tuico el ser humano no cambia
La actividad humana es muchas veces la responsable de la destrucción o el afeamiento de muchos paisajes naturales. Sin embargo, en algunas ocasiones sirve para crear mágicos paisajes artificiales como el caso de la playa de cristal situada en la localidad californiana de Mendocino, en los Estados Unidos. Desde 1949 a 1967 la zona fue un vertedero público en el que se arrojaron, entre otras cosas, miles de botellas de vidrio de todos colores. Durante los últimos 40 años el mar ha ido limpiando el lugar y erosionando los cristales, hasta formar una bella playa artificial, donde la luz solar crea un espectacular efecto al reflejarse sobre las miles de piezas de vidrio. La playa fue recientemente adquirida por el estado de California y es un espacio protegido. Con el objetivo de preservar la belleza artificial del lugar, no se permite a los visitantes llevarse consigo trozos de vidrio. Este vertedero convertido en atracción turística es hoy por hoy uno de los muchos tesoros escondidos a lo largo y ancho de los Estados Unidos. Por supuesto, ya han comenzado a circular leyendas sobre el lugar, entre ellas que la presencia de los cristales se debe a una antigua fábrica de vidrio, lo cual es falso según los locales. El atractivo de la zona se completa con la presencia de muchas lagunas que aparecen durante las mareas bajas volviendo a desaparecer con la marea alta. Para llegar a la playa hay que viajar hasta la localidad de Fort Bragg y una vez allí, dirigirse hacia el norte por la avenida principal hasta cruzarse con una calle que tiene el cinematográfico nombre de Elm Street. Tomando esta calle hacia el oeste llegaremos al destino. Una vez allí, podremos comprobar cómo la naturaleza es capaz de reparar el daño causado por el hombre.
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