José María Almela Costa
José María Almela Costa representa la culminación de la pintura de tradición costumbrista que se realizaba en Murcia hasta entrado el siglo XX.
José María Almela Costa es el maestro de pintores, el gran pintor de la luz, de los bellos paisajes de la huerta de Murcia y de las costumbres murcianas.
Sus obras están impregnadas de una luz levantina que caracteriza su producción. De hecho su obras surgen como auténticos estudios de luz. Una luz que se convierte en creadora y definidora de la realidad.
Primeros estudios
Los primeros estudios artísticos los realiza en la Sociedad Económica de Amigos del País de 1911 a 1915. Allí tiene como profesor a Antonio Meseguer, que le llamaba 'el pequeñico' y conoce a otros artistas murcianos: Luis Garay, Clemente Cantos, Joaquín, Pedro Flores y Victorio Nicolás.
Su tío Antonio de la Torre le enseñó la técnica del óleo y como pintaban los impresionistas. Desde ese momento su obra parte del impresionismo para resolver los problemas del color. Durante estos años pinta numerosos paisajes.
Estudios en Madrid
Tras la muerte de su tío en 1917 se marcha a Madrid para continuar con sus estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando. Sus maestros de entonces fueron algunos de los pintores más importantes del arte español: Julio Romero de Torres, Sorolla, Simonet y Cecilio Plá.
En 1918 termina sus estudios de magisterio y participa en la Exposición Nacional de Huelva.
El regreso a Murcia y las primeras exposiciones
En 1919 presenta su primera exposición individual en los Salones del Círculo de Bellas Artes de Murcia. Además un mecenas le ayudó a realizar exposiciones en diversas ciudades: Bilbao, San Sebastián, Oviedo y Ginebra.
De 1921 a 1924 cumple el servicio militar en Menorca. Durante estos años realizó tres retratos del rey Alfonso XIII. Tras su exposición en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, el Museo de Arte Moderno de esta ciudad adquiere uno de sus cuadros 'Cabo de la Mola'.
Viaje a París
En el año 1926 obtuvo una beca de la Diputación Provincial para ampliar sus estudios. Viaja entonces a París, donde convive con otros artistas murcianos que residen en la capital. En 1929 fue nombrado Asociado de Mérito en el Salón de Otoño de Madrid.
En el año 31 termina su beca y decide opositar al Cuerpo de Administrativos de Enseñanza Media. Tras aprobar la oposición es destinado a Lorca, donde residirá durante tres años. En Lorca realiza estudios para ejercer de profesor de Dibujo.
Posteriormente se traslada a Orihuela y el 5 de julio de 1936 obtiene el título de dibujo en San Fernando de Madrid. Justo antes de que finalizara la Guerra Civil es movilizado.
Obtuvo el Premio Villacís de la Diputación Provincial de Murcia en el año 43 y ese mismo año aprueba la oposición para ser profesor de Dibujo de Enseñanza Media.
A partir de 1945 realiza varios encargos de cuadros con temática religiosa: en el Convento de Santa Ana de Jumilla, la capilla de San Cristóbal de Lorca, las iglesias de San Andrés, del Carmen y de San Nicolás en Murcia, y el convento de Santa Catalina del Monte en La Alberca.
Con 70 años se jubila de la enseñanza. En 1979 recibe un premio de la Asociación de Prensa de Murcia en la categoría de Bellas Artes.
Falleció a los 89 años.
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