-
EFEMÉRIDE
La muerte de Pedro I el Grande
08/02/2013De complexión robusta, pero de salud frágil, Pedro I, uno de los zares más grandes de Rusia, murió por una infección en la vejiga -
Hemeroteca
Catalina la Grande
01/09/1998Al derrocar a su marido, el zar Pedro III, una princesa alemana se convirtió en emperatriz de Rusia, iniciando un reinado de 34 años en el que forjó un imperio. -
Artículo
Salvar a los grandes felinos
01/06/2011 -
Gran danés
Gran danés
11/09/2012 -
China
El constante deterioro de la Gran Muralla china
03/12/2012Las fuerzas de la naturaleza y las actividades humanas suponen una grave amenaza para esta histórica construcción -
Roma
Roma: dominio e integración
26/10/2012La muestra 'Roma caput mundi', en la capital italiana hasta el 10 de marzo de 2013, destaca el aporte moral y cultural que transmitió el Imperio romano -
Copenhague
El barco vikingo más grande del mundo se exhibirá por primera vez
31/01/2013El Museo Nacional de Dinamarca acogerá en junio la exposición «Viking», cuya pieza fundamental será el barco vikingo Roskilde 6 -
Edad Media
La Peste de Justiniano pudo haber sido peste bubónica
04/12/2012Un estudio científico de la Universidad de Tubinga revela la existencia de un gran brote de peste bubónica anterior a la Peste Negra -
Grandes descubrimientos
Chan Chan, la gran capital de barro del poderoso reino chimú
15/01/2013En la costa norte de Perú, las ruinas de Chan Chan, la capital del reino chimú, han fascinado a los investigadores desde que Tschudi las estudiara en 1841 -
Nueva York
La New York Wheel será la noria más grande del mundo
15/10/2012Se inaugurará en Staten Island la Nochevieja de 2015 y se convertirá en una de las mayores atracciones turísticas de Nueva York*Juan Manuel Godoy.
Hacia el 447 a.C. llegó a Atenas, entonces el centro cultural del mundo griego, donde obtuvo la admiración de los hombres más distinguidos, incluido el gran político ateniense Pericles. En el 443 a.C. Herodoto se instaló en la colonia griega de Turios (Thurioi), fundada en el sur de Italia por iniciativa de aquél. Se dedicó el resto de su vida a completar su gran obra, conocida como Historias, cuyo título deriva de la palabra griega historia (‘investigación’, ‘búsqueda’), que fueron divididas posteriormente en nueve libros, nombrados en honor a nueve diosas. El escritor romano del siglo I a.C. Marco Tulio Cicerón calificó a Herodoto de “padre de la historia”.
Posterior a Herodoto, estudiamos a Tucídides (c. 460-c. 400 a.C.), quien tuvo influencia de aquel ya que lo escuchaba en las ágoras. Historiador griego, conocido por su Historia de la guerra del Peloponeso, un conflicto en el que participó. Es considerado uno de los creadores de la ciencia histórica y es todavía una destacada figura de la historiografía. Su preocupación por la objetividad ejerció gran influencia sobre los historiadores grecorromanos más antiguos, como Polibio y Dión Casio.
Nacido en Atenas, era hijo de un aristócrata ateniense. Cuando estalló la guerra del Peloponeso entre Atenas y Esparta, en el 431 a.C., Tucídides reconoció su importancia histórica y pensó describir su desarrollo y sus consecuencias. En el 424 a.C. le nombraron comandante de la flota ateniense cercana a la costa de Tracia, pero no llegó a tiempo para evitar la captura de Anfípolis, que cayó bajo el poder espartano de Brásidas. Por ello se le exilió y pasó los siguientes veinte años en el extranjero; regresó en el 404 a.C. al final de la guerra. Tucídides sólo escribió esta historia, que quedó incompleta ya que murió antes de acabarla.
Por último, Jenofonte (c. 430-c. 355 a.C.), historiador, militar y filósofo griego, sus trabajos contribuyen en gran medida al conocimiento de los altibajos de Grecia y Persia durante siglo IV a.C. Nació en Atenas, hijo de un caballero ateniense, fue discípulo de Sócrates. En el 401 a.C. se alistó en un ejército de mercenarios griegos al servicio de Ciro el Joven, príncipe de Persia, y tomó parte en la campaña contra el hermano de éste, el rey Artajerjes II. Tras la muerte de Ciro, en la batalla de Cunaxa, los oficiales al mando de los mercenarios griegos fueron asesinados a traición por el astuto persa Tisafernes.
Jenofonte, que estaba entre los nuevos oficiales elegidos para mandar el ejército griego, un total de 10.000 hombres sin dirigentes en el centro del hostil Imperio persa, asumió la dirección de la retirada y puso a sus hombres a salvo en la antigua colonia griega de Trebisonda (actualmente en Turquía), en el mar Negro, tras una marcha de 2.414 km. que duró cinco meses. Su triunfal supervivencia se ha atribuido principalmente al ingenio, previsión y tacto de Jenofonte. En su libro más celebre, la Anábasis, narra la retirada a través de un país desconocido, luchando en medio de los obstáculos desalentadores del terreno y del tiempo contra enemigos salvajes y la falta de provisiones.
Desde Trebisonda, Jenofonte y los ‘diez mil’ (como eran conocidos estos mercenarios griegos) se dirigieron a Bizancio (actual Estambul, en Turquía). Poco después de su llegada, entraron al servicio de los sátrapas persas de Asia Menor. El rescate que consiguió por un rico prisionero persa en esta campaña le permitió vivir cómodamente el resto de su vida. En el 394 a.C. regresó a Grecia, como miembro de la corte del rey de Esparta Agesilao II. Con él participó en la batalla de Coronea, en la que los espartanos derrotaron a los atenienses y a sus aliados tebanos. Los atenienses se vengaron de Jenofonte condenándole al destierro como traidor. El gobierno espartano le regaló una finca en Escilo, junto a Olimpia, donde vivió durante veinticuatro años. Cuando el poder militar de Esparta se hundió en Leuctra, en el 371 a.C., fue expulsado de Escilo. Atenas derogó el bando de exilio contra su persona, pero en lugar de regresar a Atenas, al parecer pasó el resto de su vida en Corinto.
Además de la República de los Lacedemonios y la Anábasis, sus escritos más importantes son: las Helénicas, una continuación de la Historia de la guerra del Peloponeso de Tucídides que cubre el periodo del 411 al 363 a.C.; Ciropedia, una biografía idealizada de Ciro II el Grande, y Acontecimientos memorables, recuerdos de Sócrates y conversaciones socráticas. También escribió un elogio de Agesilao, un grupo de tratados políticos y económicos, una serie de ensayos sobre equitación, caza y guerra de caballería, y varios diálogos socráticos.
Con Herodoto vemos que sus Historias son el primer trabajo importante en prosa. Tanto las críticas antiguas como las actuales han rendido homenaje a la grandiosidad de su estilo y su franqueza, a su lucidez y a su delicioso estilo anecdótico. Herodoto demuestra un gran conocimiento de la literatura griega y un pensamiento contemporáneo racional. Creía que el Universo estaba regido por el destino y el azar, y que nada en los asuntos humanos es estable.
Es el primer escritor en relatar una guerra, una característica de su escrito es que el no lo narra todo, solo lo que le parece pertinente y utiliza mucho la mitología, los oráculos, los dioses son los que le dan el destino a las cosas, hay una gran injerencia del destino en las guerras. “Por tercera vez consultó Creso al oráculo, por hallarse bien persuadido de su veracidad. La pregunta se reducía a saber si sería largo su reinado, a lo cual respondió la Pitia de este modo: Cuando el rey de los medos fuere un mulo, huye entonces al hermo pedregoso, ¡Oh lidio delicado!, y no te quedes a mostrarte cobarde y sinvergüenza”. [1] Con este ejemplo vemos como Creso queda finalmente convencido que él y sus descendientes jamás van a dejar de reinar entre los medos ya que un mulo nunca va a llegar al poder.
Otro aspecto importante en el estilo de Herodoto, es que es el primer escritor en abordar biografías, lo que nos muestra que tuvo influencia de los persas, quienes habían hecho algunas biografías de faraones, aunque Herodoto nunca escribe las biografías con un interés político, oficial, los que escribían biografías en oriente pertenecían al sistema político y debían gustar.
Tucídides, narra los acontecimientos desde una perspectiva médica, trata de establecer unas causas, estaba en boga la teoría médica en torno a la causa del todo de Hipócrates, se empieza a estudiar científicamente una sociedad y a interpretar científicamente la historia. Por primera vez el autor coloca marcos cronológicos y geográficos, Herodoto nunca nos dio un marco cronológico, aunque hizo descripciones geográficas.
Algo muy notorio en el estilo de Tucídides y de lo cual se habla mucho es la objetividad, mientras que Herodoto recogía datos sin criticarlos, éste introduce la crítica histórica de las ideas políticas, los acontecimientos y las causas profundas del conflicto objetivamente.
El estilo de Tucídides es muy duro, el mismo lo dice “Quizá la falta en mi relato del color de las fábulas, lo hará parecer menos agradable de ser oído o leído” [2] , el simplemente quiere contar las cosas como son y no hacer un relato agradable, “aquellos que quieran saber la verdad de lo sucedido, que, por ley de las cosas humanas, podrá reproducirse en forma mas o menos parecida nuevamente, espero juzguen mi historia útil y provechosa; porque esta obra ha sido construida como un monumento para siempre y no como una farsa destinada a los oyentes de un instante.” [3]
El estilo de Jenofonte es muy diferente, es una obra individualista, no habla en nombre de una comunidad y es bastante subjetivo. Sin embargo, es muy sencillo al explicar sus ideas, aunque son muy desordenadas y no hay un plan de la obra. Este autor pretende ser útil, nos quiere dejar testimonio de su inquietud pedagógica.
Jenofonte habla en su obra de una comunidad, mientras la obra de Herodoto fue global, era la historia de muchísimos pueblos; por su parte Tucídides narra un conflicto regional, reduce el espacio y narra momentos importantes, Jenofonte es el primero que habla sobre un pueblo.
¡La obra de Herodoto se ordena de la siguiente manera; los primeros libros tratan sobre las costumbres, leyendas, historia y tradiciones de los pueblos del mundo antiguo, incluidos los lidios, escitas, medas, persas, asirios y egipcios. Los tres últimos relatan las Guerras Médicas, que fueron conflictos armados entre Grecia y Persia que tuvieron lugar a principios del siglo V a.C. En su obra, el desarrollo de la civilización se presenta como un movimiento inexorable hacia un gran enfrentamiento entre Persia y Grecia, consideradas los dos centros, respectivamente, de las culturas orientales y occidentales. La información de Herodoto procede en parte de los trabajos de sus predecesores y en parte de las observaciones que hizo durante sus extensos viajes.
Aristarco de Samotracia, director de la Biblioteca de Alejandría, procedió a su división en nueve volúmenes. Trata de las Guerras Médicas que enfrentaron, durante la primera mitad del siglo V a.C., a los griegos contra los persas, pero también de sus causas. En tanto que los cinco primeros libros se dedican al pasado de los pueblos relacionados con el conflicto, los cuatro últimos se centran estrictamente en la lucha armada entre Grecia y Persia, finalizando con la liberación griega del estrecho de los Dardanelos (antiguo Helesponto), en el 478 a.C., lo cual, a ojos de Herodoto, significaría el ocaso del objeto de su estudio.
La obra de Tucídides, la Historia de la guerra del Peloponeso consta de ocho libros y cubre tres fases de la guerra: el conflicto entre Atenas y Esparta, desde el 431 hasta el 421 a.C., que terminó con la tregua conocida como paz de Nicias; la expedición a Sicilia de los atenienses desde el 415 hasta su fracaso en el 413 a.C. y la reanudación de la guerra entre Atenas y Esparta desde el 413 hasta el 404 a.C. La historia se interrumpe en el 411 a.C., aunque tenía intención de continuar hasta el final de la guerra.
El primero de estos libros sirve como explicación de motivos e introducción, con un recorrido por los antecedentes del conflicto y por la propia historia griega. Los tres siguientes se extienden desde el inicio de la guerra del Peloponeso hasta el 423 a.C., el volumen quinto trata de los hechos ocurridos durante la tregua acordada con motivo de la denominada paz de Nicias (firmada en el 421 a.C.), el sexto y el séptimo desarrollan la expedición y derrota ateniense en Sicilia y, finalmente, el octavo describe los acontecimientos acaecidos desde el verano del 413 hasta el del 411 a.C., donde la obra se interrumpe repentinamente y queda así inacabada. Su autor debió de dar la forma definitiva a la redacción después del final de la guerra, es decir, a partir del 404 a.C. Entre otros historiadores que pretendieron continuarla desde donde la dejó Tucídides, se encuentran Jenofonte y Teopompo de Quíos (en sendas obras denominadas ambas Helénicas). La Historia fue traducida en 1452 al latín por el humanista italiano Lorenzo Valla e impresa en dicha lengua en 1513.
La estructura de la obra de Jenofonte es muy sencilla, en los diez primeros capítulos se dedica a relatar, en torno a Licurgo, lo que compete a todos los ciudadanos espartanos tanto en la guerra como en la paz, en el capítulo XI, empieza a hablar sobre el aspecto militar y comienza a exaltar las virtudes del ejercito espartano. Luego, en el capítulo XIV, interrumpe esas exaltaciones y habla de las desobediencias de los Lacedemonios, lo que hace pensar que este capítulo no fue escrito por él y que probablemente Jenofonte no concluyó su obra.
En los primeros diez capítulos se ocupa de describir muy detalladamente como eran las leyes para las mujeres y los niños inicialmente, luego la educación de los niños, como debían comportarse los jóvenes y los hombres, ya en el capítulo quinto lo dedica a las costumbres alimenticias, posteriormente dice como en Esparta todo pertenece a todos y la no importancia del dinero y ya hacia los capítulos octavo, noveno y décimo, se ocupa de las virtudes, el valor y la obediencia.
La Anábasis, por su parte, cuyo título completo original (Kúrou anábasis) se suele traducir como Expedición hacia el interior, fue escrita hacia el año 386 a.C. y publicada aproximadamente desde ese año hasta el 367 a.C. En ella se narra la campaña emprendida por el príncipe Ciro de Persia el Joven contra su hermano Artajerjes II, en el 401 a.C., con el fin de deponerle, así como la consiguiente retirada de las tropas mercenarias griegas dirigida por el propio Jenofonte, ocupando ésta la mayor parte de la obra. Dividida más tarde en siete libros, sólo el primero se refiere a lo que fue estrictamente la expedición de Ciro, dedicando los otros seis volúmenes a la arriesgada huida de más de 2.400 km., apareciendo en éstos poderosamente su carácter autobiográfico y aun apologético, a medida que transcurre la narración. Aunque ha sido tachada desde el punto de vista historiográfico como insuficiente, la Anábasis es una de las obras literarias de la antigüedad griega más leídas, incluso en la actualidad, habiendo sido muy admirada por los escritores clásicos tanto griegos como latinos.
En nuestro primer autor, las fuentes usadas son, en su mayoría, de carácter oral, pero también contó Herodoto con su propia observación de las tierras sobre las que escribe. En el libro II, la narración se interrumpe con el fin de añadir información sobre la geografía, el pasado y las costumbres egipcias, “Bien conocido es el Nilo todavía, más allá del Egipto que baña, en el largo trecho que, ya por tierra, ya por agua, se recorre en un viaje de cuatro meses; que tal resulta si se suman los días que se emplean en pasar desde Elefantina hasta los Automolos.” [4] estas descripciones las repite Herodoto en el libro IV, con el objeto de hacer lo propio respecto a los escitas y el territorio libio. A la región de Tracia le dedica una parte del libro V. La composición del resto de los primeros cinco libros narra el avance del poder persa sobre los territorios que constituirían su Imperio así como los enfrentamientos entre los griegos y el reino de Lidia, región ésta a la que Herodoto destina su correspondiente descripción en el libro I.
En la obra, lo legendario y mitológico aparece claramente distinguido respecto de los hechos verdaderos, si bien su autor no pudo prescindir siempre del componente religioso. La columna vertebral de la obra de Herodoto es lo político. Al ser la primera obra griega en prosa de la que se tiene noticia, su estilo no puede ser sino arcaico y simple, aunque al tiempo claro y sencillo. Escrita en dialecto jonio, su difusión en la cultura griega fue inmediata, hasta el punto de que durante el periodo helenístico se la dio título y dividió en nueve libros, resultando traducida al latín en el siglo XV por Lorenzo Valla.Por su parte, Tucídides hace un preámbulo histórico (llamado arqueología) con el fin de hacer comprensible el presente, además le da a su obra un análisis racional, no intervienen en ella divinidades, se atiene a la naturaleza humana. Nos dice que esta guerra es la más grande y más importante del mundo, él era militar por lo que le da importancia a las estrategias de los dos bandos e incluye componentes políticos, económicos y culturales, defiende el sistema democrático y la libertad de los individuos; contextualiza la narración, hace énfasis en los líderes y su procedencia.Lo característico en la obra de Tucídides, además de lo anterior, es que se basa en los discursos de personas, mientras que para Herodoto serán los oráculos, se basa en los augurios. Se presume que la mayoría de estos discursos fueron escuchados por él, además hay discursos que son más amenos y más extensos que otros, lo que hace pensar que había personajes que eran mas de su agrado que otros así que aparentemente no era tan objetivo como se dice, aunque también se dice que estos discursos los escucho en el ágora y lo que hizo fue concentrarlos para hacer de ellos discursos para ser leídos y no para ser escuchados.Jenofonte, por su parte, hace que su obra gire en torno a Licurgo y así justifica su escrito, lo admira mucho y exalta su inteligencia, “a éste sí que le admiro y le reputo por hombre de extremada sabiduría; pues sin imitar a las demás ciudades, con un criterio opuesto incluso al de la mayoría de ellas, llevó a la patria a una pujante prosperidad” [5] . Habla mucho sobre la educación, cómo se debe educar a la comunidad, como reproducir y mantener una estructura estatal pedagógica. Algo que me llamó mucho la atención es que se ocupó también de hablar de la valentía y la cobardía, “en Lacedemonia, cualquiera se avergonzaría de admitir a un cobarde como compañero de mesa o como contrincante en los ejercicios de lucha.” [6]Como militar, orador, filósofo, ensayista e historiador, fue el prototipo del erudito ateniense. Sin embargo, encontró más agradable la forma de vida austera espartana que el espíritu democrático de su Atenas natal. Las fuertes tendencias proespartanas y la exageración de los hechos rebajan el valor de sus obras históricas.El texto también resalta a la mujer, lo cual no había hecho ninguno de los anteriores, dicta sus normas en cuanto a los hijos y la pone al nivel de los hombres, son tratadas iguales, “para las mujeres libres la mas importante misión, a su parecer (refiriéndose a Licurgo), es la procreación de los hijos; ordenó pues, en primer lugar, que el sexo femenino ejercitase no menos que el masculino su cuerpo” [7] .Además destaca los banquetes públicos, que son muy importantes porque así se les daba la bienvenida a la sociedad a los nuevos ciudadanos, a través del alimento. Hay que agregar otro elemento importantísimo dentro de esta obra y es el carácter jurídico de la misma, una sociedad sin legislador no puede existir y ese legislador va a ser Licurgo quien es el que coloca orden en la sociedad.El aspecto económico en la obra de Jenofonte es muy importante, no sólo se ocupó de lo militar, los combates, las travesías, también habla de la estructura económica de las polis para soportar la guerra e incluso hace recomendaciones en cuanto a cómo se debe administrar el excedente de producción y la recaudación de impuestos.Es interesante la forma tan detallada como Jenofonte describe los ejércitos y las tácticas militares de los Espartanos, siendo el ateniense, lo vemos por ejemplo cuando dice “si en tales circunstancias aparece de frente una falange enemiga, se pasa orden al enomotarco de que se sitúe en línea de combate, haciendo variación a la izquierda: y así a lo largo de toda la columna , hasta que queda constituida la falange frente al enemigo.” [8]En tiempos de Herodoto, ser historiador era un gusto de los aristócratas, de los ricos para mostrarle al pueblo como vivían las personas de otras partes. A los jóvenes se les enseñaba retórica o gramática pero no historia, a lo único que se podía acercar la historia era a la épica, que resaltaba héroes, batallas o reyes, no propone un deber ser.Con Herodoto la historia comienza a tomar importancia porque sus relatos se leen en el ágora, se les empieza a dar el carácter de verdad, empieza a darse una conciencia de pasado histórico real ya que pone elementos geográficos y relata los orígenes de los pueblos. El historiador se convierte en una persona que legitima territorios, legitima el pasado de una sociedad. Sin embargo en ese momento no se entiende cuál es la utilidad que tiene la historia para la humanidad, no se entiende a quién le enseña un historiador.
Tucídides narra historias reales, concretas, un profundo análisis permite contemplar la verdad con la mayor objetividad. Pretende, además, que su obra sea un tesoro para siempre, fue un historiador político por su estilo. Dice que no pretende solo narrar los acontecimientos de las guerras únicamente, sino que pretende plasmar las ideas políticas de los dos bandos.
Como ya dije antes, una parte importante es que Tucídides le da un tratamiento medico a la historia, quiere darle un diagnóstico, buscar las causas reales del problema, vemos como dice que “el motivo más grande y verdadero, sin embargo, fue en mi opinión el creciente poderío de los atenienses que inspiraron un serio temor a los Lacedemonios, y les obligó a declarar la guerra” [9] .
Herodoto escribe para mostrar el resultado de una investigación con la finalidad de que determinados acontecimientos (en este caso, los conflictos bélicos entre los griegos y los bárbaros) no queden en el olvido, perpetuando así en la memoria de los hombres su pasado. La intención era escribir para toda clase de público, de una manera muy sencilla, que lo pudiera entender cualquier persona, pudiera identificarse y tener un sentido de pertenencia. Herodoto adapta el discurso al auditorio, la obra esta escrita por un aristócrata, pero con acceso a la sociedad.La intención de Tucídides, por su parte, es escribir para dejar constancia de los hechos para que no queden olvidados y hacer entender a las futuras generaciones las causas de esta guerra y que esta no se repita. Este, a diferencia del anterior, escribe para una Aristocracia, para un grupo selecto, no para el pueblo; se dedica a escribir historia porque no esta involucrado en el proceso productivo.
Jenofonte escribe con fines propagandísticos, no se sabe si escribió para los atenienses o para los espartanos, aunque su obra siembre fue proespartana. Es el primer historiador que inicia el período helenístico. A él no le preocupa escribir para que no se repita, solo decide que debe ser lo verdadero para él y en su período toma fuerza el epicureísmo, las sensaciones y las personas gobiernan el universo.
Estos autores tienen una gran importancia histórica porque son los considerados “padres de la historia”, son los primeros que escriben historia, aunque enmarcada dentro de su tiempo, es decir, no podremos pretender que haya un manejo de la historia como se hace actualmente, aunque vemos que de ellos nos quedaron muchas cosas, por ejemplo, vemos que la columna vertebral de la obra de Herodoto es la política, actualmente los historiadores analizan las estructuras políticas de los Estados para poderlos abordar históricamente. Tucídides va a influir posteriormente en otros historiadores y es la base del pensamiento histórico occidental. La única obra que habla sobre los espartanos es la de Jenofonte, quien nos deja una fuente de datos muy valiosa para entender esta sociedad.
Juan GodoyRelaciones Internacionales
[1] Herodoto. Los Nueve Libros de la Historia. Librería El Ateneo Editorial. Buenos Aires. 1968. p.35[2] Tucídides. Historia de la Guerra del Peloponeso. Editorial Iberia S.A. Barcelona. 1963. p.16[3] Tucídides. Historia de la Guerra del Peloponeso. Editorial Iberia S.A. Barcelona. 1963. p.16[4] Herodoto. Los Nueve Libros de la Historia. Librería El Ateneo Editorial. Buenos Aires. 1968. p.120[5] Jenofonte. La república de los Lacedemonios. Instituto de Estudios Políticos. Madrid. 1957 p.1[6] Jenofonte. La república de los Lacedemonios. Instituto de Estudios Políticos. Madrid. 1957 p.15[7] Jenofonte. La república de los Lacedemonios. Instituto de Estudios Políticos. Madrid. 1957 p.1[8] Jenofonte. La república de los Lacedemonios. Instituto de Estudios Políticos. Madrid. 1957 p.19[9] Tucídides. Historia de la Guerra del Peloponeso. Editorial Iberia S.A. Barcelona. 1963. p.17
El blog donde yo escribo todo lo que llevo dentro, y me expreso libremente. Simplemente Mis cosas :)
lunes, 11 de febrero de 2013
AQUI YA DESCANSO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hola a todos los taringueros, en este post les dejo todo lo que hay que saber, sobre la que es considerada la primera batalla documentada de la historia.
No escapa a mi conocimiento que contiendas entre dos bandos han existido desde los comienzos de la humanidad , mucho antes que esta , motivo del post , pero ninguna de ella estuvo documentada.
En el comienzo del post hay un parrafo que hace mencion y deja bien estos conceptos.
En la batalla de Megido, Egipto si hay documentos que acreditan los hechos, como un con las defunciones. Es por eso que se la considera la primera de la historia.
que les guste el post, sobre todo a los amantes de esa civilización fantástica que fue la egipcia.
link: http://www.youtube.com/watch?v=lpCCxGl-eOY
link: http://www.youtube.com/watch?v=vyRMUjOmcgI