martes, 12 de febrero de 2013

Buen Relato









 


escribo esto mientras tomo el camino de regreso
a casa luego del encuentro del día de hoy con mi príncesa
y es por eso que quizás la ortografía y la redacción de
este inservible texto no sea la mejor y, es más, ni siquiera
estoy segura de que las palabras que ahora tecleo lleguen a
tus manos, la vida es impredecible y podría pasar que alguien
me arrebate el Smartphone o que me vea obligada a entregarlo a
un asaltante, pero a pesar de eso aquí me tienes, palpitando una
a una las palabras que se armonizarán lentamente. En fin, mientras
redacto esto me embriagaré con un litro de coca cola ¿A quién le
importa el azúcar? A mi si pero al menos me ayuda a flanquear los males.

Hoy vi al príncipe a las 11:40 en punto, nos encontramos en la
facultad donde él estudia ya que habíamos acordado vernos para que él
me regresara la guitarra que hace un tiempo le presté y, dado que no
conozco su escuela, él me llamó un minuto antes de arribar dejándome
casi muda, era la primera vez que sentía su voz al otro lado de la
línea, imaginaba su aliento resonando sigilosamente contra su teléfono
móvil. Unos cuantos segundos después de haber colgado pude verlo, vestía
un pantalón blanco doblado de la bastilla porque le quedaba grande y
un suéter blanco a rayas verticales con un cierre muy pequeño en la parte
media del cuello, sus zapatos eran tipo tenis color negro y portaba una
mochila estilo portafolios de color negro que le caía por la espalda hasta
el trasero, justo del mismo modo en que yo suelo usarla; en el cuello llevaba
un collar sencillo de cuero o algo parecido del cual colgaba pesadamente un
dije en forma de hongo de color negro. Su cabello se encontraba largo y
despeinado enmarcando su rostro divino que dejó huella en mi pensamiento y
sus manos sostenían una lámina de grueso papel enrollada que poseía un trabajo
que él estaba por entregar.

Justo al mirarlo a unos cuatro metros de distancia saliendo de la biblioteca, pude
sentir como si mi corazón se detuviera de golpe, su sonrisa era más sincera que
ninguna y sus ojos marrón claro brillaban de una manera sobrenatural, era simplemente
perfecto y mucho más hermoso de cómo lo recordaba, fue entonces que pensé que ese era
el hombre con el que deseaba compartir la historia más grandiosa jamás contada y el
capítulo más maravilloso del libro de mi vida. Al cruzarse nuestras miradas, él hizo
un extraño movimiento con la cabeza y ambos caminábamos para al fin quedar frente a
frente y compartir el motivo de mi visita. Me saludó muy cordialmente y se acercó a mí
como si nos conociéramos de memoria para permitirme plantarle un beso en la mejilla
derecha; me pidió una disculpa por no llevar mi instrumento y comenzamos a planear
algo para vernos nuevamente y que así al fin pudiera yo tener de vuelta mi guitarra, pero
a pesar del interés desmedido por recuperarla, no podía pensar en algo que no fuera
su mirada, su energía interior, o ese algo que desde que lo conocí me dejó impresionada; miraba
sus labios y quería besarlos, miraba sus ojos y quería robarlos, miraba su cabello y
quería acariciarlo, lo miraba todo y quería tenerlo…. él era lo único para mí en ese
instante, él y nadie más, él y la historia que tanto he querido llegar a protagonizar.

Empezamos a bromear con muchas cosas, me encantaba tenerlo cerca, era todo lo que había
esperada: él y yo completamente solos con el mundo alrededor. Mi príncipe tenía algo de
prisa por su trabajo entregar y, como yo seguía a su lado entablando una conversación, él
no podía retirarse a cumplir su misión. Me sugirió que nos encontráramos un día después por
la noche para llevar una serenata e ir a beber unas copas al término de la misma, pero yo
realmente quería estar únicamente con él para al fin conocer al verdadero hombre que se
ocultaba tras esa imagen tan divina y a veces tan irreal. No quería que ese momento terminara
y le propuse acompañarlo a recoger su calificación de una materia y a entregar su trabajo, nos
encaminamos mientras platicábamos de muchas cosas y él se probaba los lentes de armazón color
violeta que me vi obligada a lucir en esa ocasión; vimos un pequeño perro chihuahueño de color
chocolate y el dijo que se asemejaba mucho a una rata, incluso pregunto cómo era posible que
no me asustara del pequeño can ya que él sabe muy bien que padezco de una tremenda fobia a los
roedores. Más adelante nos topamos con una paloma y el preguntó si no me asustaba con ella,
“No, de hecho me gusta patearlas” comenté; no entiendo por qué, pero él me invitó a hacerlo
y yo acepte, no comprendo que fue lo que me obligo a hacerlo, pero me acerqué y la pateé
asustándola y obligándola a salir volando “¿Sabes? Estás muy, muy loca” comentó mientras me
propiciaba una hermosa sonrisa; yo no supe que hacer, solamente sonreí y le dije que eso no era
nada en comparación con las cosas que generalmente hago y él se limitaba a sonreír y mirarme con
esos ojos que aun no puedo superar.

Caminamos por toda su facultad y recogió su calificación, un siete según recuerdo y de ahí
seguimos caminando hasta llegar a la unidad de posgrado de su carrera. Bromeábamos referente
a lo del instrumento, y el comentaba que yo no era una persona, que era simplemente “yo” a lo
que yo contestaba que él era un hámster, más tarde el refutaba que era dos personas en una y
que poseía derechos de hámster. Me preguntó que pretendía hacer después de acompañarlo y me
comentó que él tenía una cita de trabajo a las 12: 00 hrs, lo más curioso es que en ese preciso
momento mi reloj marcaba las 11: 59 am. Entramos a un edificio que yo desconocía, tenía un olor
a libro antiguo mezclado con algo de thinner y algunos otros aditamentos semejantes, cruzamos
muchos pasillos platicando de cosas con y sin importancia, pero en ese entonces no me preocupaba
la intensidad de las palabras, solamente quería sentirlo cerca.
Pasado un rato, y después de haber visitado los cubículos donde su profesor no se encontraba, decidió partir.

De camino a su facultad me preguntó qué era lo que me llevaba ese día a Ciudad Universitaria
“Venía a ver a una amiga de mi hermano”, contesté evitando mirarlo a los ojos mientras mordía
mis labios tratando de callar lo que realmente mi corazón quería decir “Vine a verte a ti, tú
eres lo que me hizo estar hoy aquí, solamente quería estar contigo, decirte que te amo… quería
que supieras todo lo que siento por ti” pronunciaba en mi mente y callaban mis manos. Casi llegando
a sus aposentos, me detuve un instante a mirarlo, quería guardar esa imagen en mi mente, me quedé
callada y ambos avanzábamos sin decir una sola palabra, hacía un buen rato que habíamos dejado de
mirarnos a los ojos mientras hablábamos lo cual me parecía muy extraño, caminé a su lado y aspiré
profundamente a mi alrededor, sentía un perfume perforante y embriagante emanar de él por lo que
traté de impregnarlo en mi memoria para así mencionarle algún día a alguien “Ese es el aroma de mi
príncipe, ese es para mí el aroma del amor”. Unos instantes después nos despedimos, lo mire
detenidamente y él hizo lo mismo conmigo, “Hasta pronto, príncipe” dije en mis adentros mientras me
acercaba a él para despedirme. Cuando estaba a menos de unos centímetros de su rostro pude sentir
como giraba finamente la cabeza para dejarme besar nuevamente su mejilla derecha mientras anhelaba
que ese momento fuera para siempre.

El reloj marcaba las 12: 28 cuando lo dejé atrás volviéndose un punto blanco apenas visible y fue
entonces que los pensamientos empezaron a arribar: Mi príncipe se comportaba de un modo muy
peculiar: era muy elocuente, animado, extravagante y en ocasiones infantil; los momentos a su
lado habían sido realmente mágicos, pero no tenían la esencia de algo que quisiera capturar en
una botella y beber como alucinógeno a la mañana siguiente, él era realmente hermoso, sí… pero
no se parecía a todo lo que yo conocía e imaginé para ese día. Lentamente mi pensamiento lo
condenaba y juzgaba en una sala desierta repleta de palabras escritas en la pared con marcador
negro, pero mi corazón no podía dejar de amarlo, sentía y sigue sintiendo toda la poesía que he
declamado en mi mente y no en una hoja para ese chico tan irremediablemente impredecible.

El príncipe encantado se ha convertido en una incógnita más de una ecuación matemática que no
puedo comprender, y es por ello que sigo tratando de encontrar en su interior a aquel chico
inteligente, profundo, amante de la literatura, la música y el arte que tanto amo… sigo soñando
con lo que veo y no veo en sus ojos marrón claro…

Hay una canción de All Time Low que habla sobre un hombre embriagado que cree que está cayendo
enamorado mientras realmente está desfalleciendo en el piso del baño, quizás esa es la situación
que vivo: me he bebido toda una dotación de vino y sangre y es por ello que empiezo a alucinar con
algo que no es, siento que estoy cayendo enamorada en soledad mientras desperdicio más y más
tiempo cuando las botellas de lo que fue se vuelven cristales de lo que alguna vez pudo o no
pudo ser… Pero finalmente todo es un día más, una puntuación más en el marcador.

No sé qué pensar, no sé qué decir… solamente quiero saber si es que he caído en la demencia y
estoy alucinando con una sombra irreal, sí es que tú amado lector lo sabes, dímelo por
favor, necesito saberlo. Tus palabras serán bien recibidas por esta inutilizada escritora que
no sabe como plasmar una escena en palabras. No sé cuando vuelva a ver a mi príncipe o cuando
pueda volver a escuchar su respiración al otro lado de la línea telefónica, pero al menos el
día de hoy aseguro que lo amo como no lo había hecho con nadie en mucho tiempo…

¿Quién es mi príncipe el día de hoy? Hoy es el hombre que más he amado sin que él lo sepa, es
la lágrima de mis ojos, la sonrisa de mis labios y la rítmica de los poemas ilusos que le dedico c
ada madrugada; es la canción que escucho en la radio y no puedo evitar cantar en silencio en mi
mente, es un lindo chico que alguna vez conocí y un hombre que pretendo descifrar muy, muy
pronto; es el único que me ha tenido caminando por un largo rato cuando no tengo fuerzas para
nada más, es el grito que ahogo cada vez que lo veo al otro lado de la pantalla de la computadora
y la ilusión que tengo cada vez que me voy a la cama… Mi príncipe es quien me tuvo hoy escribiéndole
mientras caminaba por una avenida atiborrada, en el transporte público o afuera de mi casa por
haber perdido mis llaves por estar pensando en él… Ese es mi príncipe… Si sabes lo que piensa
de o siente por mí, por favor dímelo estimado lector, te lo agradeceré infinitamente.

Dándote las gracias, se despide esta tonta enamorada que malgastó palabras en algo que
jamás podrá cautivar tus sentidos…
Te envía un cordial saludo…
Yo

 
GRACIAS MUCHAS GRACIAS.GRACIAS POR LOS MOMENTOS VIVIDOS A TU LADO

POR LOS RECUERDOS QUE LLEVO EN MI MEMORIA , POR LAS PALABRAS ALGUNAS DE CONSUELO, ALGUNAS
DE CARIÑO, ALGUNAS DE AMOR

GRACIAS MUCHAS GRACIAS, GRACIAS POR NO HABER SIDO SOLO UN PENSAMIENTO BONITO EN MI
VIDA, GRACIAS POR SER UNA REALIDAD HERMOSA EN ELLA.

GRACIAS MUCHAS GRACIAS, PORQUE SI NO TE TUVIERA NO TENDRIA A DONDE IR

GRACIAS MUCHAS GRACIAS POR ESE SUEÑO BONITO QUE ALIMENTASTE EN MI

GRACIAS MUCHAS GRACIAS POR HABER DECIDIDO SER PARTE DE MI HISTORIA

GRACIAS MUCHAS GRACIAS PORQUE EN UN MUNDO DE PERSONAS, FUI YO LA QUE TUVO LA FORTUNA
DE ESTAR CONTIGO, A TU LADO, EN TU VIDA, EN TU CAMINO

GRACIAS MUCHAS GRACIAS POR CADA LLAMADA QUE ALGUNA VEZ HICISTE A MI LINEA

GRACIAS POR LAS HORAS QUE PASABAS EN MIS NOCHES DE DESVELOS

GRACIAS POR EL TIEMPO,POR LAS SONRISAS POR LAS ALEGRIAS QUE ME REGALASTE, GRACIAS
MUCHAS GRACIAS MARCOS POR HABER ESTADO EN MI VIDA,

GRACIAS PORQUE CADA MAÑANA AL DESPERTAR LE PIDO A DIOS POR TI, GRACIAS PORQUE AL
RECORDARTE, RECUERDO QUE DIOS SIEMPRE ESTA CONMIGO.

GRACIAS MUCHAS GRACIAS POR TANTOS Y TANTOS RECUERDOS, POR TANTAS PALABRAS BONITAS, POR
ESAS NAVIDADES QUE ESCUCHABA TU VOZ EN LA LINEA, POR ESAS OCASIONES QUE  CAMBIASTE MIS DIAS
DE TORMENTA POR DIAS DE FELICIDAD,GRACIAS POR LAS VECES QUE ME HICISTE ENOJAR, GRACIAS POR
TANTAS Y TANTAS COSAS , QUE TE HACEN SER UNA PERSONA INOLVIDABLE



GRACIAS MUCHAS GRACIAS .

DIOS TE BENDIGA DONDEQUIERA QUE TE ENCUENTRES


No hay comentarios:

Publicar un comentario