jueves, 18 de julio de 2013

TUICO CANTON DE CARTAGENA


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el cantón de cartagena (y 3)

El Cantón de Cartagena duró 185 días, en los que la ciudad se convirtió en el centro de atención mundial y en la qué, aparte de los hechos militares de lucha entre los revolucionarios y el ejército centralista, se producirán una serie de actividades políticas y sociales, entre las que podemos destacar las siguientes:
Gobierno cantonal
A la Junta Cantonal de los primeros momentos, presidida por el cartagenero Pedro Gutiérrez, sucedió el Gobierno Provisional presidido por el general Contreras, con Antonete ostentando el cargo de ministro de Ultramar, y Roque Barcia, la presidencia. Pronto surgieron reservas y roces entre los dirigentes cantonales, y para solucionarlas se crea un híbrido por fusión del Gobierno y la Junta, que se conocerá como Junta Soberana de Salvación Pública, que finalmente complicará aún más las complicaciones y dificultando el funcionamiento de los servicios, abastecimiento, sanidad, orden público, etc.
Roque Barcía (presidente Gobierno Provisional)
Programa del Cantón de Cartagena
La Junta Soberana establece en una Proclama, dada el 1 de octubre de 1873, las siguientes medidas: instrucción gratuita, obligatoria y elemental, prohibición de la enseñanza religiosa, confiscación de los bienes de las asociaciones religiosas y confiscación de los bienes adquiridos por herencia y con origen de gracia y donación real, tales como vinculaciones, mayorazgos y capellanías, entre otros. Todos ellos pasarían a ser propiedad colectiva del Cantón.
Acuñación de moneda propia
Para sufragar y mantener los gastos derivados de la sublevación, se decidió acuñar moneda propia. Para ello, se amnistió a todos los condenados por moneda falsa que cumplían condena en el penal de Cartagena, si se comprometían a colaborar en la elaboración de los cuños y en la acuñación de las piezas. La plata que se necesitaba procedía de la extraída en las minas de Mazarrón y de objetos  que fueron  incautados. Las nuevas monedas, con una Ley superior en 25 milésimas más que las oficiales, mayor tamaño también para las del mismo valor facial, y un peso superior. La acuñación se realizó en el Arsenal de Cartagena utilizando máquinas para estampación para útiles de barcos. Las monedas no llevaban figura alguna, sólo inscripciones.
Duro cantonal                                                       Dos pesetas Cantón
Diario oficial
Durante los meses de Gobierno federal en Cartagena, aparece El Cantón Murciano, diario oficial de la Federación.  Comienza a publicarse el 22 de juñio de 1873, impreso en Cartagena, al precio de dos cuartos cada número. Su primer director fue Antonio de la Calle, y posteriormente Roque Barcia, quien ya había dirigido antes en Madrid Justicia Federal. Normalmente, el periódico estaba formado por cuatro páginas a cuatro columnas. formato habitual en los diarios de la época, y su contenido era exclusivamente de información oficial, no conteniendo anuncios ni otras noticias. El último número que se conserva es el del 24 de noviembre de 1873.
El Cantón en la prensa gráfica de la época
Los acontecimientos de Cartagena provocaron una enorme atención en los medios de la época. La prensa nacional y extranjera, tanto la de información como la satírica, dedicaron amplios espacios a reflejar estos acontecimientos, publicando precisos grabados, entre otras noticias, sobre los hechos, escenarios y personajes cantonales. Entre las revistas que trataron gráficamente el tema, podemos citar dos magazines, “La Ilustración Española y Americana” y “Le Monde Ilustré”, y tres satíricas,“La Flaca”, “La Campana de Gracia” y “El Pirata”.
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sitio de la ciudad de cartagena, rendición y fin del cantón.

Desde primeros del mes de agosto, el gobierno de la República pondrá sitio a la ciudad de Cartagena con el fin de sofocar el movimiento cantonalista; las tropas, al mando del general Martínez Campos, sitian la ciudad y comienza una situación de asedio y bombardeos que continuará hasta la toma definitiva de la plaza. El cerco a que será sometida presenta una especial crudeza, principalmente durante los dos últimos meses, destacando la intensidad bélica por parte de las tropas sitiadoras, cuyos bombardeos indiscriminados originan numerosos desperfectos y desgracias en la población. Los sitiados, por su parte, ofrecerán una verdadera defensa numantina a pesar de su inferioridad técnica. Otra muestra de la ferocidad de la contienda la encontramos en la amenaza de demolición a cañonazos de los molinos de harina que proporcionan el trigo a la ciudad sitiada, y el bloqueo por una guardia de voluntarios de la República con el fin de impedir el paso de comestibles.
Bombardeo de Cartagena
Dentro del Cantón hay que señalar que, a pesar de ser una plaza sublevada y sometida a bloqueo militar, y sufriendo un duro bombardeo con artillería, se mantuvo el orden interno y funcionaron todos los servicios civiles y militares. No se permitieron desórdenes ni saqueos, manteniendo su funcionamiento normal los hospitales, teatros y servicios municipales. Pero la situación política empieza a sufrir cambios con el cerco; el grupo de Barcia, más tibio con el movimiento, empiezan a intentar buscar la salida a cualquier precio, influenciados por el ofrecimiento del Gobierno Central a los militares sublevados de otorgarles el perdón y un destino en ultramar. Ante ese clima de entreguismo y la traición de algunos militares, hasta entonces fieles al Comandante Antonete, éste, un día antes de la entrada de las tropas del General Dominguez, llega a detener a los miembros de la Junta Soberana, incluido el propio Barcia.
Entrada tropas centralistas en Cartagena
A los seis meses de la proclamación del Cantón, el día 12 de enero de 1844, el general López Dominguez consigue finalmente la rendición,  las tropas a su mando entran en la ciudad después de que ya se hubieran hecho con algunas de las baterías que protegían el puerto y contarán con el apoyo de los barcos centralistas bombardeando también. Cartagena está prácticamente destruida, ha caído la catedral, ha caído el Ayuntamiento, miles y miles de viviendas ya no existen, el Parque de Artillería ha sido volado.
Ante la pérdida de la ciudad, Antonete, acompañado de su hijo herido, logra escapar a tiro limpio y huir embarcado en la Numancia, con más de mil fugitivos a bordo, y rompiendo el bloqueo del puerto por las fragatas Carmen y Victoria, se dirige a Orán. Allí serán detenidos por las autoridades francesas, internando a Contreras y Gálvez en dicha ciudad y distribuh¡yendo al grueso de evadidos por fortalezas, campos de concentración y presidios. Mientras, en España se encausó a Antonete por los delitos de sedición y rebelión entre otros, siendo condenado a la pena de muerte. En 1891 sería indultado al ser restaurado Alfonso XII, volviendo a su Torreagüera natal. No obstante, volvería a protagonizar nuevas sublevaciones en 1896.
Huida de los insurgentes tras la caída del Cantón
Con esta tercera entrega doy por terminada la serie sobre este hecho, que daría para muchísimo más teniendo en cuenta la cantidad de factores que tuvo, lo que significó en si mismo, el impacto que tuvo en el desarrollo de la Iª República, la represión posterior y la recuperación y rehabilitación de la ciudad.
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fuentes consultadas

A título meramente enunciativo,ya que realmente he consultado otras muchas fuentes, os dejo una nota de algunas de ellas, pidiendo disculpas a los que se me haya pasado citar, especialmente a algunas de las páginas web visitadas en busca perincipalmente de imágenes.
Arroyo Cabello, Mª del SocorroLa Prensa murciana en el sexenio revolucionario (1868-1874)
Molina Martínez, José Luis, El Cantón murciano, hecho romántico en el realismo
Muñoz Barberán, Manuel, Antonio Gálvez Arce (Antonete). Héroe liberal (1819-1898)
Pérez Castro, Antonio, Levantamiento cantonalista
Ribbans, Geoffrey, El Cantón de Cartagena en Sender y Galdos
Victoria Moreno, DiegoLa represión pública durante y después del Cantón Murciano
Páginas web:
© Ernesto Cruzado Catalán
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el cantón de cartagena (2)

En esta segunda entrega de la serie sobre el Cantón de Cartagena, vamos a ver fundamentalmente el desarrollo de los acontecimientos, pero para ello creo necesario dar, en primer lugar, unos datos acerca de una figura fundamental en el proceso murciano, Antonio Gálvez Arce, conocido como Antonete Gálvez, padre de la patria murciana.
Antonete Gálvez Arce

antonete gálvez (1819 – 1898)

Nació en Torreagüera el 29 de junio de 1819, de familia huertana y alentado por un leve progresismo paterno desde su primera juventud, participando en las conspiraciones del Partido Progresista contra el regente Esparteros. En 1868 apoyará el pronunciamiento de Prim, y al año siguiente protagoniza el emblemático levantamiento republicano en la Sierra de Miravete y cuando éste fracasa se ve obligado al exilio en Orán (Argelia), regresando gracias a una amnistía en marzo de 1870. Unos meses después, obtiene el acta de Diputado en las Cortes, donde los republicanos federales obtienen más de ochenta representantes, y se producirá su primera frustración que le llevará a romper con Pi i Margall y con el partido.
Al estallar el movimiento cantonalista, Antonete juega un papel importante en Murcia, pero al quedar reducido el Cantón a Cartagena, se encarga de Ultramar y mantiene la resistencia hasta la rendición en 1874. Como Comandante General de las fuerzas militares cartageneras organiza expediciones por la provincia murciana, formando Juntas Locales y recaudando los tributos necesarios para el mantenimiento y defensa del Cantón.
Antonete con dos correligionarios
En el mes de marzo de 1873, nuevamente conseguida el acta de diputado, es nombrado presidente de honor del Partido Federalista Murciano, y con la proclamación de la República Federal en junio, ante la política centralista adoptada, Antonete abandona Madrid regresa a Murcia y se compromete con Roque Barcia y el general Contreras, quien será el estratega del plan revolucionario cantonal. Gálvez queda encargado del levantamiento en Cartagena, que será el 12 de julio la ciudad que tendrá el verdadero protagonismo, siendo nombrando, por la Junta Revolucionaria Revolucionaria, Comandante General de Todas las Fuerzas de Mar y Tierra de la plaza y departamento.
Proclamación del Cantón

los acontecimientos

Aunque en los planes generales de la revolución cantonal era el diputado Antonete Gálvez Arce el responsable del levantamiento de la ciudad de Cartagena, sus fuertes y la escuadra fondeada en el puerto, será  Manuel Cárceles quien iniciará la revolución entre los días 9 y 12 de julio de 1873. Hubo dos motivos para adelantar el levantamiento: se iba a sustituir a los voluntarios que desde el día 4 prestaban servicio en los fuertes de la plaza, en su mayoría adictos a los insurgentes,  por tropas del ejército, leales al gobierno central, y la escuadra que permanecía en el puerto de Cartagena, levaría anclas con destino a Málaga. Esto sería un factor de enorme valor para el triunfo del  movimiento en la ciudad, ya que consistía en lo mejor de la armada española, cinco fragatas, una corbeta y dos vapores, que Antonete Gálvez consiguió, con encendidas arengas que la tripulación se adhiriera al Cantón.  Los navíos eran: Numancia (se convertiría en el buque insignia),  Méndez Núñez, Victoria, Tetuán y Almansa. Posteriormente se incorporarían a la escuadra cantonal, el vapor Vigilante y el Fernando el Católico.

Numancia                                                                            Méndez Núñez

Fragata Victoria

Victoria                                          Tetuán                                                Gerona


Vigilante                                                                                                   Fernando el Católico

El levantamiento

En la noche del 11 de julio se reúnen unas treinta personas comprometidas con el levantamiento; eran los elementos más representativos de los que en aquel momento residían en Cartagena, entre ellos algunos oficiales y jefes de milicias, proponiendo al cabo de carteros José Antonio Sáez para qué, al frente de un pequeño grupo de tropas, se apoderará del castillo de Galeras, quien así lo hizo, constituyéndose en su gobernador.
Durante el primer mes de sublevación, Antonete Gálvez, de acuerdo con el general Contreras, que ocupa el cargo de jefe militar, se proyecta y lleva a cabo incursiones militares tierra adentro, motivadas por la apremiante necesidad de buscar apoyos y recursos económicos para el cantón. Estas operaciones por tierra se alternan con expediciones navales, si bien éstas no dejan de ser meros cabotajes.  A partir de agosto la actitud será claramente defensiva, ya se han sofocado el resto de los cantones,  sitiada la ciudad por mar y tierra, comienza el asedio y bombardeo de la plaza, que se mantendrá hasta el 12 de enero de 1874 en que se produce la capitulación definitiva.

Despliegue de fuerzas y artillería durante el sitio
El cerco de Cartagena será una muestra de la crudeza del conflicto. Las operaciones atacantes de los sitiadores alcanzan una enorme intensidad; el nutrido fuego de las baterías ocasionan numerosos destrozos y desgracias en la población, provocando la evasión de los menos decididos a la defensa, que son inmediatamente detenidos en la línea de sitio y trasladados a la cárcel, donde serán sometidos a los correspondientes sumarios.
Cerraremos esta segunda y penúltima entrada con unas imágenes de los daños causados, señalando que en el momento de la rendición final únicamente quedaban intactas 27 casas en toda la ciudad.
Plaza de la Merced
Calle del Carmen                                              Voladura Parque Artillería

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el cantón de cartagena (1)

Vuelvo a retomar las entradas sobre acontecimientos históricos; en este caso iniciaré una serie sobre el Cantón de Cartagena, hecho que se produjo durante la 1ª República española. Al igual que ya hice con los temas de Los Moriscos y del Exilio republicano español, lo dividiré en tres entradas, una cada semana aproximadamente, dada la extensión del tema, que a pesar de intentar esquematizar lo más posible se alargará sin duda demasiado para un solo post.

momento histórico

Ocurrida la dimisión del rey Amadeo de Saboya en 1873, se originó un cambio de sistema de Gobierno en España, y la Asamblea Nacional aprobó por unanimidad la proclamación de la Primera República en las Cortes (11 de febrero de 1873). En mayo de ese mismo año se celebraron elecciones a Cortes Constituyentes, obteniendo los republicanos federales la mayoría absoluta, estableciéndose la República Federal, apostando por una división territorial del estado en cantones independientes, a imitación de Suiza.
Proclamación de la República
Estanislao Figueras, que había sido nombrado Presidente de la República, dimitirá el 10 de junio, debido a las disensiones internas del Consejo de Ministros y la inestabilidad política y la crisis económica existente.  Las Cortes eligieron entonces como sustituto al federalista Francisco Pí i Margall al día siguiente, quien presentó el programa del nuevo Gobierno según los siguientes puntos:
  1. Elaboración de una nueva Constitución.
  2. Reparto de tierras entre los campesinos no propietarios.
  3. Restablecimiento del ejército regular.
  4. Separación Iglesia – Estado.
  5. Supresión de la esclavitud en Cuba.
  6. Creación de jurados mixtos de empresarios y trabajadores para la resolución de conflictos laborales.
  7. Jornada de trabajo de 8 horas, derecho de sindicación obrera y limitación del trabajo infantil.
Estanislao Figueras                           Pi i Margall
Iniciado el borrador de la Carta Magna, éste recogía los principios de soberanía nacional, la división de poderes, el sufragio universal masculino, las libertades de expresión, reunión, asociación y culto, y la descentralización administrativa. El Estado federal contemplaba la división de España en 17 Estados soberanos  (los 15 de la metrópoli más Cuba y Puerto Rico) con autonomía completa para dotarse de Constitución y de sus propios órganos de Gobierno. En definitiva, se trataba de liquidar la estructura centralista impuesta por los moderados y dar paso a un sistema descentralizado y democrático. Hay que tener en cuenta que España vivía en una situación de permanente conflictividad social y política, con huelgas obreras, ocupaciones de tierras por los campesinos, y dos conflictos militares, la insurreción de Cuba desde 1868, y la tercera guerra carlista desde 1872.

Satírico relativo a la inestabilidad republicana

el cantonalismo

Debido a la lentitud en la aprobación del proyecto constitucional, los seguidores de Pí i Margall empezaron a impacientarse, acusándole de pasividad. Esto provocó la agitación social y política en toda España, apareciendo las primeras huelgas y protestas, que enseguida dieron lugar a un verdadero movimiento revolucionario,fundándose cantones independientes en las zonas de Levante y Andalucía principalmente, aunque también hubo focos en las provincias de Salamanca y Toledo, destacando también en Extremadura el intento de constituir cantones en Coria, Hervás y Plasencia. También en la provincia de Ávila tuvo la revolución cantonal una cierta incidencia.
Defensa de La Carraca de Cádiz en la sublevación cantonalista (Pintura de Rafael Monleón)
Eran partidarios de un federalismo de carácter radical y trataba de establecer una serie de ciudades o confederaciones de ciudades (cantones) independientes que se federarían libremente. Recuerda en ciertos aspectos a las polis griegas. El cantonalismo fue un movimiento eminentemente de la pequeña burguesía que tuvo una gran influencia del naciente movimiento obrero, sobre todo anarquista. Los cantones suprimieron los monopolios, reconocieron el derecho al trabajo, la jornada de ocho horas y abolieron los impuestos sobre consumo (derecho de puertas). Las tendencias socialistas y anarquistas no consiguieron imponerse por lo general, si bien en Cádiz, Sevilla y Granada los seguidores de la I Internacional tuvieron cierta influencia y, en el caso de la ciudad alicantina de Alcoy, el anarquismo fue uno de los ejes vertebradores del movimiento.
Mapa España (1873)                                       Mapa cantonal (1873)
Lista de cantones (Focos de la sublevación cantonal)
Alcoy (9 al 13 de julio, 1873) – Algeciras (22, julio al 8 de agosto de 1873) – Alicante (20 al 23 de julio de 1873) – Almansa (19 al 21 de julio de 1873) – Andújar (22 de julio, 1873) – Bailén (22 de julio, 1873) – Béjar (22 de julio, 1873) -Cádiz (19 de julio 4 de agosto, 1873) – Camuñas – Cartagena (12 de julio, 1873 al 13 de enero, 1874) – Castellón (19  al 26 de julio, 1873) – Córdoba (23 al 24 de julio, 1873) – Granada  (20 de julio, 1873) – Gualchos (23 de julio, 1873) – Jaén – Jumilla – Loja – Málaga (22 de julio al 19 de septiembtre, 1873) – Motril (22 al 25 de julio, 1873) -  Murcia (14 de julio, 1873) – Orihuela  (30 de agosto, 1873) – Salamanca – Sevilla (19 de julio, 1873) – Tarifa (22 de juli0, 1873) – Torrevieja (19 de julio, 1873) – Valencia (13 al 7 de agosto, 1873) – Zaragoza – Barbastro – Monzón – Craus
Manifestación cantonalista en el Puerto de Cartagena

el cantón de cartagena

Dentro del movimiento cantonalista, Cartagena fue el principal foco, ya que es el único que se mantuvo seis meses. Cartagena se proclamó  Cantón Independiente el 12 de julio de 1873,  contó  desde un principio  con  el apoyo de las  fuerzas militares de la zona,  y con un gran número  de fragatas de  su base naval,  lo que  le  permitió resistir los ataques del ejercito sitiador hasta enero de 1874.
La fragata Méndez Núñez, y al fondo la Elisabet (Cantón de Cartagena, 1873)
Los generales Manuel Pavía y Rodríguez de Alburquerque y Arsenio Martínez Campos tomaron uno a uno casi todos los cantones entre el 26 de julio y el 8 de agosto. El cantón de Cartagena resistió el asedio desde agosto, al tiempo que bombardeaba la ciudad de Alicante el 27 de agosto y se enfrentaba al gobierno el 10 de septiembre.
Después de seis meses de asedio de Cartagena, y cuando la Primera República ha sido sustituida por un gobierno provisional al mando del general Serrano, Madrid impuso la ley del más fuerte y tras un duro y largo asedio, el movimiento cantonal acabó siendo derrotado, el general López Domínguezconsigue la rendición de la plaza (12 de enero de 1874, diez días después del triunfo del golpe de Estado del general Manuel Pavía que dio origen a la mencionada “Fase Pretoriana” el 3 de enero de 1874, al serles prometido el indulto general y el reingreso en el Ejército de los militares sublevados, aunque finalmente, lo que sucedió fue la condena a muerte de los rebeldes o su exilio, generalmente a Argelia.

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