COMIENDO Y BEBIENDO CON HISTORIA EN MADRID


Así como suele suceder en todas las capitales del mundo, Madrid tiene una lista muy importante de tabernas y restaurante donde comer bien y pasar un buen rato entre familiares y amigos. Y obviamente que un negocio gastronomico viva tanto tiempo nos habla a las claras de la calidad de sus comidas, bebidas, buena atención al cliente y mejor administración. La rica historia de algunos de ellos van como bonos extras de regalo.-


Taberna La Bola.- Calle de La Bola, 5
Para disfrutar del plato más típico de España, el "cocido", sin duda hay que darse un paseo por la taberna La Bola. La Bola lleva preparando cocidos desde 1870. Fue en ese año cuando Cándida Santos, conocida como la Rayúa, transforma una antigua botillería situada en la calle Bola en una casa de comidas y hace famosa su cocina. Desde entonces, varias generaciones han continuado con el negocio.
Lo que realmente ha hecho famoso al cocido de la taberna La Bola es su forma de cocinarlo. Según explica, Mara Verdasco, actual regente del local, “se sigue realizando como en 1822, en puchero y con cocina de carbón”.


Taberna Casa Alberto.- Calle Huertas, 18
Los fogones de Casa Alberto llevan elaborando los guisos caseros más tradicionales desde hace 177 años. Inaugurado en 1827, su especialidad, el rabo de toro estofado está considerado como uno de los mejores de todo Madrid.
Según cuentan en sus orígenes, los madrileños acudían a Casa Alberto a tomar un chato de vino, junto a un huevo duro y un trozo de bacalao. En la actualidad, los clientes pueden degustar platos típicos como callos a la madrileña y bacalao, champiñón, albóndigas, boquerones en vinagre, croquetas de jamón o chuletón de buey servido en plato caliente, acompañadas de un buen vino de la casa procedente de La Rioja. Todo elaborado en el momento y con productos naturales, lo que imprime al guiso el carácter casero que tanto gusta a sus clientes.
Ganaderos, como Victorino Martín, toreros y críticos taurinos se dejan caer de vez en cuando por este restaurante. Para recordar que Miguel de Cervantes vivió y escribió en el edificio donde hoy se sitúa Casa Alberto, la segunda planta de esta taberna mantiene todos los recuerdos y objetos que el ilustre escritor dejó.


Taberna de Antonio Sanchez.-
Calle del Mesón de Paredes, 13

Fundada en 1830 por el matador de toros Antonio Sánchez, que le dio su nombre, este restaurante, con una gran vocación taurina que aún conserva, es frecuentando por toreros de hace unos años, como Curro Vázquez o Rafael de Paula. Organiza la llamada tertulia del Rato una vez al mes, a la que invita a toreros, críticos o poetas que recitan versos bajo la mirada de cabezas de toro.
La fama de sus tapas y sus vinos atrajo a los poetas de la Generación del 98 como lo hace hoy con los intelectuales del momento.
Los platos de corte madrileño son su especialidad. Las torrijas, el rabo y morcillo de buey, los huevos estrellados, los caracoles, las acelgas con almejas, la tortilla de San Isidro (con bacalao y cebolla) o el pisto, son sólo algunas de ellas. El vino blanco, de Valdepeñas, el vermú de grifo y los mejores vinos de Rueda o de Rioja, completan su oferta gastronómica.


Restaurante Casa Labra.-
Calle de Tetuán, 12.


En las inmediaciones de la Puerta del Sol fue fundada en 1860 esta antigua casa de comidas, especializada en la preparación de bacalao frito y el vino tinto. Conserva su decoración original, con una fachada curva adaptada a la estructura del edificio y compuesta por cuarterones de madera y un curioso cartel de cristal con el rótulo del establecimiento. En su interior, además de su mostrador de cinc y tradicionales mesas de mármol, el visitante puede recrear la vista en las pintadas y numerosos refranes que hacen alusión a la historia del local. Y es que este restaurante ha pasado a la historia de Madrid por que en él, el día 2 de Mayo del año 1879, Pablo Iglesias fundo en la clandestinidad el Partido Socialista Obrero Español.


Casa Antonio.- Calle Latoneros, 10 Conservaba el aspecto de las antiguas tabernas madrileñas, con un pequeño saloncito con mesas de madera y unos banquitos donde descansar para tomar unas deliciosas tapas acompañadas de una caña, tirada como mandan los cánones, o el vino del día. Guardaba la estética propia de las tabernas de finales del siglo XIX, al tener aún su fachada pintada de rojo y conservar los cristales grabados al ácido. Esta costumbre se pierde a principios del siglo XX al imponerse en Madrid una moda procedente de Andalucía, que consistía en decorar las tabernas con azulejos tanto en el exterior como en el interior.

Esta casa de tapeo y comidas, se encontraba en un lugar privilegiado de Madrid, en pleno centro, muy cerca de la Plaza Mayor, hipocentro de las tabernas y restaurantes más típicos de esta ciudad.
Hoy en día "Casa Antonio", se ha convertido en una pastelería-licorería, llamada "El Almendro", bellamente decorada con azulejos.


Taberna La Fortuna.-
Plaza de los Mostenses, 3

Nos encontramos ante una taberna con más de 100 años de tradición culinaria, en la que se sirven exquisiteces como el cocido madrileño en puchero de barro, callos a la madrileña, bacalao a la vizcaína, arroces, carnes rojas... acompañado todo ello de vinos de Rioja, Ribera del Duero... o cerveza y vermú de grifo.


Taberna Casa Paco.-
Plaza de Puerta Cerrada, 11

De finales del siglo XIX es también Casa Paco una taberna famosa por tener como especialidad las carnes rojas al horno con platos calientes, callos a la madrileña, pisto manchego, sopa de ajo, solomillo o carne de buey, cocido y postres caseros.
Casa Paco sigue tal cual abrió en los años 30. Tras la típica barra (donde degustar sus excelentes tapas) surge el pequeño y castizo comedor completamente decorado con los retratos de los ilustres personajes que han pasado por sus mesas. Sirve platos castellanos con el sabor de la toda la vida, la pureza de una cocina elegante y sabrosa. Suelen acudir toreros.


Taberna San Isidro.-
Calle Toledo, 24


Se trata de un establecimiento con sabor típico madrileño, situado en un lugar privilegiado de Madrid, en pleno centro, muy cerca de la Plaza Mayor, decorado con cerámica de Talavera contemporánea, representando al Santo Labrador.
Aquí podemos degustar todos los miércoles, su famoso "cocido madrileño", y durante el resto de la semana el "rabo de toro" y el "cordero asado".


Desde que en 1917 Ciriaco Muñoz diera su nombre a la antigua botillería Casa Valiña, desde donde el anarquista Matero Morral lanzó la bomba contra los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia en 1906, y la convirtiera en taberna-restaurante, Casa Ciriaco no ha dejado de acumular una merecida fama.
Esta castiza taberna, hace honor a su renombre por la calidad de sus guisos y la exquisitez de sus vinos. Sobre sus paredes, recuerdos taurinos, cuadros, carteles y fotografías recuerdan a sus clientes más famosos como Ortega y Gasset, Caro Baroja, Ignacio Zuloaga, Gregorio Marañón, Julio Camba e incluso Alfonso XIII, quien acudía a tomar el famoso vino de pellejo.
Su especialidades son la pepitoria de gallina, la tortilla de escabeche, las alubias de La Granja con codornices, las perdices estofadas, el cochinillo asado y la ternera a la riojana. Destacan también sus bodegas, con una colección de vinos que datan de 1917.


La Chata.- Cava Baja, 24.
La Cava Baja no tiene desperdicio. Es una de las calles de Madrid con más tradición en lo que a tapeo se refiere. La Chata es uno de los lugares donde reponer el cuerpo con buenas viandas y algún que otro caldo, todo ello en un ambiente muy taurino.
Este local debe su nombre al apodo que recibía una condesa que visitaba el local con asiduidad. Ubicado en uno de los barrios más castizos de la capital, está decorado con fotos de matadores de los años treinta. Es punto de reunión de aficionados taurinos a la hora de la cena, en la que se sirve cochinillo al horno, callos madrileños, ciervo, rabo de toro y bacalao a la Chata, hecho con salsa de tomate y un toque secreto.


Los Timbales.- Calle de Alcalá, 227
Debe su nombre a los timbales que cuelgan de las paredes, ya que son los custodios de los timbales de la plaza desde que se inauguró. Las paredes están recubiertas de azulejos pintados con escenas taurinas.
En un ambiente taurino, se puede degustar todo tipo de raciones, desde el jamón o el lomo a la ensalada de pimientos con bonito, una buena tortilla de picadillo, aceitunas con mejillones y el pulpo a la gallega. El restaurante prepara rabo y solomillo de toro y lenguado con pasas y piñones, entrecot de buey y pescados como la merluza y la lubina.


Taberna Matritum.- Cava Alta, 17.