La de Don Quijote
De Toledo a San Clemente
La
ruta de Don Quijote comienza en Toledo, ciudad imperial y una de las
más impresionantes de Castilla La Mancha. Este primer tramo tiene 250
kilómetros y pasa por Mora, La guardia, Alcázar de San Juan, El Toboso
(la localidad de Dulcinea, como todo el mundo sabe) y Belmonte. En el
valle del río Tajo, antes de llegar a Mora, nos encontraremos con
pequeñas y encantadoras villas, como Burquillos de Toledo, Nambroca o
Almonacid. En la segunda etapa de este recorrido, vale la pena detenerse
en La Guardia, una fortaleza natural con pasado visigodo, romano y
musulmán. En Belmonte, nuestro destino, nos espera un castillo.
De San Clemente a Villanueva de los Infantos
Esta
etapa se extiende 143 kilómetros y nos lleva a la provincia de Ciudad
Real. Partiendo desde San Clemente, viajaremos hasta Ossa de Montiel (y
su cueva de Montesinos, donde se localiza
de los pasajes más famosos de la novela, y sus Lagunas de Ruidera, uno
de los conjuntos laguneros más bellos de España), Pedro Muñoz, un
pequeño municipio impulsado por la industria vinícola de principios del
siglo XX, y finalmente hasta Villanueva de los Infantes, y sus restos
romanos y vestigios de la Edad de Cobre y de Bronce.
De Villanueva de los Infantes a Almagro y Calatrava la Nueva
El
tercer tramo empieza en la ciudad monumental de Villanueva para
llevarnos por las llanuras manchegas a través de Almuradiel o
Valdepeñas. Esta última, conocida sobre todo por su fantástico vino, y
por haber resistido la ocupación francesa durante la Guerra de la
Independencia. En Almagro, no podemos dejar de saborear sus berenjenas
ni de admirar un conjunto histórico candidato a ser declarado Patrimonio
de la Humanidad.
Del Valle de Alcudia a Campo de Calatrava
Llegamos
al cuarto tramo, uno de los más bellos de toda la ruta, ya que pasa por
sierras, lagunas, montes y bosques de encinares. Tiene una extensión de
198 kilómetros y tomando como salida Puertollano, el comienzo de la
ruta se realiza por la N-420. Este tramo conecta con el tercero y el
octavo. En esta etapa visitaremos paradas como Fuencaliente (con un
manantial de aguas termales bajo su iglesia), Bienservida (y su
yacimiento arqueológico de Sisapo) o Valenzuela de Calatrava, nuestro
destino final en esta cuarta andadura quijotesca
De Albacete a Alcaraz
La
ruta comienza en la ciudad más poblada de Castilla La Mancha, y cuyo
nombre proviene del árabe Al-Basit, que significa llanura. No podemos
perdernos ni su gastronomía (perdiz escabechada, pisto...) ni monumentos
como su Catedral. Disfrutaremos de la naturaleza que rodea Casa Lázaro,
la fortaleza de Alcaraz y la arquitectura popular de Vianos
(sillarejos, tapiales encalados...).
De La Roda a los Campos de Montiel, Munera, San Clemente...
El
sexto tramo de la ruta es uno de los más extensos, con 194 kilómetros;
comienza en la provincia de Albacete y termina en la de Ciudad Real.
Desde La Roda, se toma la A-31 y posteriormente la N-301 para completar
el recorrido, que atraviesa los campos de Montiel hasta llegar a San
Clemente. En este punto, la ruta se bifurca: el primer ramal nos conduce
a Bonillo y El Ballestero, tierra de lagunas, con la impresionante
Laguna Blanca. Este tramo conecta con el segundo, tercero y quinto. El
segundo nos conduce a Alcaraz, siguiendo el río Guadinana, para
finalizar el recorrido en Albaladejo y Villamanrique. Si viajamos
durante el otoño, observaremos el tono violeta que toma el campo
plantado de flores de azafrán.
De Campo de Criptana a Tomelloso, Argamasilla de Alba y La Solana
Esta
séptima etapa de la ruta acaba con la imagen de la Mancha seca y árida,
ya que recorre los manantiales, los ríos y las lagunas de la región.
Además, nos encontraremos con los famosos molinos de Campo de Criptana
(conserva una decena), y Argamasilla de Alba, donde dice la leyenda que
Cervantes, preso en la Cueva de Medrano, comenzó a escribir la novela.
De Almegro a Toledo por Ciudad Real y Consuegra
Este
octavo tramo, de 180 kilómetros, recorre las provincias de Toledo y
Ciudad Real, y contiene paradas imprescindibles como Daimiel, Malagón
(muy cerca del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y del Parque
Natural de Cabañeros), Consuegra (y sus molinos de viento) o los
paisajes de la laguna Larga y la de Taray.
De Esquivias a Illescas y Carranque
En
esta penúltima ruta, cruzamos la comarca de la Sabra, al norte de la
provincia de Toledo. Recorreremos localidades como Esquivias ('lugar
extremo o alejado', significa su nombre de raíces germánicas), Yeles y
sus hermosos olivares, Illescas (con su Giralda de la Sagra, el
campanario de la iglesia Nuestra Señora de la Asunción), y Carranque,
ciudad de paso del río Guadarrama.
De la Hoz del Rio Dulce a Sigüenza y Atienza
El
último tramo de la ruta tiene 63 kilómetros de extensión. Saliendo de
La Fuensaviñan y con destino Atienza, situado en el límite norte de
Castilla-La Mancha, no tiene conexión con otras etapas. En Sigüenza, nos
reencontraremos con vestigios romanos, visigodos, árabes y cristianos,
con un indudable sabor medieval; en Alcuneza, podremos visitar el
Castillo de Guijosa, de segunda mitad del siglo XIV...
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