jueves, 31 de enero de 2013

MIGUEL ÁNGEL
La Escultura "LA PIEDAD"

ANTECEDENTES
El trato para esculpir esta maravillosa escultura comenzó con la redacción de un detallado contrato, firmado el día 27 de Agosto de 1498 entre, por una parte, el Cardenal Jean Bilhéres de Lagraulas, obispo de Villiers y de San Dionisio y por la otra el banquero - comerciante Jacopo Galli, amigo y representante legal de Miguel Ángel Buonarroti, escultor florentino, de 23 años de edad. (Leer el texto del contrato).

Cabe destacar que el Cardenal estaba en Roma desde el 1494 como embajador del Rey de Francia (Carlos VIII cuando invadió Italia), realizando acuerdos con el Vaticano (Reinaba entonces el Papa Alejandro VI).
La relación entre Miguel Ángel y Jacobo Galli, residente en Roma, se debió a un amigo del artista, de nombre Baldassarre Balducci, florentino. El joven artista ya contaba con un historial artístico muy prometedor por sus esculturas juveniles y por las realizadas en Bolonia.
En aquel entonces, Miguel Ángel (tenía 21 años) estaba todavía al comienzo de su larga vida artística y se dirigía a Roma con sus recomendaciones y la promesa de otros trabajos.
Jacopo Galli, banquero y comerciante, amante de obras de arte, encargó a Miguel Ángel la escultura del monumental "Baco" (alta 203 centímetros). La estatua, realmente magnífica, fue terminada en 1497 y dos siglos después fue trasladada a Florencia en el Museo del Bargello. El artista también esculpió otras obras menores para Galli (dos cupidos) . El Banquero quedó admirado por la potencialidad artística del joven escultor, del cual se hizo muy amigo.
En 1498 Jacobo Galli, debido a su actividad , supo que el Cardenal Dionisio (así era llamado en Roma por la dificultad fonética de su nombre francés) deseaba encargar una escultura que debía representar a la Virgen María con Jesús en sus brazos recién bajado de la cruz. El Cardenal pensaba utilizarlo para su propia sepultura. El banquero quiso intermediar entre el Cardenal y el Miguel Ángel, con el fin de que éste se hiciera cargo de la obra. Es entendible que Galli también haya tomado responsabilidades financieras, por no tener todavía, su protegido de 23 años, el prestigio generalmente requerido para ejecutar una obra de esa complejidad y a ese precio -450 ducados de oro-. (Ver nota sobre dudas razonables).

De acuerdo a lo que se entiende, leyendo el contrato, es que Galli recibió un adelanto a utilizar para la adquisición del mármol necesario ya antes de la firma del documento, y parece que Miguel Ángel viajó a las canteras de los Alpes Apuanos en Toscana para elegir el bloque de mármol más apropiado; este hecho demostraría la buena relación personal, la confianza y el respeto entre el Cardenal y Galli.
En resumen: Miguel Ángel, una vez firmado ese contrato, comenzó a trabajar para realizar la escultura pactada, que debería terminar en el plazo de un año. La misma se bautizó liego como “La Piedad”.
LA ESCULTURA DE LA PIEDAD
Miguel Ángel inició la tarea encomendada a fines de Agosto de 1498, con un proyecto bien claro: la escultura debería verse entera, de modo tal que podría mirarse desde todas las direcciones. El conjunto marmóreo, una vez terminado, tenía una forma redonda cuyas medidas eran de 174 cm. de altura por 195 cm. de longitud de base.
La escultura es una composición piramidal y proporcionada, que muestra el cuerpo de Jesús muerto, bajado de la cruz y depositado sobre los numerosos pliegues de las amplias vestimentas que cubren el regazo de la Virgen. El brazo derecho de Jesús cae inerte, en contraposición del brazo izquierdo de María que es libre, lleno de vida y mostrando consternación. El brazo derecho de la Virgen sostiene el torso de Jesús.
Detalle de la cara y el torso de Jesús. Se nota la mano del brazo derecho de la Virgen sujetando el torso de su hijo muerto. El rostro de Jesús, fotografiado de medio perfil, muestra una expresión plácida, casi descansada. Se interpreta como el hecho de que Jesús cumplió su mandato en la tierra y su tranquilidad reemplaza todo signo de padecimiento físicos sufrido en su pasión.
La cabeza de la Virgen muestra una joven, bella y piadosa, mirando el cuerpo de su hijo muerto apoyado en los pliegues de sus vestiduras . Su expresión refleja una pena infinita y una gran ternura. Miguel Ángel dio a María una juventud muy extrema comparándola con la de su hijo muerto, pero eso fue intencional. El Artista quiso representar la espiritualidad de la Virgen como condición sobrenatural, la cual no tiene edad y solo muestra una eterna belleza.
Detalle de las facciones de Jesús. Tomada la foto desde una posición frontal, se confirma su expresión extremamente apacible, sin ningún síntoma de las torturas a las cuales fue sometido antes de fallecer. Miguel Ángel creó un Jesús muy tranquilo, satisfecho de haber cumplido su misión.








































ALGUNOS DETALLES DE LA ESCULTURA


 








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