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IMPERIO
D. Henry Kamen
Historiador e hispanista
Bilbao, 17 de marzo de 2003
Antes de nada, querría comentar
la entrevista que me hicieron en el periódico de ayer,
porque está muy relacionada con lo que yo quisiera explicarles
y aclararles hoy aquí. Ya en el titular se recogía
una afirmación mía que más tarde comentaré,
«La idea de que España conquistara un continente
como América hace reír», y efectivamente
es chocante; sin embargo, debo decir que lo que en realidad me
hizo mucha gracia fue la pregunta del periodista, quien me planteaba
extrañado si entonces no era cierto que los españoles
habían conquistado América. ¿Se pueden imaginar
ustedes, que conocen la inmensidad de los espacios americanos,
a un pequeño grupo de españoles, 30, 50 ó
500, llegando a las costas de El Caribe y conquistando de golpe
toda América? Pues lo cierto es que yo lo veo un poco
difícil, aunque también lo es que se repite la
historia con todos los imperios; así, los británicos
también hablaban en sus manuales de historia sobre la
conquista británica de la India, que evidentemente existía
sólo en su imaginación, y de la conquista de América,
cuando el territorio máximo de que disfrutaban era Nueva
Inglaterra. O sea, que partimos del problema de que en todas
las naciones, tanto en Inglaterra como en España o en
otras muchas, los logros del pasado se han distorsionado y exagerado
convenientemente hasta límites insospechados. Por eso,
la intención de mi libro no es repetir lo que todos saben
ya sobre la historia de España; es más, ni siquiera
trata exclusivamente acerca de ésta. Abordo la historia
del Imperio español, lo que cambia ligeramente las cosas.
Asimismo, tampoco se trata de una historia como la aprendida
en los colegios durante esas pesadas lecciones que aguantábamos
dormitando, sino de la narración de la más asombrosa
aventura que el mundo occidental haya conocido, del primero de
los grandes imperios territoriales europeos: el Imperio de España.
En concreto, cuenta cómo uno de los países más
pobres de Europa se convirtió en la nación más
poderosa del mundo.
Sé que esta afirmación
que acabo de hacer ya es del todo dudosa, puesto que no puede
suceder que un país pobre se convierta en el país
más poderoso del mundo -he aquí el primer problema-.
Es decir, los países pobres no suelen poder convertirse
en poderosos. No obstante, lo imposible ocurrió en el
caso de España, por lo que fueron los propios españoles
los que quedaron totalmente asombrados ante el éxito de
su pequeño país. Y de ello queda constancia en
los comentarios de los escritores de la época, que reflejaban
su orgullo y sorpresa al respecto. Francisco Ugarte de La Hermosa,
por ejemplo, dijo a mediados del XVII: «Desde que Dios
creó el mundo, no ha habido otro imperio en él
más dilatado que el de España, porque desde que
sale el Sol hasta que vuelve a salir está alumbrando tierras
de esta gran monarquía, sin que en toda su carrera falten
a su luz un solo instante tierras de este gran monarca».
Y otro autor de la época de Felipe II, Pedro Salas Mendoza,
afirmaba: «La monarquía de España abraza
la tercera parte del universo, y sólo su América
o Mundo Nuevo es tres veces mayor que Europa. El imperio de España
es más de 20 veces mayor que lo que fue el romano».
Entonces, estas citas ilustran a la perfección que la
mayoría de los españoles siempre consideraron al
Imperio, que llegó a ser 20 veces mayor que el romano,
un gran logro que ellos habían creado con sus propias
manos y del que, por ello, debían sentirse orgullosos.
Un sentimiento de orgullo que todavía existe en la mente
de muchos españoles que aún viven en el pasado,
unos cinco siglos atrás, pero que, como el gran erudito
e historiador español y castellano Ramón de Grande
decía,no creo que tenga un lugar en la escena. «Si
contemplamos la magnitud de la hegemonía española
y no nos reprochamos la pobreza que contribuyó a engendrarla
-comentaba-, no por eso hemos de incurrir en la vanagloria».
Así que, en resumen, hay
problemas con respecto a nuestra percepción de este Imperio.
¿Fue una creación española y, por tanto,
nuestro orgullo es justificado? La verdad es que lo que sucedió
ocurrió hace muchísimos años y no tiene
ninguna conexión con la vida de hoy. El Imperio dejó
de existir hace más de 200 años, o incluso muchos
más siglos si calculamos de otra manera, por lo que sería
fútil polemizar sobre él. Por eso, en vez de buscar
polémica, creo que es mejor que dediquemos nuestro tiempo
a analizar algunas cuestiones muy sencillas pero también
muy importantes que, por cierto, no son únicamente aplicables
al caso del Imperio español, sino también a todos
los imperios, sea cual fuere el tiempo en el que surgieron y
se desarrollaron. Y digo esto porque al hacer el presente estudio
algunos comentaristas españoles que querían discrepar
de alguna opinión mía me achacaban que sólo
criticaba a los suyos, cuando en absoluto es así. Sé
y afirmo que los ingleses hicieron lo mismo, lo reconocía
al principio, o incluso los franceses, lo que pasa es que he
dedicado este libro a España, y no al imperio francés
o al imperio británico -queda por hacer otro libro más
sobre otros imperios, pero yo no dispongo de energía ni
de años para escribirlo-. Así todo, esto no quita,
ya digo, para que lo argumentado en este libro se pueda aplicar
también a todos los imperios, tanto si son críticas
como si son elogios.
SIGUIENTE>>>
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