Introducción
Uno
de los estilos más singulares, si no el más singular, de todos los que
componen el panorama de la música española, es sin lugar a dudas nuestro
arte flamenco. Sin embargo, hoy en día, el flamenco tal y como lo
conocían nuestros abuelos, está prácticamente desaparecido, y la gran
mayoría de la gente ignora cuándo y cómo se creó nuestro queridísimo
arte musical andaluz. El flamenco es en esencia la reinterpretación
artística de la tradición musical andaluza, nutrida de las herencias que
a lo largo de los siglos han ido dejando las más variadas culturas que
históricamente convivieron en las provincias del sur de España, una
especie de romanticismo musical andaluz. Andalucía, como cuna del
flamenco, ha visto cómo a lo largo de su historia llegaron y se
asentaron en sus campos y puertos un sinfín de pueblos con un origen
cultural muy variado, desde la remota cultura tartésica e ibérica,
pasando por la colonización fenicia y romana, hasta la llegada de los
árabes y judíos sefarditas y los asentamientos gitanos ya en el siglo
XV. A éstos hay que añadirle el magnetismo que siempre ha tenido
Andalucía, especialmente Sevilla y Cádiz, para los europeos y todos
aquellos que se sentían atraídos por las riquezas que llegaban del Nuevo
Mundo. Y debido a la singularidad de la cultura andaluza se forjó el
caldo de cultivo ideal para que naciese, a mediados del siglo XIX, una
música denominada flamenco…
Cante antiguo, las sólidas raíces del flamenco
Manuel Vallejo, Manuel Torre o
Juan Breva son nombres que ocupan un lugar eminente en la historia del
flamenco; no en la leyenda ni en la categoría de figuras míticas, sino
en la historia propiamente dicha, ya que disponemos de grabaciones que
nos permiten conocer directamente su arte. Estos y otros autores son los
representantes del cante antiguo, guardianes de una forma de entender e
interpretar el flamenco que algunos creen a punto de desaparecer. Se
han convertido en algo así como la reserva espiritual del flamenco. Es
el flamenco de siempre, el más jondo, el que se escucha en sus voces. Las primeras grabaciones del cante flamenco datan del año 1895.
Desde entonces, el cante no ha dejado de registrarse en los distintos
soportes de la historia discográfica, como los cilindros de cera o los
discos de pizarra. Muchas de estas grabaciones antiguas han sido
recuperadas y remasterizadas, permitiendo así a generaciones posteriores
conocer las cualidades de unos cantaores que de otra forma hubieran
quedado en la categoría de leyendas o mitos, como ocurre con El Planeta o
El Fillo, de quienes no queda más que testimonios escritos.
Entre
los más eminentes representantes del cante antiguo hay que citar a Juan
Breva, ya que su cante fue el primero en registrarse en un soporte
sonoro. “Raíces del flamenco” recoge todas sus grabaciones, en una
edición remasterizada.
Antonio Chacón es una figura imprescindible del flamenco
y uno de los cantaores más completos de la historia del cante. El
pueblo le bautizó como don Antonio Chacón, Pepe de la Matrona
consideraba que era “el monstruo de los monstruos” y Enrique el Mellizo
le dijo personalmente que llegarían a llamarle “el papa del cante”.
Desgraciadamente, las grabaciones de
Chacón que presentan mayor calidad se realizaron en los últimos años de
su vida, cuando el cantaor tenía ya sus capacidades mermadas. Aún así,
las grabaciones recogidas en “La cumbre de un maestro” permiten hacerse
una idea de la magnitud y sabiduría del cante de Chacón.
Manuel Torre forma parte de un selecto grupo de cantaores de leyenda. Dejó su personal e imborrable huella en las seguirillas y en las saetas
e, igualmente, dio su configuración actual a algunos otros palos como
los tangos-tientos. La leyenda del cante recoge algunas grabaciones
originales de Manuel Torre, realizadas entre los años 1909 y 1930. El
sonido no es demasiado limpio, pero sí permite apreciar las cualidades
del cantaor.
Manuel Vallejo, ganador de la II Llave de Oro del Cante
y estrella de la etapa de la ópera flamenca, es otro de los grandes
cantaores del flamenco. Dejó una amplia discografía grabada que con las
técnicas actuales de recuperación y remasterización ha llegado hasta
nosotros con una calidad más que aceptable. Una buena muestra de ellos
se encuentra en Copa Pavón y Llave de Oro del Cante.
Los nombres de grandes cantaoras son escasos en el flamenco,
sobre todo en proporción con los hombres. Uno de ellos es el de Pastora
Pavón, “la Niña de los Peines”, considerada como la mujer más
importante que hasta ahora ha dado la historia del cante flamenco. Lorca
la propuso como modelo de cantaora enduendada y comparó su genio con el
de Goya y Rafael El Gallo.
Su voz “de sombra, […] de estaño fundido, […] cubierta de musgo”
–definida así por Lorca- puede escucharse en Cantes gitanos,una
magnífica remasterización de grabaciones antiguas (1928-1950). La
edición incluye además un libreto con las letras de todos los cantes,
fotografías inéditas y un ensayo biográfico de Manuel Bohórquez.
Chacón, Vallejo, Torre o La Niña de los
Peines son sólo una pequeña muestra del amplio plantel de cantaores que
supieron interpretar y transmitir el profundo arte del flamenco. La
lista de figuras imprescindibles en la historia del flamenco es muy
larga (Ver secciones Biografías flamencas y Cantes flamencos). Son
muchos los cantaores de hoy que recuperan sus cantes. Una buena forma de
acercarse a ellos son las colecciones y antologías que actualmente
están en el mercado. Especialmente recomendables son “La época dorada
del flamenco” o “Grabaciones Discos Pizarra”. En ambas se recuperan y
remasterizan viejas grabaciones extraídas de discos de pizarra.
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