sábado, 2 de febrero de 2013

La leyenda de la sirena

La sirena esta triste
Y llora en el oscuro mar
Llora por un pirata
Que no la pudo amar
Sus lágrimas son saladas
Y llenan de tristeza el agua
Sus mejillas eran rosadas
Ahora más bien son blancas
Observa y espera en las profundidades
A que el gran rojo, gentil y armonioso
Le brinde más oportunidades
Espera y aguarda
Volver a ver a su pirata
Grita y llora
Al ver que este
Por esas aguas ya no pasa
En una isla solitaria se amaron
Entre el rojo y el azul
Un inocente amor juvenil
Por siempre se juraron
Pero su gran amor
Por sirenas y piratas
Con crueldad fue rechazado
Y así quedo solo
En las sombras del pasado
Ahora la sirena llora triste en el mar
Alimentándolo con lágrimas saladas
Por un pirata y sus espadas
Que por diferencias
No la pudo amar
¿Acaso será oh bello Mar que te muestras celoso
porque te has percatado de la presencia
ante tí de un Ser aún más hermoso?
¿O será quizás inmenso Mar que alzas tu olear
solo para demostrar tu profunda tristeza
ya que la más bella de tus sirenas a ti no quiere regresar?
Te observo Mar, eres igual que tu sirena.
La Divinidad es tu naturaleza.
Pregúntale al Cielo que en el horizonte te besa
que tal grande es tu belleza.
Porque tan grande para el Cielo
será siempre tu belleza
como para mi lo será siempre
la de las más hermosa de tus sirenas. 

Te vi entre las espumas blancas,
tu pelo rubio de sirena y mujer soñada...
Te escapaste de mis ansias a lo más profundo de aquellas oscuras aguas...
Te busqué en la tierra. en el trigo y la montaña, en la fuente, en la hierba y la esperanza...
En las estrellas del cielo y en el lucero del alba a tí... mi sirena...
Tuve que volver al mar azul y allí estabas entre abismos verde y nácar...
Miré mis manos tan blancas, tu pelo rubio entre ellas, y aquel... amor en mi alma...

Sirena, un amor profundo y claro, con destellos de luces de aquel sol exterior,
que se embriaga con tus líneas y copia tus versos,
para enamorar a la luna.Las Sirenas, el por que son conocidas universalmente en todos los continentes desde tiempos remotos podría ser un misterio, incluso la duda sobre si existieron o no seria debatible si por lo menos habría alguna prueba de su existencia, pero solo viven en antiguas literaturas, narraciones fantásticas y en mitológicas historias latentes en nuestra imaginación como la de muchos antes que nosotros, pero entonces, porque su mitológica presencia esta tan popularizada en cada cultura de diferente origen, incluso son mas reconocidas que las figuras mas importantes de cada uno de los míticos relatos  en los que aparecen.
Retrocediendo en el tiempo podemos situarlas originalmente en la mitología griega del cual proviene su nombre Σειρήν Seirến que significa “encadenado”, tal vez inspirado en el sanscrito Kimera de “Quimera”. Originalmente también, esta criatura hibrida era mitad mujer y mitad ave lo cual si asociamos que por eso poseían una melodiosa y atractiva voz. En esta época fueron vinculadas como el otro mundo y con la muerte, pues eran las encargadas de transportar las almas al Hades.
Fueron identificadas como las Náyades (ninfas de agua dulce) de irresistible y mortal atractivo que llevaban a la perdición al marino que se cruzara con ellas. Y mientras los relatos aparecían en diferentes lugares también variaba de donde provenían, algunos decían que venían de dioses fluviales otros relatos que provenían de las musas del canto y del baile. Incluso los nombres que se registraron de algunas sirenas fueron: Agláope, Telxiepia o Telxinoe, Pisíone, Parténope, Ligeia, Leucosia, Molpe, Radne y Teles.
Su presencia en diferentes episodios mitológicos son frecuentes, conocidas como las cantoras de las Islas de los Bienaventurados, los estudiosos las ven como seres que guardan o que invitan a las puertas de la muerte, incluso aparecen como acompañantes de Perséfone cuando fue raptada y las cuales sufrieron una apariencia bestial de castigo por no protegerla. También  que el cuerpo de ave es el don que les dio Zeus y en otras fue una penitencia de Afrodita por resistirse a la voluptuosidad, hasta que perdieron las alas por retar y perder en una competencia de canto contra las Musas, finalmente al vencer Orfeo y Ulises el poder de sus voces se arrojaron al mar (aunque en versiones dicen que se transformaron en piedra).
Pero aunque la mitología griega tenga como folclor original la presencia de las sirenas, no tienen el monopolio en cuanto a relatos míticos se refiere. Ya en medio oriente hubieron las primeras historias en Asiria donde se refiere la primera aparición de la criatura mitad mujer mitad pez en la leyenda de Diodoro Sículo en la que Derceto (Diosa Asiria) ofende a Venus y esta le impregna el sentimiento de amor hacia un pastor la cual tuvo una hija Semiramis que fue reina de Babilonia. Después Venus desaparece el sentimiento y Derceto llena de Ira mando asesinar al pastor y abandona a su hija arrojándose al mar, mas no moriría por que los dioses no lo permitieron y le otorgaron la forma anfibia. Atagartis (Diosa Siria) también tiene esta morfología.
También en las Islas británicas se las menciona como presagios de mala suerte y eran capaces de aparecer sea en el mar, en los ríos y en los lagos donde fingían estar ahogándose en la espera de una victima. En la historia de Dahud, hija del Rey esta por sus pecados cae al mar y es transformada en sirena, también en la leyenda de Murgen se dice que una sirena fue atrapada en el siglo VI, fue bautizada en el norte de Gales y aprendió la lengua nativa; era una mujer que podía vivir bajo el agua, antiguamente figuro en almanaques como una santa bajo el nombre de Murgen que significa mujer que viene del mar.
En Irlanda las sirenas son conocidas como merrows aunque aparecen géneros masculinos y femeninos siendo los primeros de horrenda apariencia que asemeja a un cerdo. Ambos tienen un traje mágico el cual si es robado por un humano tendrán que obedecer a este hasta el punto de casarse y compartir sus tesoros, claro que si después recuperan los trajes mágicos los merrows abandonaran todo lo que tienen incluyendo posesiones y familia pues el llamado del mar es mas fuerte.
En la mitología escocesa existe una sirena llamada Ceasg (doncella de las olas) la cual tiene cola de salmón, si es capturada concederá 3 deseos si la devuelven al agua. Si alguno tiende a enamorarse de ella, esta lo seducirá y arrastrara a las profundidades. También están los Selkies, hadas marinas que adoptan la forma de una foca y ya en tierra se convierten en mujeres, su proceder es igual que los merrows y sus trajes mágicos.
En China existen cuentos donde las lágrimas de las sirenas se convierten en perlas preciosas y también tejen un hermoso material, valioso que es ligero y transparente, por ellos los pescadores siempre buscan agarrarlas pero es difícil por su canto.
En la Península Ibérica sus historias también son famosas con varios relatos acerca de mujeres mitad pez que seducen a los marinos, al parecer no solo para ahogarlos sino también por el placer del encuentro.
En Perú hay también lagunas y ríos en especial en la amazonia donde existen relatos y gentes que dicen haber visto a estos seres, es conocido que en la selva amazónica existen los bufeos (color rosado) o delfines de rio que algunas veces suelen dormir en playas secretas, según los pescadores que las ven dicen que el cuerpo de las hembras se asemejan al cuerpo de una mujer, tal vez esta sea un motivo de por que en esta zona hay tantos relatos de avistamientos de sirenas.  
Podría decirse que las sirenas son una personificación narrativa mayormente femenina que guarda peligro y belleza, abarcando desde lo horrendo y extraordinario hasta lo colorida mente folclórico y de fácil conocimiento, belleza y canto que oculta asesinato y la antropofagia; muy vinculada al agua y al aire que a pesar del tiempo podría decirse que siempre han estado vivas y presentes en las distintas culturas.

EL SILENCIO DE LAS SIRENAS


Existen métodos insuficientes, casi pueriles, que también pueden servir para la salvación.
He aquí la prueba:
Para guardarse del canto de las sirenas, Ulises tapó sus oídos con cera y se hizo encadenar al mástil de la nave. Aunque todo el mundo sabía que este recurso era ineficaz, muchos navegantes podían haber hecho lo mismo, excepto aquellos que eran atraídos por las sirenas ya desde lejos. El canto de las sirenas lo traspasaba todo, la pasión de los seducidos habría hecho saltar prisiones mas fuertes que mástiles y cadenas. Ulises no pensó en eso, si bien quizá alguna vez, algo había llegado a sus oídos. Se confió por completo en aquel puñado de cera y en el manojo de cadenas. Contento con sus pequeñas estratagemas, navegó en pos de las sirenas con inocente alegría.
Sin embargo, las sirenas poseen un arma mucho más terrible que el canto: su silencio. No sucedió en realidad, pero es probable que alguien se hubiera salvado alguna vez de sus cantos, aunque nunca de su silencio. Ningún sentimiento terreno puede equipararse a la vanidad de haberlas vencido mediante las propias fuerzas.
En efecto, las terribles seductoras no cantaron cuando pasó Ulises; tal vez porque creyeron que a aquel enemigo sólo podía herirlo el silencio, tal vez porque el espectáculo de felicidad en el rostro de Ulises, quien sólo pensaba en ceras y cadenas les hizo olvidar toda canción.
Ulises, (para expresarlo de alguna manera) no oyó el silencio. Estaba convencido de que ellas cantaban y que sólo él se hallaba a salvo. Fugazmente, vió primero las curvas de sus cuellos, la respiración profunda, los ojos llenos de lágrimas, los labios entreabiertos. Creía que todo era parte de la melodía que fluía sorda en torno de él. El espectáculo comenzó a desvanecerse pronto; las sirenas se esfumaron de su horizonte personal, y precisamente cuando se hallaba más próximo, ya no supo mas acerca de ellas.
Y ellas, más hermosas que nunca, se estiraban, se contoneaban. Desplegaban sus húmedas cabelleras al viento, abrían sus garras acariciando la roca. Ya no pretendían seducir, tan sólo querían atrapar por un momento más el fulgor de los grandes ojos de Ulises.
Si las sirenas hubieran tenido conciencia, habrían desaparecido aquel día. Pero ellas permanecieron y Ulises escapó.
La tradición añade un comentario a la historia. Se dice que Ulises era tan astuto, tan ladino, que incluso los dioses del destino eran incapaces de penetrar en su fuero interno. Por más que esto sea inconcebible para la mente humana, tal vez Ulises supo del silencio de las sirenas y tan sólo representó tamaña farsa para ellas y para los dioses, en cierta manera a modo de escudo

Franz Kafka, Praga, 1883 - Kierling, Austria, 1924




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