro de Prusia, y apoyado en un régimen de autoritario, emprendió una importante reforma militar que le permitió disponer de un poderoso ejército de 800.000 soldados para llevar a cabo su gran proyecto… la unificación alemana. En 1864 consiguió arrebatar a Dinamarca los ducados de Lauenburgo, Schleswig y Holstein; dos años más tarde, después de conseguir la neutralidad de Napoleon III de Francia y en alianza con Victor Manuel II de Italia, declaró la guerra a Austria y tras derrotarla en la batalla de Sadowa (1866) se hizo con Hesse, Fráncfort y el reino de Hannover. Ahora ya tenía el camino libre para enfrentarse a su gran enemigo… Francia. En 1870 derrotaba a los franceses e incluso llegó a tomar como rehén a Napoleón III. Aún así, París no cedió; proclamaron la República y decidieron resistir… pero en 1871 el poderoso ejército prusiano entraba en París y por el Tratado de Fráncfort los franceses cedían Alsacia y Lorena.
En una visita de Otto von Bismarck a un pueblo del estado de Turingia -que ya formaba parte de la Confederación Germánica antes de la guerra contra Austria- los próceres de la pequeña población decidieron agasajar al primer ministro con productos locales y para ello dispusieron a un grupo de niños. Una vez entregados los presentes, una niña cogió de la mano a Bismarck y le dijo:
En 1862, tras ser nombrado primer ministro de Prusia, y apoyado en un régimen de autoritario, emprendió una importante reforma militar que le permitió disponer de un poderoso ejército de 800.000 soldados para llevar a cabo su gran proyecto… la unificación alemana. En 1864 consiguió arrebatar a Dinamarca los ducados de Lauenburgo, Schleswig y Holstein; dos años más tarde, después de conseguir la neutralidad de Napoleon III de Francia y en alianza con Victor Manuel II de Italia, declaró la guerra a Austria y tras derrotarla en la batalla de Sadowa (1866) se hizo con Hesse, Fráncfort y el reino de Hannover. Ahora ya tenía el camino libre para enfrentarse a su gran enemigo… Francia. En 1870 derrotaba a los franceses e incluso llegó a tomar como rehén a Napoleón III. Aún así, París no cedió; proclamaron la República y decidieron resistir… pero en 1871 el poderoso ejército prusiano entraba en París y por el Tratado de Fráncfort los franceses cedían Alsacia y Lorena.
En una visita de Otto von Bismarck a un pueblo del estado de Turingia -que ya formaba parte de la Confederación Germánica antes de la guerra contra Austria- los próceres de la pequeña población decidieron agasajar al primer ministro con productos locales y para ello dispusieron a un grupo de niños. Una vez entregados los presentes, una niña cogió de la mano a Bismarck y le dijo:
Bismarck, intrigado, le dijo que le preguntase lo que quisiese…¿Puedo hacerle un pregunta que es muy importante para nosotros? Es que tenemos mucha prisa.
Fuentes e imágenes: Historia Universal, El Canciller de Hierro, Anécdotas de la Historia – Pancracio CeldránEn el colegio queremos comprar un atlas nuevo, y quisiera saber si ya están trazadas las nuevas fronteras de Alemania… o esperamos.
¿Por qué acabó encerrado en un gulag en Siberia el Pelé ruso?
En
los Juegos Olímpicos en 1956, celebrados en Melbourne (Australia), la
selección de fútbol de la URSS se alzaba con la medalla de oro. La
estrella de aquel equipo era Eduard Streltsov, un joven delantero veloz y habilidoso que triunfaba en el Torpedo de Moscú… le llamaban el Pelé ruso. Dos años más tarde, con 21 años, era encerrado en un gulag siberiano. ¿Qué ocurrió en esos dos años?
Después de una semifinal épica en la que la URSS consiguió derrotar a Bulgaria con 9 jugadores -se lesionaron dos jugadores soviéticos y todavía no se permitían las sustituciones- remontado el partido con dos goles de Streltsov, en la final frente a Yugoslavia el seleccionador soviético decidió dejar en el banquillo a su joven estrella y jugó en su lugar Nikita Simonyan. A pesar de esta decisión, los soviéticos consiguieron el triunfo. Como los suplentes no recibían medallas, fue el propio Simonyan quien le ofreció la suya a Streltsov reconociendo que habían llegado hasta allí gracias a él…
Tras un primer interrogatorio de la KGB, firmó una declaración jurada declarándose culpable… fue juzgado y condenado a 12 años de trabajos forzados en un gulag de Siberia. Cuando se conoció el arresto, los trabajadores de la ZIP, empresa a la que pertenecía el Torpedo, organizaron una manifestación en la que participaron más de 100.000 personas gritando que aquello fue una venganza. La KGB se encargó de acallar las protestas. ¿Por qué firmó aquella declaración cuando había enviado un carta a su madre declarando su inocencia? La presión y las amenazas de la KGB, y la promesa de que si firmaba le permitirían participar en el Mundial de Suecia… volvió a caer en la trampa. Sin la participación de Streltsov, la URSS caería ante Suecia, selección a la que hacia poco tiempo había derrotado 6-0 con 3 goles de Streltsov.
Después de siete años recluido en el gulag se le condonó el resto de la condena y Streltsov, fiel a su equipo, regresó al Torpedo con el que fue campeón en 1965 y 1968 y él mismo declarado mejor jugador en las temporadas 1967 y 1968. Murió en 1990 a causa de un cáncer de garganta. El Torpedo le rindió homenaje, al que para muchos habría sido el mejor jugador del mundo, poniendo su nombre a su estadio y colocando una estatua en los alrededores.
Investigaciones posteriores han descubierto fotos de Marina Lebedeva en las que aparece en la cama de un hospital con moratones que podrían demostrar la violación, pero… ¿fue Eduard Streltsov? Muchos creyeron en su inocencia y en 2001 se creó el Comité Streltsov, encabezado por el ajedrecista Anatoly Karpov y el alcalde de Moscú Yury Luzhkov, para limpiar su nombre. Tras el suceso de la dacha, Marina Lebedeva desapareció del mapa y se cuenta que durante años estuvo visitando la tumba de Streltsov para depositar un ramillete de flores.
Después de una semifinal épica en la que la URSS consiguió derrotar a Bulgaria con 9 jugadores -se lesionaron dos jugadores soviéticos y todavía no se permitían las sustituciones- remontado el partido con dos goles de Streltsov, en la final frente a Yugoslavia el seleccionador soviético decidió dejar en el banquillo a su joven estrella y jugó en su lugar Nikita Simonyan. A pesar de esta decisión, los soviéticos consiguieron el triunfo. Como los suplentes no recibían medallas, fue el propio Simonyan quien le ofreció la suya a Streltsov reconociendo que habían llegado hasta allí gracias a él…
En el Kremlin se organizó un evento para homenajear a los triunfadores de Melbourne, a la que asistió la delegación de fútbol soviética y los miembros más destacados del Politburó, entre los que se encontraba Yekaterina Furtseva -la mujer más poderosa del país- que asistió con su hija de 17 años. Ésta, estaba prendada de la joven estrella y quería conocerle a toda costa; para su madre, aquel noviazgo podía consolidar su posición en el partido. Lamentablemente, Streltsov no estaba por la labor y la rechazó con buenas palabras… después de algunos vodkas, y ante la insistencia de madre e hija, dijo:No te preocupes, ganaré muchos más trofeos en el futuro.
Yekaterina Furtseva no olvidaría aquel desplante y para empeorar más su situación, si cabe, Streltsov rechazó los ofrecimiento de los dos equipos más poderosos de Moscú (CSKA, el equipo del ejército rojo, y el Dynamo de Moscú, el equipo del KGB) para quedarse en el humilde Torpedo… Había firmado su destino. El 25 de mayo de 1958, en plena preparación del Mundial de Suecia, estaban concentrados en las afueras de Moscú en una dacha propiedad de Eduard Karakhanov, oficial del ejército rojo. A la mañana siguiente, después de una noche de fiesta, Streltsov era arrestado y acusado de la violación de Marina Lebedeva, una joven de 20 años que había conocido en la fiesta.jamás me casaría con esa cara de mono
Tras un primer interrogatorio de la KGB, firmó una declaración jurada declarándose culpable… fue juzgado y condenado a 12 años de trabajos forzados en un gulag de Siberia. Cuando se conoció el arresto, los trabajadores de la ZIP, empresa a la que pertenecía el Torpedo, organizaron una manifestación en la que participaron más de 100.000 personas gritando que aquello fue una venganza. La KGB se encargó de acallar las protestas. ¿Por qué firmó aquella declaración cuando había enviado un carta a su madre declarando su inocencia? La presión y las amenazas de la KGB, y la promesa de que si firmaba le permitirían participar en el Mundial de Suecia… volvió a caer en la trampa. Sin la participación de Streltsov, la URSS caería ante Suecia, selección a la que hacia poco tiempo había derrotado 6-0 con 3 goles de Streltsov.
Después de siete años recluido en el gulag se le condonó el resto de la condena y Streltsov, fiel a su equipo, regresó al Torpedo con el que fue campeón en 1965 y 1968 y él mismo declarado mejor jugador en las temporadas 1967 y 1968. Murió en 1990 a causa de un cáncer de garganta. El Torpedo le rindió homenaje, al que para muchos habría sido el mejor jugador del mundo, poniendo su nombre a su estadio y colocando una estatua en los alrededores.
Investigaciones posteriores han descubierto fotos de Marina Lebedeva en las que aparece en la cama de un hospital con moratones que podrían demostrar la violación, pero… ¿fue Eduard Streltsov? Muchos creyeron en su inocencia y en 2001 se creó el Comité Streltsov, encabezado por el ajedrecista Anatoly Karpov y el alcalde de Moscú Yury Luzhkov, para limpiar su nombre. Tras el suceso de la dacha, Marina Lebedeva desapareció del mapa y se cuenta que durante años estuvo visitando la tumba de Streltsov para depositar un ramillete de flores.
El objetor de conciencia que se convirtió en héroe de guerra
Desmond Doss,
un soldado de US Army durante la Segunda Guerra Mundial, se convirtió
en el primer objetor de conciencia en recibir la Medalla de Honor por
salvar a más de 75 soldados heridos poniendo en riesgo su propia vida.
Desmond Doss nació el 7 de febrero de 1919 en Lynchburg (Virginia). Sus padres, Tom y Bertha Doss, lo criaron bajo la doctrina y las creencias de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Desde muy temprana edad, Desmond estuvo muy influenciado por la Biblia y sus enseñanzas, particularmente por el mandamiento de no matar. En abril de 1942, Desmond fue reclutado por el Ejército de los Estados Unidos, el problema era que él seguía negándose a portar un arma; así que fue alistado como objetor de conciencia (aunque a él le gustaba decir que era un “cooperador de conciencia” y que de esta forma podría “servir a Dios y al país“). Adscrito al Cuerpo Médico de la 77th División de Infantería, el estricto seguimiento de sus enseñanzas religiosas, incluso el respeto del sábado (shabat) como día de reposo, le acarrearon continuas burlas de sus compañeros y actos de indisciplina ante sus mandos.
En mayo de 1945, en el asalto anfibio de los aliados a la isla de Ryukyu de Okinawa, un batallón de marines fue enviado a tomar una posición japonesa sobre un acantilado de 120 metros. Tras escalar aquella pared, fueron recibidos por un intenso fuego enemigo… Doos vio cómo sus compañeros caían y en lugar de refugiarse -como hicieron otros- consiguió sacar de aquella ratonera a más de 75 marines heridos, arrastrándolos o cargándolos uno a uno, y llevarlos hasta el borde del acantilado desde donde serían bajados con cuerdas. Durante varios días continuó atendiendo a los heridos menospreciando el peligro que le rodeaba, hasta que el 21 de mayo, cerca de Shuri, fue alcanzado en las piernas por la metralla de una granada y cuando estaba a punto de ser sacado en una camilla, Doss vio a otro soldado que estaba peor que él y dejó la camilla para que evacuasen a su compañero. Entonces, recibió un disparo en un brazo que le fracturó un hueso. Sin poder ponerse en pie, herido en un brazo y sin que nadie pudiese ayudarle, rompió su juramento… cogió un fusil y lo utilizó para entablillarse el brazo y arrastrarse para llegar hasta el hospital de campaña. Hasta para los solados que antes se burlaban de él, Doss se había convertido en un símbolo de coraje y determinación.
En octubre de 1945, Desmond Doss recibió la Medalla de Honor de manos del presidente Harry S. Truman durante una ceremonia en la Casa Blanca. Doss regresó del Pacífico enfermo de tuberculosis y, aunque fue tratado con antibióticos, perdió un pulmón. En 1970, y debido a una sobredosis accidental de antibióticos, se quedó sordo. Vivió el resto de su vida como un hombre humilde y murió a la edad de 87 años, el 23 de marzo de 2006. Fue el protagonista del libro “El héroe más improbable” (1967) y el documental “El objetor de conciencia” (2004).
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Desmond Doss nació el 7 de febrero de 1919 en Lynchburg (Virginia). Sus padres, Tom y Bertha Doss, lo criaron bajo la doctrina y las creencias de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Desde muy temprana edad, Desmond estuvo muy influenciado por la Biblia y sus enseñanzas, particularmente por el mandamiento de no matar. En abril de 1942, Desmond fue reclutado por el Ejército de los Estados Unidos, el problema era que él seguía negándose a portar un arma; así que fue alistado como objetor de conciencia (aunque a él le gustaba decir que era un “cooperador de conciencia” y que de esta forma podría “servir a Dios y al país“). Adscrito al Cuerpo Médico de la 77th División de Infantería, el estricto seguimiento de sus enseñanzas religiosas, incluso el respeto del sábado (shabat) como día de reposo, le acarrearon continuas burlas de sus compañeros y actos de indisciplina ante sus mandos.
En mayo de 1945, en el asalto anfibio de los aliados a la isla de Ryukyu de Okinawa, un batallón de marines fue enviado a tomar una posición japonesa sobre un acantilado de 120 metros. Tras escalar aquella pared, fueron recibidos por un intenso fuego enemigo… Doos vio cómo sus compañeros caían y en lugar de refugiarse -como hicieron otros- consiguió sacar de aquella ratonera a más de 75 marines heridos, arrastrándolos o cargándolos uno a uno, y llevarlos hasta el borde del acantilado desde donde serían bajados con cuerdas. Durante varios días continuó atendiendo a los heridos menospreciando el peligro que le rodeaba, hasta que el 21 de mayo, cerca de Shuri, fue alcanzado en las piernas por la metralla de una granada y cuando estaba a punto de ser sacado en una camilla, Doss vio a otro soldado que estaba peor que él y dejó la camilla para que evacuasen a su compañero. Entonces, recibió un disparo en un brazo que le fracturó un hueso. Sin poder ponerse en pie, herido en un brazo y sin que nadie pudiese ayudarle, rompió su juramento… cogió un fusil y lo utilizó para entablillarse el brazo y arrastrarse para llegar hasta el hospital de campaña. Hasta para los solados que antes se burlaban de él, Doss se había convertido en un símbolo de coraje y determinación.
En octubre de 1945, Desmond Doss recibió la Medalla de Honor de manos del presidente Harry S. Truman durante una ceremonia en la Casa Blanca. Doss regresó del Pacífico enfermo de tuberculosis y, aunque fue tratado con antibióticos, perdió un pulmón. En 1970, y debido a una sobredosis accidental de antibióticos, se quedó sordo. Vivió el resto de su vida como un hombre humilde y murió a la edad de 87 años, el 23 de marzo de 2006. Fue el protagonista del libro “El héroe más improbable” (1967) y el documental “El objetor de conciencia” (2004).
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Ya ha llegado la segunda edición de Nunca me aprendí la lista de los reyes godos
Cuando a mediados del mes de noviembre anunciaba la publicación de “Nunca me aprendí la lista de los reyes godos“,
se cumplió un sueño, pero que en poco más de un mes se agotase la
primera edición… sólo es comparable con estar sentado en la barra del
bar de un hotel y que Hilary Swank se acerque a ti, te susurre unas palabras al oído y te deje la llave de su habitación en la barra.
Aunque un poco más tarde de lo esperado -en la semana de Reyes ya hubo pedidos que no se pudieron servir- y tras corregir algunas erratas -mil veces que leyese el texto, mil veces que haría alguna modificación-, esta semana comenzará la distribución de la segunda edición a los puntos de venta.
Y como es costumbre por estos lares, vamos a sortear un ejemplar de la segunda edición entre todos los que dejen un comentario, hasta el día 10 de febrero, con el nombre del rey godo que se esconde tras esta adivinanza:
Otra vez, y nunca me cansaré de repetirlo, muchas gracias.
Aunque un poco más tarde de lo esperado -en la semana de Reyes ya hubo pedidos que no se pudieron servir- y tras corregir algunas erratas -mil veces que leyese el texto, mil veces que haría alguna modificación-, esta semana comenzará la distribución de la segunda edición a los puntos de venta.
Y como es costumbre por estos lares, vamos a sortear un ejemplar de la segunda edición entre todos los que dejen un comentario, hasta el día 10 de febrero, con el nombre del rey godo que se esconde tras esta adivinanza:
Su sucesor en el trono mató a su hermano y el sucesor de su sucesor también mató a su hermano.
Los pilotos derribados que salvaron los cortadores de cabezas
El 16 de noviembre de 1944, un bombardero B-24 de United States Army Air Forces (USAAF)
se estrelló en la selva de Borneo después de haber sido derribado por
los japoneses. Siete de los diez tripulantes del avión consiguieron
saltar en paracaídas antes de que la aeronave se estrellase en medio de
la selva. Habían salvado sus vidas… por ahora.
Los supervivientes se reunieron y se alejaron de la zona del accidente para no ser localizados por las patrullas japonesas, pero fueron a topar con los Dayak -los indígenas de Borneo temidos por su antigua tradición de cortar las cabezas-. Al contrario de lo esperado, por las leyendas que circulaban en torno a los dayak, el encuentro fue amistoso y supuso la salvación de los estadounidenses. Los llevaron a su poblado donde les curaron las heridas y, lo más importante, los escondieron de las japoneses. Dos cuestiones jugaron a favor de los estadaunidenses: el hecho de que la antigua constumbre de cortar cabezas había sido abandonada tras el paso por la isla de los misioneros cristianos y la evangelización de los dayak, y la enemistad de éstos con los japoneses por someterlos y haber masacrado a los misioneros. Durante varios meses estuvieron conviviendo con los dayak hasta que…
El 25 de marzo de 1945, Tom Harrisson, antropólogo y comandante del ejército británico, y 7 australianos miembros de la Z Special Unit -unidad del cuerpo Special Operations Australia (SOA), creado para operar detrás de las líneas japonesas en el sudeste asiático- fueron lanzados en paracaídas sobre la isla con la misión de rescatar a los pilotos caídos y levantar a los dayak contra los japoneses. La Unidad consiguió contactar con los indígenas y preparó la huida de la isla. Mientras se estudiaba el plan de evacuación, Harrison consiguió convencer a los dayaks para que dejasen a un lado su resistencia pasiva frente a los japoneses y se enfrentasen a ellos en una guerra de guerrillas en la selva… además de recuperar la costumbre de cortar cabezas. Se convirtieron en una pesadilla para los japoneses.
Finalmente, y con ayuda de los dayak, se limpió una zona llana de la tupida selva e hicieron una pista de aterrizaje con bambú para darle consistencia y que una pequeña aeronave pudiese aterrizar. En junio de 1945, tras siete meses en la isla, los pilotos estadounidenses salían de la isla.
Los supervivientes se reunieron y se alejaron de la zona del accidente para no ser localizados por las patrullas japonesas, pero fueron a topar con los Dayak -los indígenas de Borneo temidos por su antigua tradición de cortar las cabezas-. Al contrario de lo esperado, por las leyendas que circulaban en torno a los dayak, el encuentro fue amistoso y supuso la salvación de los estadounidenses. Los llevaron a su poblado donde les curaron las heridas y, lo más importante, los escondieron de las japoneses. Dos cuestiones jugaron a favor de los estadaunidenses: el hecho de que la antigua constumbre de cortar cabezas había sido abandonada tras el paso por la isla de los misioneros cristianos y la evangelización de los dayak, y la enemistad de éstos con los japoneses por someterlos y haber masacrado a los misioneros. Durante varios meses estuvieron conviviendo con los dayak hasta que…
El 25 de marzo de 1945, Tom Harrisson, antropólogo y comandante del ejército británico, y 7 australianos miembros de la Z Special Unit -unidad del cuerpo Special Operations Australia (SOA), creado para operar detrás de las líneas japonesas en el sudeste asiático- fueron lanzados en paracaídas sobre la isla con la misión de rescatar a los pilotos caídos y levantar a los dayak contra los japoneses. La Unidad consiguió contactar con los indígenas y preparó la huida de la isla. Mientras se estudiaba el plan de evacuación, Harrison consiguió convencer a los dayaks para que dejasen a un lado su resistencia pasiva frente a los japoneses y se enfrentasen a ellos en una guerra de guerrillas en la selva… además de recuperar la costumbre de cortar cabezas. Se convirtieron en una pesadilla para los japoneses.
Finalmente, y con ayuda de los dayak, se limpió una zona llana de la tupida selva e hicieron una pista de aterrizaje con bambú para darle consistencia y que una pequeña aeronave pudiese aterrizar. En junio de 1945, tras siete meses en la isla, los pilotos estadounidenses salían de la isla.
¿Para qué servían en Roma las monedas en las que se representaban posiciones sexuales?
Igual que hace poco descubrimos una moneda de Roma con la forma de un jamón, ahora tenemos las spintriae, monedas o fichas en las que se representaban distintas posiciones sexuales en el anverso y una numeración en el reverso…
¿Para qué se utilizaban este tipo de monedas?
Las versiones más conservadoras, y menos originales, establecen que las spintriae (acuñadas en la época de César Augusto y su hijo adoptivo Tiberio) se acuñaron como burla a la campaña de moralidad que implantó César Augusto. Según Suetonio, por tener alguna de estas monedas en las que se representase al emperador en un burdel o letrina, te podían acusar de alta traición. También se dice que podrían ser fichas de algún tipo de juego.
Pero yo me voy a quedar con otras versiones mucho más originales…
Sabiendo que en Roma tenían todo perfectamente organizado -la prostitución estaba regulada por la licentia Stupri- no me extrañaría nada que hubiesen sido utilizadas como fichas en los lupanares. Al entrar al lupanar, se pagaba al leno -el propietario- el servicio contratado, éste te entregaba la spintriae que representaba dicho servicio y en la que el número del reverso indicaba el habitáculo donde serías atendido. Sobre la puerta del habitáculo estaba pintado el número y en su interior tenían una cama de mortero sobre la que se colocaba un colchón de paja o plumón; unas lucernas y una palangana para asearse eran el único mobiliario. En el de Pompeya, todavía pueden verse los arañazos en sus paredes, idénticos a las que hoy pueblan los aseos de medio mundo, mostrando frases tipo “Varinia ama a Marcelo”, “el hornero es un felón”, “Craso la tiene de un palmo” o “Cato se tira a Lucila”…
Y puestos a darles utilidades -ésta rayando lo cómico-, se dice que las spintriae también podrían haber sido utilizadas por los legionarios. En sus conquistas por medio mundo, los legionarios tenían que tratar con gentes de diferentes lenguas que eran desconocidas para ellos, así que utilizando las spintriae le decían a los prostitutas locales el servicio que querían…
Fuentes e imágenes: Coins Weekly, Historia del arte erótico, The Straight Dope
¿Para qué se utilizaban este tipo de monedas?
Las versiones más conservadoras, y menos originales, establecen que las spintriae (acuñadas en la época de César Augusto y su hijo adoptivo Tiberio) se acuñaron como burla a la campaña de moralidad que implantó César Augusto. Según Suetonio, por tener alguna de estas monedas en las que se representase al emperador en un burdel o letrina, te podían acusar de alta traición. También se dice que podrían ser fichas de algún tipo de juego.
Pero yo me voy a quedar con otras versiones mucho más originales…
Sabiendo que en Roma tenían todo perfectamente organizado -la prostitución estaba regulada por la licentia Stupri- no me extrañaría nada que hubiesen sido utilizadas como fichas en los lupanares. Al entrar al lupanar, se pagaba al leno -el propietario- el servicio contratado, éste te entregaba la spintriae que representaba dicho servicio y en la que el número del reverso indicaba el habitáculo donde serías atendido. Sobre la puerta del habitáculo estaba pintado el número y en su interior tenían una cama de mortero sobre la que se colocaba un colchón de paja o plumón; unas lucernas y una palangana para asearse eran el único mobiliario. En el de Pompeya, todavía pueden verse los arañazos en sus paredes, idénticos a las que hoy pueblan los aseos de medio mundo, mostrando frases tipo “Varinia ama a Marcelo”, “el hornero es un felón”, “Craso la tiene de un palmo” o “Cato se tira a Lucila”…
Y puestos a darles utilidades -ésta rayando lo cómico-, se dice que las spintriae también podrían haber sido utilizadas por los legionarios. En sus conquistas por medio mundo, los legionarios tenían que tratar con gentes de diferentes lenguas que eran desconocidas para ellos, así que utilizando las spintriae le decían a los prostitutas locales el servicio que querían…
Fuentes e imágenes: Coins Weekly, Historia del arte erótico, The Straight Dope
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