martes, 19 de febrero de 2013

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Imágenes de el imperio DONDE NO SE POnia el sol


De vuelta a los años treinta

En 1931, tras la dictadura de Miguel Primo de Rivera, en la que se reactivó algo la economía española, Alfonso XIII dimitió y se proclamó, sin referéndum ni nada, la II República. España cambió drásticamente, tanto como su bandera, ahora tricolor, y comenzó un periodo de democracia e inestabilidad política, algo que parece que va junto siempre en España. Se proclamó la "República Catalana" en dos ocasiones (1931 y 1934), comenzaron las primeras autonomías, la Revolución de Asturias, unas regiones tenían más privilegios que otras, la crisis del 29, se redujeron los presupuestos del Ejército, y claro, toda esta mezcla acabó estallando en una Guerra Civil.

La Historia, como es evidente, se repite, aunque nunca es exactamente igual. Ahora estamos rebosantes de autonomías y de crisis, también algunas regiones, las llamadas "históricas" (más bien "histéricas"), tienen más privilegios que otras, y dentro de ellas Navarra y la Comunidad Vasca, debido a los fueros medievales, no pagan nada al Estado y además reciben dinero de él. ¡Qué chollo! Claro, en España se les da más privilegios a las comunidades con más separatistas. Así somos, en vez de castigar las insurrecciones, las premiamos. Luego nos preguntamos cómo hemos llegado a donde estamos.

Pero el Ejército... ¡ah, pobre! Con lo divertido que era en los siglos XIX y XX, todo el día dando golpes de estado, y quitando y poniendo gobiernos. Parece que no existiese, y éso que se les paga para defender España, tanto de enemigos externos como internos, y por lo que se ve, no son muy efectivos. Sí, estamos volviendo a los años treinta, pero os dejo esperar a que Artur Mas proclame la "República Catalana" para que me deis la razón. Sólo nos queda esperar, y rezar para que, al igual que en los años treinta, el Ejército solucione la situación, que es su trabajo.

El ocaso de España

1492: Con Castilla y Aragón reunificadas bajo el matrimonio de los Reyes Católicos, se reconquista Granada, el último territorio dominado por los musulmanes. Gracias a Colón, se descubre el continente americano y comienza su conquista y evangelización. Con Isabel I ya fallecida, en 1512 Fernando V decide anexionar Navarra al resto de España, integrándola en 1515 en Castilla. Se completa la reunificación de la actual España y con ella se crea el Imperio Español, el primer imperio moderno y ultramarino.

1518: Carlos I accede al trono de España. Junto con él se incorporan a la actual España y América el Benelux, Filipinas, Alemania, Borgoña y el Sur de Italia. El dominio de España sobre el resto de naciones europeas se materializa en los tercios.

1556: Accede al trono Felipe II, que traslada la capital a Madrid y hereda Portugal (incluido Brasil), convirtiéndose España durante ese periodo en el imperio de mayor extensión de la historia.

1700: Con la muerte sin descendencia de Carlos II, llegan al poder los Borbones tras la primera guerra civil de la España reunificada, la Guerra de Sucesión. Se pierden todas las posesiones europeas (incluido Gibraltar) excepto, claro está, el actual territorio español.

1823: Tras expulsar el propio pueblo español al invasor napoleónico mediante sucesos como el 2 de Mayo de 1808, y tras aprobar la 1ª Constitución Española en 1812 y ponerla en práctica durante el Trienio Liberal (1820-1823), el rey Fernando VII pide ayuda al resto de monarquías absolutistas y suprime todos los derechos democráticos adquiridos por los españoles. Las colonias americanas, en busca de libertad, emprenden el camino independentista y España queda reducida a prácticamente el terreno actual.

1898: Tras un siglo de continuos golpes de estado y gobiernos inestables, España pierde sus últimas colonias, Cuba, Puerto Rico y Filipinas.

1978: Tras una república que finaliza en Guerra Civil y una dictadura que rescata un país en vías de desarrollo y lo convierte en uno del primer mundo, se aprueba una constitución que obliga a los españoles a aceptar el sistema autonómico si no quieren seguir siendo una dictadura (#desarrollo). En ella los ciudadanos tienen distintos derechos según la región en la que estén empadronados, además de que el valor de sus votos no sea homogéneo y varíe según la provincia a la que pertenezcan (#enlace). También se pasan competencias elementales como la sanidad y la educación a los gobiernos autonómicos.

2012: Tras tres décadas de exhaustivo adoctrinamiento y gracias a los millones de €uros recaudados mediante impuestos e invertidos en subvencionar medios de comunicación separatistas como La Vanguardia, dos regiones españolas que años atrás habían sido ejemplo de patriotismo sufren fuertes movimientos separatistas, quizás apoyados por la mayoría de sus poblaciones.

Los Reyes Católicos nos dieron la primera potencia mundial de la época, y los españoles, borrachos y semianalfabetos, nos hemos dedicado con ahínco a destruir su obra. Este periodo de España acabará como acabó Hispania, conquistada por musulmanes que se preocupan más por su Dios que por su equipo de fútbol. El ocaso ha llegado al país donde nunca se ponía el Sol.

Los errores de Isabel la Católica

Sí, Isabel I la Católica, reina de Castilla y España, cometió errores históricos, y bastante importantes. Sé que la mayoría de mis lectores no estarán de acuerdo conmigo, de hecho yo mismo hace poco tiempo me habría negado a suscribir mi propia palabra. El caso es que las viejas glorias españolas de la época de Isabel I fueron, más bien, errores.

Matrimonio de Isabel y Fernando: Sí, esa unión que dio origen a la España moderna fue un error. Tras reconquistar casi toda la península, la forma más rápida y limpia que vio Isabel para reunificarla fueron las uniones matrimoniales. En realidad este matrimonio traería como consecuencia dos siglos (hasta la llegada de los Borbones) de desigualdades en las que Castilla asumía un gasto enorme al mantener prácticamente en exclusividad al ejército. Además, como he dicho en artículos anteriores, mientras que Castilla constituía un solo reino con unas solas cortes, Aragón era una "corona", dividida en Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca, cada región con su parlamento propio. Esta división territorial sería el origen histórico de las actuales divisiones y diferencias entre regiones españolas. ¿Qué debería haber hecho entonces? Castilla no debería haber buscado la fusión con Aragón, cuyos resultados son la división actual, sino su conquista (y después la de Portugal), cosa que se hubiese conseguido probablemente teniendo en cuenta que en esa época se conquistó todo un continente (América).

Financiación de Cristóbal Colón: Como dice el refranero, «quien mucho abarca poco aprieta», y la conquista de América supuso un esfuerzo demasiado grande para Castilla. La población del país disminuyó debido a la emigración, y el ejército se dispersó por todo un continente. ¿Cuáles son las consecuencias actuales de esta conquista? Que millones de sudamericanos vengan a España como inmigrantes.

Matrimonio concertado de Juana y Felipe: La política de expansión por matrimonios llegó a su culmen cuando se dejó de lado a la monarquía española, representada por los Trastámara, para dar paso a los Habsburgo, que utilizarían las arcas castellanas para financiar las lejanas guerras contra los protestantes en Alemania y los Países Bajos. Todo el dinero que provenía de América iba directamente a estos países, donde se consumía en guerras que poco tenían que ver con nosotros.

Como he dicho, desde unos matrimonios que traían más división o más gastos, y una financiación de una conquista mortal que supuso un trauma para la demografía y producción castellana, los hechos por los que se conoce a Isabel la Católica son, más que logros, errores.

Historia del federalismo y centralismo en España

Antes de comenzar, debemos repasar qué significa centralismo y federalismo: el centralismo es la forma de gobierno básica, en la que un país tiene un único gobierno, que acumula todas las competencias, y una serie de administraciones menores, como regiones, diputaciones o ayuntamientos, encargadas de la atención específica de cada municipio. El federalismo, sin embargo, está basado en un gobierno central con una serie de competencias y varios gobiernos regionales con otras tantas competencias, aparte de otros organismos como los ya nombrados anteriormente. Esta forma de gobierno tiene sentido en dos casos: en países grandes, como EE.UU. (veinte veces más grande que España), formados por regiones geográficamente distintas entre sí, o para formar países, como Alemania, consistente en más de veinte países hasta su unificación en el siglo XIX, por lo que parece lógico que cada uno de los estados que lo formaron conservasen algo de su autonomía. Resta decir que España no cumple ninguna de las dos condiciones, pero sin embargo es un estado federal de facto, por mucho que lo niegue UPyD, formado por 17 estados, länders o autonomías, con competencias tan básicas como la sanidad o educación, y también está bastante claro que no ha funcionado.

1479-1700: Federalismo, Habsburgos, reinos y virreinatos

Tras la unión de los Reyes Católicos y finalización de la Reconquista, en España existían dos modelos de gobierno: el centralismo castellano y el federalismo aragonés. Mientras que Castilla (a la que se anexionó Navarra en 1515 tras su conquista en 1512) constituía un solo reino con unas solas cortes, Aragón era una "corona", una especie de federación primitiva dividida en Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca (actuales Islas Baleares), cada región con su parlamento propio. Las sucesivas incorporaciones de reinos, como Portugal, Nápoles y Sicilia, y virreinatos, como las tierras conquistadas en América, propiciaron que España se convirtiese en una federación de distintos reinos, pero con un solo rey. Ésta era la forma de gobernar típica alemana y austro-húngara, que heredamos a través de la familia real, que por aquel entonces eran los Habsburgo.
Batalla de Almansa, Guerra de Sucesión Española

1700-1978: Centralismo, Borbones y Guerra de Sucesión

En 1700 cambió radicalmente la situación: muere sin descendencia directa Carlos II, último monarca Habsburgo de España, por lo que comienza una guerra de sucesión entre los Habsgurgo y los Borbones, que apoyaban a su heredero legítimo, el futuro Felipe V. Esta guerra fue más que una simple guerra civil, fue el conflicto que probablemente haya cambiado más a España, si bien menos de la mitad de los españoles lo conocen. Castilla apoyó a Felipe V debido a que fue este reino el que se encargó exclusivamente de la conquista de América, del Benelux y de las guerras contra los protestantes, por lo que la idea del centralismo conllevaba implícitamente que la carga de España se repartiría entre las demás regiones. La antigua corona de Aragón, sin embargo, apoyaba el federalismo alemán que representaba el Archiduque Carlos de Habsburgo y que les propiciaba más autonomía y menor obligación a la hora de pagar impuestos. Ganó Felipe V y tras la promulgación de los Decretos de Nueva Planta en 1715 España pasó a tener un sistema centralista similar al francés en el cual todos los españoles tenían los mismos derechos y deberes independientemente de la región en la que viviesen, y que duraría hasta 1978 con algunas interrupciones detalladas a continuación.

Intentos de federalismo: Carlismo, repúblicas y autonomías

Tras la Guerra de Sucesión, los seguidores de los Habsburgo y su federalismo alemán no habían muerto, estaban en coma. Armaron tres guerras, en 1833, 1846 y 1872; perdieron las tres, pero como resultado consiguieron la creación de los fueros navarros (que más tarde se extenderían a las Vascongadas), semilla de las diferencias legislativas entre regiones españolas. Y sería un hijo de carlistas, Sabino Arana, el fundador del independentismo vasco.
En España, mal que les pese a algunos, república es sinónimo de mala gestión, corta duración y florecimiento de los separatismos periféricos. Así es que en 1873 llegó la I República, duró once meses, tuvo siete gobiernos y hubo un intento de dividir España en cantones (regiones administrativas de tamaño similar a las comarcas pero con soberanía casi completa), durante el cual el cantón de Cartagena proclamó su independencia de España, y dentro de Cartagena un barrio de la ciudad proclamó su independencia del cantón recién independizado.
Durante la II República, que esta vez duró cinco años, tuvo tres gobiernos y terminó en la Guerra Civil, el mismo día que se proclamó en Madrid la susodicha república en Barcelona se autoproclamó la República Catalana, claro ejemplo de hacia dónde se quería llegar. España vivió la situación más desnivelada de su historia, en la que unas regiones disfrutaban de ser autonomías, mientras que el resto del país no.
Tras 1978 volvió el federalismo a España, esta vez en forma de autonomías, y cualquiera puede ver la situación actual que vive España de división y endeudamiento, un país en el que los alumnos de una región llevan un retraso de año y medio sobre los de otra (#fuente). Nos vendieron que la federación autonómica era igualdad y progreso, pero la lógica se impuso y es justamente lo contrario. Ya sabéis, la unión hace la fuerza; divide y vencerás.

León I, rey de Madrid

MUERTE DE PEDRO I
Muerte de Pedro I
Me acuerdo de una anécdota que leí hace años en un libro escolar que hablaba de un tal León, un rey destronado que llegó a gobernar en Madrid. Para recuperarla y enseñársela a todo un público que seguro que la desconoce, me dispongo a iniciar el rescate.

Para entender esta historia primero debemos remontarnos unos años antes, al 1351, cuando el Reino de Castilla vivió su primera guerra civil. Este enfrentamiento era entre los partidarios del rey legítimo, Pedro I (apodado "el cruel"), y su hermano bastardo Enrique de Trastámara. Esta guerra, aparte de ser una lucha por la sucesión, enfrentaba dos puntos de administración, el de Pedro, que reforzaba el poder real, y el de Enrique que pretendía seguir con el modelo feudal. A Enrique II le apoyaba Francia y Aragón, mientras que a Pedro I, Inglaterra y Navarra. El enfrentamiento terminaría con una lucha épica entre los dos hermanos, que finalizaría con la muerte de Pedro y la coronación de Enrique II. Durante este enfrentamiento la ciudad de Madrid apoyó a Pedro, por lo que no gozaría en los siguientes años del favor de los Trastámara.

León I de Madrid
Tras el reinado de Enrique II de Castilla y la coronación de su hijo Juan I, en la lejana Armenia el rey León V era destronado por las fuerzas turcas, que le mantuvieron preso durante varios años. Juan I, que era amigo suyo, consiguió su liberación y se lo trajo a Castilla, donde en compensación por la pérdida de Armenia le regaló la ciudad de Madrid. Escogió Madrid porque como se ha dicho anteriormente, esta ciudad fue contraria a los Trastámara, por lo que tener un señor propio y dejar de depender directamente de la corona era un castigo, al tener que pagar los madrileños más impuestos. Sin embargo el rey sin reino, que fue nombrado León I de Madrid, fue de lo más irrespetuoso con sus súbditos, y apenas estuvo en Madrid, viviendo el resto de su vida en la costa francesa, alejado de Madrid, que durante un tiempo, fue su pequeño reino.

La curiosa historia del rey de Patones

Patones es un pequeño pueblo situado en norte de la provincia de Madrid, con unos 500 habitantes. Sin embargo el aislamiento que le da el entorno ha hecho de este pueblo el más peculiar históricamente de toda España. Y el caso es que Patones fue un reino hasta 1750. Pero además su situación geográfica volvería a salvar al pueblo de otra invasión, la napoleónica, que allá por 1808 pasó de largo, convirtiéndolo en el único pueblo libre de invasores.

Su historia se remonta a la época visigoda, cuando se fundó el pueblo. Fue un municipio como cualquier otro durante siglos, pero tras la Invasión Musulmana, quedaron aislados del resto de cristianos, aunque tampoco fueron conquistados por los árabes ya que éstos desconocían su situación y era difícil de localizar. Rodeados de enemigos y totalmente aislados, los habitantes de Patones decidieron nombrar un rey, el rey de Patones, que hacía las funciones de alcalde. Se cree que el cargo de rey de Patones era hereditario.

El caso es que durante siglos el municipio se organizó de forma autónoma, hasta que culminó la reconquista. Aunque pagaban impuestos como cualquier otra localidad, el título se siguió manteniendo. Solamente se conocen los nombres de tres reyes de Patones: Pedro González, su sucesor y yerno, Juan Prieto (1693), y el último rey de Patones, otro Juan Prieto (1737). La casa real perdería su título en 1750 cuando se negaron a pagar impuestos, por lo que Carlos III decidió acabar con la peculiaridad.

La primera constancia de la existencia de este rey fue en 1653 cuando el rey de Patones se reunió con un cardenal para negociar la construcción de una ermita, aunque lo que hizo realmente famoso este cargo fue la carta que le envió uno de los monarcas (del que se desconoce el nombre) a Felipe II, que titulaba, lleno de justificado orgullo: «Del rey de Patones al rey de España».

¿Mejor solos que mal acompañados?

¿Hasta qué punto es bueno para el resto de España cargar con el peso de gran parte de las sociedades vascas y catalanas?

La pregunta prohibida. En una sociedad en la que continuamente determinados paletos periféricos se llenan la boca afirmando que son ellos los que sostienen España, y que si se independizasen sus regiones se convertirían en algo similar a Suiza, estaría bien recordar un poco de historia, por lo menos una que no esté manipulada.
Bandera castellana
Tras la reunificación de España (a lo largo de finales del siglo XV) España, si bien estaba gobernada por unos mismos monarcas (Reyes Católicos) que tomaban decisiones con consenso, había grandes diferencias administrativas entre las dos principales regiones, Castilla y Aragón. Las gracias por estas diferencias se las tendríamos que dar a los musulmanes, ya que fue tras su conquista cuando España se fragmentó, si no hubiese ocurrido, Hispania hubiese continuado unida, como Francia. El caso es que mientras Castilla era un solo reino, con un solo parlamento (Cortes de Castilla, las más antiguas del mundo, por cierto) y una sola administración, la Corona de Aragón traía incluido en el paquete la división en Aragón, Valencia, Cataluña e I. Baleares, algo que podría compararse a las autonomías actuales, cada una con sus parlamentos y leyes propias. Ahí comenzó la división en España, con su propia unificación.

El historial separatista catalán viene de lejos, y ya por 1640 los segadores de Gerona, Lérida y Tarragona llegaron a Barcelona y se produjo la sublevación de Cataluña, que explico más detenidamente aquí. Basta decir que se arrepintieron y volvieron voluntariamente a unirse al resto de España. Castilla llevó el peso de la reconquista, siendo la mayor parte de las victorias suya, y tras la reunificación fue Castilla también la que financió exclusivamente el descubrimiento y posterior conquista de América, al igual que fue Castilla la que financió las guerras contra los protestantes que se llevaron lejos de nuestras tierras, en Flandes (Holanda y Bélgica) y Alemania. Cuando el Conde-Duque de Olivares propuso que todas las regiones contribuyesen de igual forma, se produjo la sublevación en Cataluña ya mencionada (supongo que ahí proviene el estereotipo de tacaños).

Tal vez la frase «mejor solo que mal acompañado» vendría bien en este caso, ya que al fin y al cabo las autonomías, como otras tantas cosas, se establecieron para favorecer a los separatistas, y su posible separación a lo mejor provocaría una mejor organización de Castilla; y quizá, solamente quizá, nos deberíamos ir planteando pasar de agachar la cabeza y pedir disculpas a levantarla y responder las ofensas.

La democracia le sienta mal a España

Basta mirar un poco la Historia para darse cuenta que cuanto más democracia hay en España, peor va el país.

Duro, políticamente incorrecto, ofensivo... llamadlo como queráis, pero los españoles, generalmente, no tenemos la suficiente madurez para escoger con responsabilidad a nuestros dirigentes. Comenzando a repasar nuestra extensa historia, lo suficientemente larga para que tres cuartas partes de los españoles pasen de ella, nos encontramos con la debacle de nuestro imperio, allá por comienzos del siglo XIX, sin duda alguna el peor de todos. La invasión napoleónica aisló a la península del resto de España, que por aquel entonces se extendía por América, dando vía libre a las aspiraciones de poder de los liberales de la época, Simón Bolívar y compañía. La constitución de 1812, tan alabada, no se amoldó a una sociedad de paletos, más preocupados por el pan que por otra cosa. Tras su aprobación siguieron en cadena los golpes de estado, luchas entre liberales y absolutistas, guerras civiles y la independencia de las colonias americanas, acabando el Imperio al comenzar la historia constitucional. Las independencias americanas terminarían con la derrota de España a manos de un país de vaqueros que hasta hacía poco había sido una colonia, EE.UU., quedando en ridículo internacional.

Aun así, a lo largo del siglo XIX se demostró que España no estaba hecha para democracias, tal vez porque la población, con unos niveles de analfabetismo similares a los del Egipto actual, no llegaba a entenderla. Llegó el siglo XX y con él la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), y resulta que a partir de entonces España gana la guerra en África con el desembarco de Alhucemas, y hubo un gran desarrollo industrial que impulsó la economía del país. Pero vuelve la democracia con la II República, con avances democráticos (al menos en el voto de la mujer), y todos sabemos cómo acabó. Y resulta que llega una dictadura por 1939 y, tras los reglamentarios años de posguerra, España comienza a crecer un 7% anual. Más quisiéramos crecer ahora una décima parte de esa cifra. Muere Franco, vuelven a España las ratas que huyeron cuando vieron hundirse su barco tricolor y comienzan otra vez las crisis, las devaluaciones, y algo de lo que se habla poco, la droga, hasta entonces ausente en la sociedad española.

Los españoles no estamos hechos para la democracia, o quizá sea ésta la que no esté hecha para nosotros. En cualquier caso, votar no es un derecho, es una responsabilidad, y en vez de reprochar todo a esos líderes que nosotros mismos hemos escogido, quizá España debería plantearse quién debe votar y quién no. Los votos de los paletos (sean de ciudad o de pueblo) matan a España, y quizá aumentar la edad para votar a los 21 años (como en EE.UU., cuna de la democracia moderna) y realizar un pequeño examen para poder inscribirse en las listas electorales evitarían que muchos nos preguntemos cómo es posible que haya ganado este o el otro candidato. Para conducir hace falta demostrar que vales, pues igual para votar, que aquí lo hace todo el mundo y sin saber ni lo que hace.

Origen de la Constitución de 1812 ("La Pepa")

A principios del siglo XIX España estaba viviendo uno de los peores momentos de su historia, bajo el reinado de Fernando VII, para muchos el peor rey de España. Pero el origen de "La Pepa" comenzó en 1808. Las disputas entre Carlos IV y su hijo Fernando por el trono habían disminuido el poder del Estado, carente de un líder serio. El pueblo solía apoyar al príncipe Fernando, ya que veían en él una salida a la administración de su padre. Finalmente Carlos IV abdicaría en su hijo en 1808. Sin embargo las disputas familiares seguían existiendo, y Napoleón, enterado de ellas, decidió realizar una de las mejores estrategias de las historia.

Por aquel entonces Francia ya estaba empezando a expandir su Imperio Napoleónico, que no solamente se basaba en conquista, sino en una serie de ideales mezcla de la Revolución Francesa (reciente en esa época, ya que data de 1789) con un sistema absolutista. Sin embargo en contra de Francia se encontraba Reino Unido, potencia que representaba todo lo opuesto a la Francia de la época. Aprovechando esta situación, Napoleón habló con Carlos IV y Fernando VII pidiéndoles permiso para que las tropas francesas cruzasen por España y llegar así a Portugal, aliado histórico del Reino Unido. Además les prometió, una vez conquistado Portugal, dividirlo en tres partes: una para Francia, otra para España y otra para Godoy, valido del rey. Ellos, imbéciles, aceptaron, y Napoleón también les invitó a su palacio en Bayona con la falsa promesa de mediar en sus disputas.

Una vez allí Napoleón les obligó a abdicar en su hermano José I, convirtiéndose en rey de España y encerrando en Bayona a los dos anteriores reyes. Este hecho es muy importante, porque en realidad España nunca formó parte de Francia, mantenía su reinado e instituciones propias. El caso es que las tropas que decían ir a Portugal se quedaron en España y Cádiz fue una de las pocas ciudades que consiguió resistir el cambio de poder, más que nada por su situación geográfica, sus murallas y la ayuda marítima británica. Allí se reunieron representantes de los distintos territorios de España (incluyendo América), los primeros parlamentarios, y se redactó el 19 de Marzo (día de San José, de ahí su apodo) la que sería una de las primeras constituciones del mundo, después de la estadounidense y la francesa. Tras la expulsión de las tropas francesas y un breve periodo de vigencia, Fernando VII la prohibiría, volviendo al absolutismo y propiciando la independencia de las regiones americanas en busca de libertad.

La podéis ver completa aquí, y en ella se refleja a la perfección la igualdad y las tradiciones españolas. Es, sin ninguna duda, la mejor constitución que ha tenido España, y volver a plantearla no sería algo tan descabellado, ya que EE.UU., el país más estable políticamente está regido por una constitución algo mayor que la de 1812.
Reunión de las Cortes de Cádiz en 1812

Yo sí me acuerdo del 11-M

Ya nadie se acuerda del 11-M. En las portadas de los periódicos de hoy, el ABC saca un nuevo peloteo al Rey, El País habla de los sindicatos y solamente El Mundo, La Gaceta y La Razón se acuerdan de esas doscientas personas. Sin embargo yo sí que lo hago. Recuerdo un 11 de Marzo de 2004 que estaba viendo la televisión con mi madre antes de ir al colegio, y que de repente saltaba la noticia de que habían puesto una bomba en la estación de Atocha; después resultó que había sucedido en varias estaciones de Cercanías. También me acuerdo que al día siguiente los profesores llenaron las paredes de mi clase con noticias recortadas de distintos periódicos, todas ellas hablando sobre el 11-M, con fotos de cuerpos decapitados, trenes destrozados con órganos repartidos por todas partes.

Al parecer unos inmigrantes musulmanes de Lavapiés habían tenido la gran idea de que con estar en España no bastaba, y que como dice El Corán, había que matar a los "infieles". Pues éso hicieron, seguir su religión, que más que religión es una ideología. Unos docientos muertos, todos iban a trabajar en tren, iban al centro de Madrid en Cercanías y en Atocha se bajaban para coger la Línea 1 de Metro, y todos muertos. Supongo que es lo bueno de vivir en la capital, nunca sabes cuándo te pueden poner una bomba; alguno diría que es emocionante.

Al parecer éste ha sido el pero atentado de la historia de toda Europa, cometido por los expertos en atentados, porque yo sí creo que fueron árabes los que lo hicieron. Pero cuando te vas a suicidar matando a doscientas personas contigo, no eliges una fecha al azar, porque tres días después había elecciones generales. también me acuerdo que el PP de Rajoy era el partido favorito para ganar las elecciones, pero una bomba y tres días después ya no lo era. Qué coincidencia, ese podría ser el móvil del crimen, ¿no crees?

Ocho años después los sindicatos ocupan más portadas que el 11-M, incluso en muchos sitios le dan más importancia al tsunami japonés de hace un año. Los muertos siguen en sus tumbas, sus familiares llenos de recuerdos interrumpidos, y los terroristas, los terroristas... libres. El juicio, por si no os acordáis, fue un desastre, y nadie sabe qué ha sido de los que ayudaron a cometer los atentados, de esos imanes que les instaron a cometerlos desde alguna mezquita del barrio de Lavapiés, o de esos expertos terroristas que les ayudasen a encontrar los explosivos. Nadie sabe nada de ellos, y lo peor es que a nadie le importa.

Con Franco...

... La gente se jubilaba con 65 años. Ahora es con 67.

... Se podía comprar una casa sin apenas hipotecarse. Ahora, ni con hipoteca se puede.

... El PIB crecía en un 7% anual. Ahora no solo no crece, sino que retrocede.

... En 1973 había 500.000 parados. Ahora superamos los 5.000.000.

... No existía el IVA. Actualmente pagamos un 21% más en cada compra.

... No peligraba la Seguridad Social (de hecho se creó durante este periodo). Ahora todo el mundo teme la implantación del copago o sistemas similares.

... Para cobrar la pensión máxima debías trabajar los dos últimos años antes de jubilarte y haber cotizado al menos durante 20 años. Ahora debes trabajar los últimos 15 años y haber cotizado durante 35.

... Una única persona (cabeza de familia) podía mantener con su salario a toda una familia numerosa. Ahora hacen falta como mínimo dos sueldos.

... Se crearon más viviendas de protección oficial que durante todos estos últimos años de democracia.

... Franco cobraba 168.477 Pta. al mes (#fuente), bastante menos que los 9.000.000 € anuales que gana ahora el rey.

... La gente en Bilbao inundaba las calles para festejar el día del Sagrado Corazón (#fuente). Ahora lo hace para apoyar a los terroristas.

Yo no viví durante el franquismo, de hecho, cuando nací en 1993 ya no existía ni el Muro de Berlín ni la URSS, pero éso no impide que haya escuchado muchas veces decir a gente que sí lo vivió aquello de «con Franco se vivía mejor» o «con Franco ésto no pasaba». Tal vez estos datos que se retiran de los libros de historia deberían salir más a la luz, ya que si ésto es una democracia, cualquier corriente política debe ser valorada, ¿no?
Plaza de Oriente (Madrid) durante un discurso de Franco

La gran mentira de la multiculturalidad

Una de las últimas citas de Zapatero dice así: «por defender la cultura me han dado hasta en la ceja». Y se queda tan tranquilo, sin toros en Cataluña. Es evidente que los socialistas desconocen lo que es la cultura española: la cultura no es el cine español, que solo es conocido en muestro país, sino el conjunto de tradiciones que nos hacen famosos.
Me atrevería a decir que España es el país de Europa con una mayor y mejor cultura, y ésta es toda producción nuestra, no fruto de fusión de culturas. Y digo ésto último porque ahora está de moda lo multicultural, decir que España no tiene cultura propia, sino que ésta es mezcla de muchas, en un claro menosprecio a lo español pero que queda muy progre. España tiene la misma mezcla de culturas que el resto de Europa, ninguna.

La multiculturalidad proviene del deseo progre de concederle algún tipo de derecho a los musulmanes de propiedad sobre España con tal de joder a los cristianos. Pero lo cierto es que durante la Edad Media no hubo intercambios culturales entre cristianos, musulmanes y judíos, como se insinúa en las series de Antena 3 como Toledo (y cuando digo intercambios culturales me refiero a cosas inmateriales, no me vengáis con la Mezquita de Córdoba). El único intercambio cultural que se produjo fue como en la película 300, cuando Leónidas dice aquello ante la batalla de «pero si llevamos intercambiando culturas todo el día». Os recuerdo que lo musulmán fue una invasión producida en parte por la acción de traidores, algo parecido a lo que ocurre ahora. Durante todos esos siglos los musulmanes imponían impuestos a los cristianos que vivían en el territorio conquistado. La historia del Cid es la de la E. Media, una lucha interminable para expulsar al invasor musulmán. El intercambio cultural debía ser tal que los judíos tenían que vivir en barrios separados, las juderías, claro ejemplo de la tolerancia. Y cuando terminó la Reconquista los cristianos debían estar tan agradecidos a los musulmanes y judíos por su cultura que por éso lo primero que hicieron fue expulsarlos.

Otra leyenda sobre el intercambio cultural es la sangre de los españoles, es decir, la procedencia de nuestros antepasados. En la E. Media era impensable que un judío o musulmán tuviese relaciones con una española (o viceversa), de hecho hasta vivían en barrios separados. Por otra parte, la inmensa mayoría de los españoles tenemos como origen el norte de España, solo hace falta ver la genealogía de los apellidos, todos provienen del Norte, y esto es así porque somos descendientes de los conquistadores, ya que al fin y al cabo la península estaba despoblada. Y prueba de esta despoblación son las formas de repoblación, al principio, en el Norte, se le daba el terreno a agricultores independientes, de ahí los minifundios y los concejos del norte de España, pero conforme avanzaba la Reconquista se vio que era mas útil los latifundios y entregarle el territorio a un señor feudal que crease un núcleo de población. Por si todavía alguien duda, también hay que recordar que se expulsaron en sucesivas ocasiones a musulmanes y judíos, y no era tan fácil esquivar la expulsión, ya que en esa época todos se conocían y sabían perfectamente quiénes eran los judíos y quiénes los musulmanes. Esto no me lo invento, se estudia en 2º de Bachillerato, y tiene pruebas que lo refutan, a diferencia de las teorías multiculturales inventadas por los progres.

El lastre de las autonomías

    La unidad es una propiedad fundamental. Éso es algo que se ha sabido desde la Edad Antigua, donde las civilización que permanecía más unida era la quetriunfaba, véase el Imperio Romano. Centrándonos en España, ya ñas disputas internas de la época visigoda hicieron que unos unidos árabes nos conquistasen durante la Edad Media. Y fue precisamnte en esta edad en la que mientras los cristianos permanecían divididos en reinos y peleando entre ellos (Castilla, Aragón, Navarra y Portugal) no reconquistaban nada, y no sería hasta 1212 y la Batalla de las Navas de Tolosa cuando verdaderamente se haría una política de reconquista común y efectiva. Hasta los musulmanes se dieron cuenta en la Edad Media de que cuando estaban divididos en taifas no podían hacer nada.

    Lo que quiero decir con esta mal dada lección de Historia es que hemos tenido cientos de ejemplos que ratifican uno de los mejores dichos jamás dichos: la unión hace la fuerza. En España tardamos lo suyo en aprenderlo, ya que no fue hasta 1714 cuando se suprimieron todos los organismos territoriales autónomos (virreinatos) centralizando el estado siguiendo el exitoso modelo francés. Aunque más tardaron en enterarse los italianos que se unificaron en el siglo XIX y aún más los alemanes, que han tenido numerosas reunificaciones hasta los años 90 y la caída del Muro de Berlín.

    Pero ese mal extinto en España a partir de 1714 volvería en 1931 con la II República, en la cual solamente Cataluña disfrutaba de este dudoso título. Con la vuelta de la democracia volvieron las autonomías, esta vez para todos, faltaría más en un estado democrático,y por tanto, defensor de la igual. El problema es que España y Alemania son los únicos países de la unión Europea que tienen algo similar a las autonomías. ¿Y por qué a Alemania le va bien y a España no?
  1. Porque históricamente Alemania ha estado dividida en distintos reinos y principados hasta el siglo XIX, teniendo una economía adaptada al federalismo, y en España se nos impusieron las autonomías en 1978.
  2. Porque pueden permitírselo y nosotros no, así de sencillo. LLega la hora de hacer recortes, y son las autonomías las que generan la mayor parte de la deuda española. Yo no pienso permitir que España se siga endeudando para satisfascer el deseo de cuatro independentistas (el 7% de la población española). ¿Y tú?

La historia oculta del PSOE

Pablo Iglesias
    El PSOE es el partido político más antiguo de España, y a pesar que en estos últimos años se presente como luchador de la igualdad y defensor de la democracia, lo cierto es que sus más de cien años de historia están llenos de escándalos que hacen tambalear sus actuales valores. Se fundó en el siglo XIX, en el año 1879, influenciado por las corrientes marxistas y de tendencia golpista.

    Pero poco después comienzan a suceder una serie de episodios de la España revuelta de aquella época. En 1909 se produjo la famosa Semana Trágica de Barcelona, incitada, entre otros, por el PSOE. Durante este periodo se produjeron asesinatos de clérigos, destrucción de mobiliario público... todo acabó, como indica su nombre, trágicamente. Fue precisamente un año después de estas revueltas cuando el PSOE obtuvo representación parlamentaria. Más tarde, en 1917 sería detenido junto con Largo Caballero durante una huelga y condenado a cadena perpetua, si bien un año más tarde misteriosamente volvió a ejercer de diputado.

    Fue durante estos primeros años del siglo XX cuando el PSOE se opuso al voto de la mujer, una actitud que choca bastante con la apariencia actual del partido y que desarrollo en este artículo. También apoyó activamente a la Segunda República, participando en la Revolución de Asturias que acabó con decenas de muertos y apoyando los gobiernos socialistas de esta época, bajo cuyos mandatos se permitió con total pasividad la violación y asesinato de monjas, de sacerdotes, la quema de iglesias y las contínuas ofensas al Cristianismo.

    En la actual democracia el PSOE se ha hecho famoso sin embargo por los numerosos casos de corrupción habidos en sus filas. Los casos más famosos fueron:
  • Con Felipe González: El GAL, organización de asesinos financiada con dinero público a través del PSOE; caso PSV, consistente en el fraude cometido por la rama sindical del partido, la UGT, y el famoso caso FILESA, consistente en una serie de empresas que financiaba ilegalmente el PSOE.
  • Con Zapatero y Rubalcaba: El caso de los EREs falsos; el caso del bar Faisán consistente en informar a etarras de sus próximas detenciones; 17 ayuntamientos socialistas relacionados con tramas urbanísticas; 87 miembros socialistas imputados en casos de corrupción solamente en Andalucía; el caso Pretoria, y el reciente caso Campeón en el que se encuentra implicado Pepiño Blanco. En total hay actualmente 264 casos de corrupción abiertos contra el PSOE.

«Igual nos hubiera ido mejor si nos hubiéramos quedado con Portugal y no con Cataluña»

    La noticia ha saltado a todos los medios de comunicación (al menos de Internet) tras las palabras de Peces-Barba, concretamente estas: «igual nos hubiera ido mejor si nos hubiéramos quedado con Portugal y no con Cataluña». Sinceramente yo no veo polémica alguna, ya que aparte de no afirmar nada, sino insinuar con un "igual...", todos los días salen catalanes diciendo que les iría mejor si estuviesen separados de España, y nadie dice nada, así que porque una vez alguien diga lo contrario, no es para tanto.

    Pero analicemos la hipotética situación de la que habló Peces-Barba. Según él el gobierno del Imperio Español allá por 1640 cuando el Sol no se ponía sobre España y demás pudo elegir entre luchar por la permanencia de Portugal o de Cataluña, decidiéndose por esta última y condenándonos a más de cuatro siglos de petulantes paletos que creen que gracias a ellos vivimos el resto de españoles. Sin embargo si mis apuntes para la pasada Selectividad no me fallan, la situación no fue así del todo. El por aquel entonces Valido de España, el Conde-Duque de Olivares pretendió imponer la denominada Unión de Armas, que consistía en que todas las regiones (o virreinatos) de país, como podían ser Castilla, Cataluña, Portugal, Nápoles, Sicilia, Perú... aportasen hombres y dinero para el ejército, una carga que asumía prácticamente en su totalidad Castilla. A esas que algunos catalanes se preguntaron : ¿pagar más dinero? Y comenzaron unas series de revueltas como las del Corpus de Sangre y los segadors en Barcelona en las que asesinaron al Virrey de Cataluña y nombraron Conde de Barcelona al rey de Francia (Luis XIII). Sin embargo la aparente separación de España y adhesión a Francia trajo consigo una crisis, y así por las malas se dieron cuanta de qué era lo mejor y en 1652 los rebeldes se rindieron.

    Sin embargo la independencia de Portugal fue totalmente distinta (empezando porque fue efectiva). Mientras que las revueltas catalanas no estuvieron organizadas, los portugueses estaban dirigidos por la nobleza del país, que al igual que los políticos separatistas actuales, no se conformaban con ser virreyes y aspiraban a ser reyes. Aparte de la mejor organización el apoyo de Inglaterra, que se apuntaba a todo lo que fuese contra España, hizo que culminasen su proceso que, como acabo de decir, era muchísimo más profesional.

    A pesar de todos estos hechos, si el gobierno español de aquel entonces hubiese conseguido la permanencia de Portugal a cambio de la pérdida de Cataluña, no tengo ninguna duda de que nos hubiese ido mejor, como afirma Peces-Barba. Por aquel entonces la permanencia de Portugal hubiese significado también la permanencia de su principal colonia, Brasil, algo que habría aportado más beneficios a las arcas del reino que si se hubiesen perdido. Al ser por aquel entonces (Portugal) una gran potencia mundial, el poder de España habría seguido aumentando y probablemente la posterior Guerra de los Treinta Años en la que participó (y perdió) España habría cambiado de destino. Al igual que en los países hispanohablantes, el español habría triunfado en Portugal y sus colonias, por lo que en la actualidad habría unos 700 millones de hispanohablantes y no los actuales 500 millones, por lo que nuestra lengua tendría mayor peso internacional que el inglés. Deduciendo que la historia del país hubiese seguido la misma progresión, en esa actualidad alternativa España tendría 51 millones de habitantes (ahora tiene 47 millones) y por lo tanto más peso en la política europea. Además el producto interior bruto pasaría de los 1.395.421 millones $ a 1.468.251 millones $. Socialmente Portugal tiene un carácter más conservador que la mayoría de las regiones de España, incluida Cataluña, por lo que la creación de la Constitución y los sucesivos gobiernos tal vez no habrían sido tan desastrosos como los que hemos tenido.

¿Quién fue el primer rey de España?

Ataúlfo, primer rey visigodo de España
    Hay una pregunta que siempre me he hecho:¿quién fue el primer rey de España? Normalmente la gente piensa en los Reyes Católicos, pero lo cierto es que España ya existía siglos antes, bajo el reinado de los visigodos, siendo ese reino uno de los primeros de Europa, junto con Francia.

    Decidido a investigar, me di cuenta de que hace muchos años los alumnos debían memorizar una larga lista de reyes godos, así que supuse que el primero de la lista sería el que buscaba. La lista completa está aquí, y el primero de ella resultó ser Ataúlfo. Investigando más me di cuenta que es un tema un tanto polémico, ya que no todos los historiadores coinciden, y algunos consideran primer monarca a Leovigildo, otros a Recaredo y otros directamente a los Reyes Católicos, opinión que no comparto ya que desde la caída del Imperio Romano hasta la conquista (y posterior reconquista) de parte de la península por los musulmanes hubo un periodo histórico en el cual España (Hispania) permanecía unida y tenía una extensión similar a la de las actuales España y Portugal. La historia más desarrollada se puede encontrar aquí.

    Ataúlfo fue el sucesor del rey visigodo Alarico I, que fue su primo. Su reinado fue corto (410-415), y durante este periodo gobernaba una zona que comprendía toda la península ibérica y el Sur de Francia, con capital en Toulouse (Francia). Este reino se formó tras la caída del Imperio Romano y fue el origen de España, Portugal y Francia. A comienzos del 415, un año antes de su muerte, trasladó la capital del reino a Barcelona, dentro de la zona denominada como Hispania, hecho con el cual se establece la creación de España como país totalmente independiente de otros, ya fuese el Imperio Romano o los godos franceses. Tras su muerte le sucederían un total de 32 reyes hispano-visigodos, destacables Leovigildo y Recaredo, y siendo Ataúlfo el primer rey (visigodo) de España.

¿Es Zapatero el peor presidente de la historia de España?

    Ahora parece fácil etiquetar a Zapatero como el peor presidente de la historia, pero lo cierto es que hemos tenido muchos mandatarios que han dejado mucho que desear y que, poco a poco, han conseguido que un país que podría estar a la altura de Alemania o Inglaterra esté a punto de ser rescatado por su mala gestión económica.

    Normalmente cuando alguien habla de presidentes de España normalmente piensa a partir de 1978, de la última constitución, pero lo cierto es que hemos tenido presidentes desde 1933, a partir del reinado de Isabel II y la abolición del absolutismo, siendo los primeros Cea Bermúdez y Martínez de la Rosa. Así que partiendo del siglo XIX he hecho una lista de los que son, a mi parecer, los peores presidentes.
  • Baldomero Espartero: Miembro del Partido Progresista, dio golpes de estado y mandó bombardear Barcelona. Acabó exiliado.
  • Salustiano Olózaga: Acusado de usar la violencia contra la Reina para conseguir la disolución de las Cortes, huyó y marchó al exilio.
  • Estanislao Figueras: Primer presidente de la I República, bajo su corto mandato (cuatro meses) hubo dos intentos de golpe de estado, se proclamó un estado federal y terminó huyendo a Francia.
  • Francisco Pi y Margall: Sucesor de Figueras en la I República, duró solamente un mes en el gobierno, siendo el presidente más corto de nuestra historia, pero en esas semanas se produjo la Revolución del Petróleo, se proclamaron diversos cantones (pequeños estados independientes) y comenzó la Revolución Cantonal.
  • Manuel Azaña: II República, asesinatos, inestabilidad política, Guerra Civil... poco más que añadir.
  • Zapatero: Y por último nuestro Zapatero, con sus matrimonios homosexuales, sus clausuras del Valle de los Caídos, sus 5.000.000 parados, su crisis, su recesión, y ahora, quizá, el rescate europeo.
    Ha habido muchos malos presidentes, y todos relacionados con partidos progresistas.

La Guerra Civil en imágenes (documental)

    Hace 75 años que comenzó la Guerra Civil. Como conmemoración, aquí os pongo esta serie de vídeos que creo que son un gran resumen de lo que fue la Guerra Civil Española desde un punto de vista neutral, ya que es un documental francés.

Yo contra Franco (la culpa la tiene Franco)

Francisco Franco mostrando su "humildad"
    Creo que España es el único país que habiendo sido la potencia dominante durante dos siglos (XVI y XVII) no se encuentra en la actualidad entre las primeras potencias mundiales. Pensando creo que he llegado al problema: la posguerra y el aislamiento político. Pongamos un punto de partida, el año 1939, y cinco países: España, Italia, Japón, Portugal y Grecia. Salvando diferencias puntuales, estas cinco naciones estaban igualadas en cuestiones económicas; países alejados de la élite financiera de su momento. Sin embargo el camino que han seguido es muy distinto: Italia y Japón son miembros del G-8, mientras que Portugal y Grecia han sido intervenidos por la Unión Europea, y España, bastante más cerca de lo segundo que de lo primero.

    España, con más de 47 millones de habitantes debería ser uno de los principales productores de Europa, pero ésto no es así. Evidentemente gran parte de la culpa es de la actual crisis y de la mala, malísima gestión de Zapatero y el PSOE en conjunto, pero también es cierto que llevamos arrastrando un lastre desde hace décadas, lo dicho antes, la Guerra Civil, la posguerra y el posterior aislamiento político. Lo común entre España, Grecia y Portugal es que los tres países han tenido dictaduras que han durado desde la primera mitad del siglo XX hasta los años setenta, y tienen constituciones, por lo tanto, redactadas en los años 1978, 1975 y 1976 respectivamente. Además todas estas dictaduras fueron de derechas, o de carácter conservador, como quieran llamarlo.

    Viendo estos datos es fácil pensar que las dictaduras tuvieron parte de la culpa del retraso actual de los países, y más si observamos que la totalidad de las dictaduras actuales se sitúan en países del tercer mundo mientras que todas las potencias del primer mundo son democracias. Pero nos quedan dos países: Italia y Japón. Terminada la Segunda Guerra Mundial, a pesar de haber apoyado al bando perdedor se les dotó de constituciones en los años 1948 y 1947, manteniéndose vigentes en la actualidad.

    En resumen, que llevamos arrastrando durante décadas un retraso económico respecto al resto de potencias económicas debido a la mala gestión política producida durante la posguerra y al aislamiento político, consecuencia de la implantación de una dictadura tras la Guerra Civil en vez de una democracia europea. Además, si terminada la guerra hubiésemos tenido una constitución (de las de verdad, no como la de 1931) probablemente no existiría el estado de las autonomías ni otros lastres económicos que impiden que el país se desarrolle correctamente.

    De todas formas, ya que estamos le quiero echar a Franco la culpa de otra cosa: la mala imagen de la derecha en España. Tiene tan mala imagen que ni los partidos políticos de derecha admiten serlo, prefieren decir que son de "centro", incluso la Falange (¡Ja!). Debido al franquismo en España se relaciona derecha con dictadura e izquierda con libertad, mientras que en el resto del mundo, tal vez por la URSS, la relación es justo la contraria. Si Franco hubiese dado paso a una democracia en la década de los cuarenta, quizá hubiésemos vuelto a la élite económica, y quizá, debido a la hipotética buena imagen de la derecha, ésta habría gobernado durante la mayor parte de la democracia (como en Japón) y no como ahora que el PSOE gana por goleada.

Proyecto C.E.D.A.

    Viendo los resultados electorales, lo primero que debo hacer (y que les fastidiará a muchos) es felicitar al Partido Popular por sus previsibles victorias en ayuntamientos y comunidades, entre ellos Madrid. Pero, aunque evidentemente el PP es mejor partido que el PSOE, en todos los sentidos, también deja mucho que desear, ya que pienso que no satisface a sus votantes. Y me explico: yo he votado al PP, pero porque es el único partido calificable de "derecha" con presencia parlamentaria, ya que el resto son claramente minoritarios y sus posibilidades de conseguir representación son nulas. Pero mi descontento con el PP se centra en su incapacidad para acabar con el estado de las autonomías y, sobretodo, en su ansia de conseguir el voto inmigrante con propuestas electorales que dejan de lado la opinión de los españoles, soberanos del país, con tal de satisfacer al voto inmigrante.

    La C.E.D.A., Confederación Española de Derechas Autónomas, surgió en España en el año 1933 como oposición al gobierno socialista de la II República. Como ahora, los partidos de derecha estaban divididos en decenas, cada uno con propuestas similares a las del otro, pero con líderes avariciosos que no querían soltar la vaga posibilidad de llegar a ser presidentes. Sin embargo su unificación dio un vuelco a las elecciones que se celebraron unos meses después de su unificación, en el mismo 1933, pasando a ser el partido más votado en un periodo tan convulsivo como esa década.

    Actualmente hay muchos partidos españoles de tendencias conservadoras que, a diferencia de la C.E.D.A., no establecen relaciones de uniones entre ellos. Un ejemplo claro es la multitud de falanges que hay. Evidentemente, con este artículo no conseguiré nada, pero aquí os dejo una interminable lista de formaciones conservadoras que, mirando intereses propios, son incapaces de unirse y formar una C.E.D.A., una alternativa para los votantes de derecha.
  

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