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jueves, 24 de enero de 2013
Parque General San Martín
Desde hace más de un siglo el Parque General San Martín constituye de los espacios verdes urbanos más importantes de la tanto por su extensión como por la cercanía a la ciudad de Mendoza. Actualmente abarca 307 hectáreas cultivadas, 17 . recorridos y 82 hectáreas de expansión. Este
símbolo del avance del hombre sobre el desierto caracteriza a la
sociedad mendocina en su esfuerzo cotidiano por una mejor calidad de
vida.
Haciendo un poco de historia, el origen del gran paseo se
remonta al 6 de noviembre de 1896, cuando se sanciona la ley N°19 que
autoriza la creación del Parque del Oeste, nombre original del predio.
El
arquitecto Carlos Thays, renombrado paisajista francés, fue la persona
designada para proyectar el trazado en donde se conjugan la tradición
inglesa y francesa propias de la jardinería del siglo XIX.
La
entrada principal del Parque está jerarquizada por los Portones, cuyo
emplazamiento data de 1909 y están coronados por la figura de un cóndor y
el escudo de Mendoza.
El patrimonio forestal con más de 300
especies originarias de América del Norte, Asia, Europa y Australia lo
han convertido en un universo vegetal, lleno de calles y caminos
especialmente construidos para hacer más placentero su recorrido.
Podríamos considerar al Parque como un gran museo escultórico abierto con más de 34 piezas que decoran paseos y jardines.
Los
turistas y visitantes cuentan con restaurantes, camping, churrasqueras,
unidades de servicio y servicios de traslados y visitas guiadas a bordo
de confortables minibuses.
Enmarcado por una gran variedad de
rosales y reproducciones escultóricas se encuentra El Rosedal, un paseo
peatonal de estilo francés inaugurado en 1919.
A su vez, esa
magnífica vista basa su esplendor en el Lago del Parque, una obra de
recreación de gran envergadura que tuvo sus orígenes en 1906 y desde
entonces brinda a los amantes de las regatas un lugar donde practicar
esta disciplina. En cualquier estación, nuestro Parque nos espera
para brindarnos secretos de la naturaleza que sólo ahí podremos
descubrir, con sus riquezas naturales, históricas y artísticas. HISTORIA DEL PARQUE
A
fines del siglo XIX, luego del terremoto de 1861, Mendoza se encontraba
con graves problemas sanitarios (epidemias de difteria, cólera y
sarampión) y aluvionales (inundaciones). En el proceso de la
construcción de la nueva ciudad, la penitenciaría había quedado ubicada
dentro de los límites de la misma (en donde hoy se encuentra el Plaza
Hotel), lo que también significó otro factor negativo, que necesitaba
urgente solución. En 1895, bajo el gobierno de Moyano, Emilio Civit,
Ministro de Obras y Servicios Públicos, promueve la ley número 3 para
poblar el Oeste. En ella los objetivos fundamentales eran la reubicación
de la Penitenciaría, la defensa aluvional a través de la forestación y
la problemática sanitaria. Con este fin se contrató al médico higienista
Emilio Coni, con el cargo de Director de Salubridad, quien al cabo de
seis meses edita una obra sobre las posibles soluciones sanitarias.
El
6 de noviembre de 1896 se dicta la ley número 19, que es la norma de
creación del Parque del Oeste. Se contrato al Paisajista francés Carlos
Thays,, autor de otros importantes parques en Argentina (Parque 9 de
julio, Parque Sarmiento, Jardín Botánico, Parque Nahuel Huapi) para
proyectar el Parque del Oeste.
Los parques y jardines diseñados
por Thays ofrecen una amplia gama de variantes en las que predominan las
formas curvas y elípticas y un ordenamiento espacial dinámico, rico en
perspectivas, asimetrías, con poca rigidez. En ellos se ligan de modo
particular la tradición francesa y la inglesa que tan acertadamente
había sintetizado la jardinería del Siglo XIX.
El 11 de noviembre
de 1896 se presentan los planos del Parque, cuyos límites eran: al
Este, el canal Jarillal (calle Bolougne Sur Mer); al Oeste, el canal del
Oeste (el cual fue modificado para riego); al Norte, la calle Unión
(actual Avda. Emilio Civit); y al Sur, el Hipódromo Andino (Hipódromo
del Jockey Club, Hospital Lencinas, etc.).
El proyecto original
de Thays abarcaba 329 ha. forestadas y reservaba 70 ha. adicionales para
quintas (lo que confirma el propósito elitista del Parque). El Agrónomo
Domingo Barrera es el responsable de ejecutar los planos de Thays,
trazando caminos, emparejando y limpiando el terreno, creando viveros,
delimitando sectores y acequias.
Para las tareas de forestación
se debió superar un suelo pedregoso y árido y un clima continental seco
(desértico) con grandes diferencias entre invierno y verano. Estas
condiciones llevaron a los primeros fracasos: las plantas, colocadas
inicialmente sucumbieron ante las condiciones adversas.
El riego
se debía realizar, a falta de mejores posibilidades, en agua
transportada en carros municipales tirados a caballo, y regar cada
planta con balde
La construcción del Parque desata una polémica
entre oficialistas y opositores. El gobierno sostiene que el objeto era
subsanar las deficiencias sanitarias de ese momento (el efecto logrado
fue la purificación atmosférica varios años más tarde), La oposición
afirmaba en cambio, que semejante proyecto respondía a fines elitistas y
que con una inversión menor se podían solucionar problemas sanitarios
más importantes (cloacas, agua potable, acequias).
Las primeras
realizaciones fueron el torreón modelo para la cárcel, pabellones del ex
Hospital Emilio Civit, terrenos fiscales para el Ejército (101 ha.
cedidas a la Nación) y el Tiro Federal (inaugurado en 1897)
En
1899, se instala la primera institución del parque, y es la Escuela
Nacional de Vitivinicultura, hoy Liceo Militar General Espejo.
En
el año 1900, durante el gobierno de Jacinto Alvarez, se realizan en
forma simultánea los bosquecillos, viveros, armado del Zoológico
(ubicado en el sector del actual teatro Pulgarcito), y un sector de
árboles frutales para obtener recursos para su autosustento.
En
1906, durante el gobierno de Emilio Civit, se introducen reformas en los
planos originales del lago artificial; se instala una vía férrea con el
fin de sacar la tierra para hacer el lago artificial, y posteriormente
se lo recicla para hacer paseos con gente.
En 1897, se da la
concesión al Club Rivadavia, y en 1898 al Club Mendoza de Regatas. Por
problemas económicos las obras se paralizan hasta la llegada del nuevo
siglo. En 1910 el parque se extiende hacia el Oeste, abarcando el
Cerro del Pilar, hoy Cerro de La Gloria. La Banda de Música de la
Policía de Mendoza ofrecía conciertos y desfiles todos los domingos en
el Quiosco de Música que se encontraba en el predio de la calesita. El
parque comienza a poblarse de estatuas con la adquisición de la Fuente
de los Continentes (1911), Diana y Endimión (1911), La Agricultura
(1913), Caballitos de Marly (1914).
La Sociedad de Damas de la
Caridad obtiene 1ha. para la construcción del asilo de huérfanos hoy
Monseñor Orzali. Este mismo año se le cede a la colectividad española un
prado para realización de sus fiestas.
En 1918 se crea el
Rosedal, se adquiere la estatua de La Pureza, la Fuente y las pérgolas,
las figuras Lampadarias, El Niño, entre otros ornamentos.
En
1920, se construyen la Dirección de Parques y Zoológico, el edificio que
ocupa hoy la Dirección de Recursos Naturales Renovables, donde
inicialmente tuvo su espacio la primera radio de Mendoza "L.0.U.", la
cual comienza a transmitir en 1925 a cargo de Bradley. En el año 1927 es
intervenida y modificada, y el 28 de julio del mismo año inaugura
oficialmente la Radio del Parque. Los jueves y domingos transmitía desde
el Quiosco de Música, y los martes y jueves desde las escuelas, los
días restantes, se transmitía desde la planta a partir de las 21 hs.,
siendo la más importante del interior del país
En 1922 se
concesionan 3 ha. al Club Independiente Rivadavia y en 1923, 3 ha. más
al Club Gimnasia y Esgrima, y en 1928 al Nacional Sport Club (hoy Andino
Ténis Club). En 1995 se inaugura la línea de tranvía número 3 que llega
hasta el parque. En 1932, se le concede al Golf Club 21.5 ha.
En
1933, se crea a el Parque Aborigen con el objeto de tener la flora
regional autóctona en un mismo lugar. En 1936, se le entrega 4.000 m2 a
la Nación para instalar el Observatorio Meteorológico Nacional. Se
realiza la primera Fiesta de la Vendimia. Se comienza a construir el
balneario provincial Playas Serranas. En 1937, se construye el nuevo
embarcadero del lago.
En 1940, se emprenden nuevas reformas en el
Parque, a cargo del Arq. Daniel Ramos Correas. Entre sus reformas, las
más destacadas son: suprimir las balaustradas y portones peatonales que
no habrían pertenecido a los portones originales, y cercas existentes a
lo largo de la Avda. Boulogne Sur Mer. También se trasladó el Jardín
Zoológico a la ladera Este del Cerro de la Gloria, utilizando la premisa
de dar la sensación de libertad a los animales aprovechando los
accidentes naturales del terreno. Como tarea complementaria se plantan
3.000 árboles forestales y frutales, y se construyen dos tanques de
250.000 lt de capacidad para asegurar el riego artificial. Se remodela
el Cerro de la Gloria, se crea el Teatro Griego, el Teatro Pulgarcito,
etc.
En 1947, por la Ley 1744, se impone el nombre de Parque
General San Martín y se cambia el nombre de la avenida Uriburu por Del
Libertador.
En 1976, se construye el Estadio Provincial Islas Malvinas, y el C.R.I.C.Y.T.
Ubicacion
-Plano del Parque
Esculturas: - Los Portones de ingreso Fue
el deseo de dar un acceso apropiado a la magnitud del parque, siguiendo
la costumbre de jardines y parques europeos, lo que llevó al gobierno
provincial a incorporar estos monumentales portones. Fueron adquiridos
durante el gobierno de Emilio Civit a la fundición de “Walter
Macfarlaine & C°”, Saracen, Glasgow, de Escocia. Con esta obra el
parque quedó desde sus inicios configurado por un espléndido ingreso.
Según
consta en registros de gobierno ya en noviembre de 1908 los portones se
encontraban colocados. El proyecto de colocación fue realizado por el
ing. Juan Molina Civit y la dirección de las obras de construcción del
basamento y montaje de los portones quedaron a su cargo. Al año
siguiente de su colocación se los elogiaba como una “…grandiosa
construcción de fierro fundido, verdadera obra de metalurgia”.
Las
obras llevadas a cabo comprendieron también el agregado de dos portones
peatonales, fundidos en Mendoza y balaustradas que delimitaban los
extremos. Estos elementos fueron retirados durante la remodelación
realizada por Ramos Correas a fines de la década de 1930, por lo que los
portones que apreciamos actualmente son los que corresponden a la
fundición escocesa. El conjunto se compone de tres portones de
hierro, de dos hojas cada uno, unidos por verjas. La abertura del acceso
principal posee 6,30 m. de ancho por 6,70 m de alto y las laterales
3,90 m. de ancho por 4,71 m. de alto. Las verjas se encuentran montadas
sobre un basamento de piedra (granito) de 0,85 m. de altura. El conjunto
alcanza una longitud de 31,50 m. y en su punto más alto 9,40 m. de
altura.
La forma de cada portón es recta en los lados y con la
parte superior ligeramente curvada. La armadura de las hojas y verjas
está constituida por barrotes paralelos y ornamentados con elementos
decorativos, con pequeñas variantes en la disposición entre el portón
central y los laterales. En las batientes del acceso principal se
encuentra la estilización de columnillas decorativas, gárgolas (animales
monstruosos que combinan cabeza de dragón y cuerpo de pez) y cartelas
ovaladas, rematando en la parte superior en una crestería formada por
hojas de acanto dispuestas en forma de arabesco. En los portones
laterales se repiten los mismos motivos decorativos: columnillas,
gárgolas y hojas de acanto, rematando en la parte superior por motivos
de estrellas y lunas. Las rejas que unen los portones están decoradas en
la parte superior con estrellas y lunas alternadas.
Cuando
fueron colocados se incorporó en la crestería de cada portón el escudo
de la provincia, y en el principal la figura de un cóndor con sus alas
desplegadas, otorgando así un simbolismo altamente representativo de
Mendoza.
Durante muchas décadas se pensó, tal como afirmaba
Gerónimo Sosa, que los portones habían sido encargados por un sultán
árabe, Abdul Hamid II, y que habían quedado sin retirarse de fábrica
porque una revolución lo había obligado a abdicar, lo que otorgó la
oportunidad al gobierno de Mendoza de adquirirlos. Sin embargo, la
documentación histórica indica que la compra se realizó con anterioridad
a dicha revolución.
Originalmente los portones se encontraban
pintados en negro y dorado, pues así lo testimonió el viajero francés
Jules Huret, que visitó la provincia en 1909. Sin embargo durante mucho
tiempo estuvieron pintados de verde, hasta que en la restauración
llevada a cabo a mediados de 1990 el arq. Ricardo Ponte optó por volver a
los colores originales. Desde entonces podemos apreciar ampliamente los
detalles decorativos de este magnífico conjunto.
-Fuente de los Continentes
De
acuerdo a la documentación histórica encontrada, en 1910 el gobierno ya
había adquirido esta fuente ornamental. La obra, proveniente de la
fundición francesa “Val d’Osne” fue comprada en la casa importadora A.
Moteau de Buenos Aires, que poseían la representación de la firma
francesa.
El 31 de diciembre del mismo año el gobierno provincial
autorizó mediante un decreto firmado por el gobernador Rufino Ortega
(h), el pago de $ 9.350 m/n, a la casa A. Moteau de Buenos Aires, en
concepto de pago de la piscina de la “Fuente Monumental” para el Parque
del Oeste.
El tema principal es la representación de los
continentes: América, Asia, Europa y África. Deja de lado Oceanía que
hasta poco tiempo atrás estaba considerado parte del continente
asiático. Sigue los motivos característicos de las fuentes ornamentales
europeas de los siglos XVIII y XIX. En la parte inferior se ubica un
espejo de agua, conformado por una pileta de forma circular de 19,5 m.
de diámetro. Sobre el agua se encuentran distribuidas cuatro figuras de
sirenas que sostienen caracolas.
La segunda pileta es de hierro,
con cuatro vertederos con mascarones. En el centro de esta pileta cuatro
atlantes sostienen un plato cuatrilobulado que posee 5,40 m. de
diámetro. Están alternadas dos figuras femeninas y dos masculinas. Cada
figura es diferente y están acompañadas por dos putti (amorcillos). En
la fuente se destaca la forma hercúlea de los atlantes, que se
encuentran majestuosamente sentados. Poseen una gracia y plasticidad
exquisita. Levantan sus brazos para sostener el plato, mientras los
amorcillos juegan a sus lados. Las figuras están resueltas dentro de un
clasicismo académico de notable fuerza expresiva, con gran refinamiento
en las fisonomías, notable tratamiento anatómico y en el movimiento de
los paños que las envuelven. El plato posee en su parte inferior un
elaborado trabajo de relieves de motivos florales.
Sobre el plato
mayor se ubica uno de forma circular y de dos metros de diámetro,
sostenido por cuatro niños: dos femeninas y dos masculinos. Los niños
tienen una posición desenvuelta, se giran y voltean creando un ritmo de
suaves curvas. En la base donde se asientan se encuentran, en francés,
los nombres de cuatro continentes considerados: América, Asia, Europa,
África. En la parte superior un surtidor esparce el agua hacia
arriba. Este último es el punto más alto de la fuente: 9,60 metros,
medida relacionada con el diámetro del plato inferior.
La “Fuente
de los Continentes” constituye un notable ejemplo de los métodos de
reproducción en hierro trabajado mediante vaciado en moldes, justamente
por la calidad plástica y refinamiento de las figuras y motivos
ornamentales.
-Los caballitos de marly
En
el acceso al Parque, al trasponer los portones, se ubican estos dos
grupos escultóricos -caballo salvaje y domador-, uno a cada lado de la
avenida. Han sido colocados de modo que las figuras y caballos se
encuentran dando la vista principal a la avenida que corre en medio. Los
conjuntos escultóricos, de 1,90 m de altura cada uno, se alzan sobre
basamentos de 4 m. de altura.
Constituyen una reproducción de
“Los caballos de Marly” que habían sido realizados por Guillermo Coustou
para adornar los jardines del palacio de Marly y fueron colocados en
1745. El castillo fue destruido durante la revolución francesa y las
esculturas se trasladaron en 1794 a la plaza de la Concordia de París,
en el ingreso a los Campos Elíseos. Actualmente han sido reemplazados
por copias y los originales se conservan en el Museo del Louvre.
La
copia de los grupos escultóricos mendocinos fue encargada por el
gobierno provincial en 1911 a la firma francesa de Sahores y Ojeda de
París, y fue ejecutada por el artista Berthier. El contrato fue aprobado
por decreto del gobernador, Rufino Ortega (h). En éste se convenía la
realización de la "reproducción en mármol blanco de Carrara, de primera
calidad, de los ‘Caballitos de Marly’, con destino al Parque del Oeste”.
La suma fue convenida en treinta y cinco mil francos pagaderos en tres
cuotas. Cada grupo está conformado por dos figuras: un caballo y un
domador. Aunque es el mismo tema se diferencian las posiciones y formas,
tanto del caballo como del domador, otorgando así variedad al mismo
tiempo que unidad al conjunto.
Los caballos se espantan y agitan
con frenesí ante el domador. Por su lado, los domadores hacen gala de su
fuerza y energía por dominar la naturaleza salvaje de los animales.
Debido a que se espantan y encabritan, solamente se apoyan en sus patas
traseras, por lo que el artista ha colocado debajo formaciones rocosas
para dar más apoyo a la figura.
Caracteriza a este conjunto el
equilibrio de proporciones, tanto de las figuras humanas como de los
caballos y la relación entre ambas. Las formas han sido tratadas con
verismo en cuanto a anatomía, pero tanto las figuras humanas como los
caballos han sido idealizados de acuerdo a conceptos de belleza clásica y
de expresión barroca, en que movimiento y tensión otorgan una expresión
dramática, resaltando de esta forma el tema. Roxana Coll ha señalado
que Dargenville, un contemporáneo de Coustou, destacó que los domadores
representaban a un francés y un americano, siendo el último el que
lleva el carcaj con flechas en banderola.
Aunque el tema de la
representación de caballos en el arte tiene una rica tradición que se
remonta a la Antigüedad Clásica y resurge a partir del Renacimiento, los
domadores poseen un importante ejemplo en la “Fuente de las Nereidas”
realizada por Lola Mora (inaugurada en 1903), que presenta en la parte
inferior el motivo de tres domadores que sujetan por la brida a caballos
encabritados.
-Cerro de la Gloria(monumento al ejército de los andes)
El
origen del Monumento al ejército de los Andes, emplazado en el Cerro de
la Gloria, se encuentra en la Ley Nacional Nº 2.270, dictada en el año
1888, en que se dispuso la suma de $ 100.000, para la "creación en la
ciudad de Mendoza de un monumento conmemorativo de la Campaña del
Ejército de los Andes". Pero fue recién en febrero de 1909, mediante la
Ley Nacio-nal Nº 6.286 de celebración del Centenario de la Revolución de
Mayo, cuando se sancionó nuevamente su creación y se nombró una
comisión para su ejecución.
Su autor fue el escultor uruguayo
Juan Manuel Ferrari (1874-1916), quien había elaborado dos maquetas.
Para la propuesta final recogió los aspectos más importantes de ambas,
bajo los consejos del perito Francisco Moreno, integrante de la comisión
nacional.
Ferrari visitó la provincia para elegir el lugar en el
cual sería emplazado el monumento. Con el asesoramiento del Dr.
Dionisio Gutiérrez del Castillo recorrió las zonas aledañas del Parque y
luego de estudiar detenidamente el Cerro del Pilar exclamó: "Este es mi
montículo, ni mandado hacer". El 19 de enero de 1912, aniversario de la
partida del ejército de los Andes, se realizó el acto de colocación de
la piedra fundamental en la cima del cerro. El 30 de enero de 1913, por
decreto del poder ejecutivo se cambió su denominación por “Cerro de la
Gloria”.
Todo el conjunto escultórico está realizado en bronce, y
la fundición se llevó a cabo en el arsenal de guerra de la Nación. En
la realización del monumento Ferrari contó con la colaboración de J.
Oliva, V. Garino, Calistri, Guarini y Cerini. El gobierno provincial
tuvo a su cargo la nivelación de la cima y apertura de caminos del
cerro, y construcción del basamento en piedra cordillerana. La
temática es histórica y con sentido conmemorativo: la exaltación de la
Gesta Libertadora. A través de un vasto conjunto escultórico de estatuas
y relieves se han relatado los principales momentos de la epopeya,
sobre un basamento que simboliza la cordillera de los Andes. El
monumento alcanza en su punto más alto 16 metros de altura.
En su
frente aparece la estatua ecuestre del General San Martín, acompañado a
sus lados por dos grupos de Granaderos a Caballo (de cinco figuras cada
uno). Rodeando el basamento en los costados este, sur y oeste, se
encuentran tres frisos que narran los hechos más notables en la
formación del ejército. En el ubicado al este están representadas las
actividades de la maestranza a cargo de fray Luis Beltrán, en el del sur
se destacan los donativos de las damas y del pueblo, y en el oeste se
aprecia la partida del ejército hacia Chile.
En la parte superior
se encuentra representada la caballería en posición de ataque, al toque
del clarín. Sobre ésta, se eleva la figura alegórica de la Libertad
envuelta en la bandera de la Patria y mostrando las cadenas rotas que
simbolizan la Independencia, mientras que a un costado se alza el
símbolo de los Andes: un cóndor que alza vuelo. En el basamento están
colocados los escudos de Argentina, Chile y Perú.
Fue inaugurado
el 12 de febrero de 1914, en el 97° aniversario de la batalla de
Chacabuco. El día fue declarado feriado provincial. Los actos se
iniciaron a las 8.00 de la mañana con una misa en la rotonda del parque y
desfile de tropas. A las 17.00 horas se desarrollaron los actos en el
cerro, en que se procedió a descubrir el velo, se depositaron ofrendas
florales y placas recordatorias. Hacia 1940 Daniel Ramos Correas
realizó la remodelación del acceso del monumento y le colocó la amplia
escalinata adelante y el ofrendatorio con el plaquetario en la explanada
anterior a la cumbre.
El monumento, su base y su entorno fueron
declarados Patrimonio Cultural de la Provincia de Mendoza por Decreto N°
552 del 13 de abril de 1998.
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