jueves, 27 de junio de 2013

Tuico LA MUERTE DEL CHIPÉ (CARTAGENA)






By Extrenikito Sang

Cartagena. Por sus calles camina, con su navaja en el bolsillo, el gitano Juan Vicente Fernández, más conocido como "El Chipé". Con un metro sesenta de altura, delgado y poca cosa era uno de los más temidos delincuentes de Cartagena.

Reincidente y con algún que otro asesinato a sus espaldas (entre otros la muerte de su cuñado) y varias temporadas encarcelado, es conocido por toda Cartagena su función de guardaespaldas y salvaguarda de las derechas de la ciudad. Desde el triunfo de éstas en 1933, hasta la actualidad ha defendido a sus protectores en varias ocasiones.

Mediodía del 19 de Julio de 1936. La gente se agolpa en la Plaza de San Sebastián para obtener información, dada por Capitanía General del curso de los acontecimientos en África.

Alguien se acerca a El Chipé y le dice que los sublevados van ganando terreno. El Chipé, alentado por las noticias y viendo que en un futuro pueden estar sus protectores de nuevo en el poder, se va al Molinete (lugar muy frecuentado por él) a celebrarlo en un bar de la Calle Balcones Azules.

Más tarde llegan nuevas noticias. La rebelión está siendo contenida, son unas escasas capitales de provincias y Marruecos los que se han sublevado.

Al oír éstas, los jóvenes socialistas Patricio Zaragoza Mira y Leopoldo Satorre Reverte se dirigen al bar donde está El Chipé para detenerlo por cómplice en el levantamiento y traición a la República.

El Chipé, diestro en el uso de la navaja hiere de gravedad a los dos jóvenes que habrán de ser atendidos en el Hospital de Caridad. Se forma un gran revuelo en el bar, durante la pelea El Chipé es golpeado en la cabeza y cae al suelo semiinconsciente.

Es detenido por la Guardia de Asalto y llevado a Comisaría (En la Subida de San Diego).

Al poco toda la ciudad conoce los hechos. El Chipé, el mejor sicario de la derecha cartagenera desde hace tres años está detenido en Comisaría. Todos los odios, toda la sed de venganza. el ansia de justicia, la necesidad de buscar una válvula de escape a la situación tan tensa que se vive en las últimas jornadas en relación a la Derecha se centra en una única persona, en El Chipé. El Chipé se convierte a ojos de los cartageneros en la derecha.

Es el momento de hacerle ver el odio y rechazo que se le tiene. La multitud se agolpa en la puerta de comisaría. Más de dos mil personas solicitan que se les entregué a El Chipé para lincharlo. Comisaría se niega.

Un grupo de ciudadanos, ante la negativa se dirige al Ayuntamiento. Solicitan al alcalde, César Serrano, que les entregue a El Chipé.

Por supuesto, el alcalde se niega. Las cosas se están saliendo de madre. Decide que El Chipé debe ser trasladado enseguida a la cárcel de San Antón (inaugurada en Febrero de ese año).

Para ello manda a Manuel Martínez Norte en un coche celular para realizar el traslado. Al llegar el coche a Comisaría observan a la multitud sedienta de sangre de El Chipe agolpados en la puerta. Se consigue introducir a malas penas a El Chipé en el coche.

El coche se pone en marcha. Lento, la multitud encierra el coche y lo zarandea. Se encuentra frente a la entrada del patio trasero de la Misericordia, en calle Sor Francisca Armendariz.

La situación empeora, el coche no puede avanzar y amenaza con volcarse. No permitirán que El Chipé llegue a San Antón.

Ante la difícil situación. Manuel Martínez Norte se decide. Según sus propias palabras, sacó su y dijo:

-Chipé, te voy a hacer un favor.

Y le disparó en la base del cráneo. El Chipé muere en el coche.

Martínez Norte abrió la puerta y el cuerpo inerte se desplomó en la calle.

La multitud se detuvo. El Chipé está muerto. No hay más que hacer. Algunos se van. Otros, unos 300, continúan con ganas de darle su merecido a El Chipé, de desahogar la tensión.

Atan una cuerda al cuello de El Chipé y comienzan a arrastrarlo. La cabeza golpea los adoquines en una macabra sinfonía. Van al Paseo de Alfonso XIII (de los Mártires de la Libertad, en aquella época) y lo arrastran hasta la Plaza de España para mostrárselo al veterinario Ramón Mercader, hombre de derechas protector de El Chipé.

Gritando la gente intenta, sin conseguirlo que el veterinario salga a la ventana. Cansados de no ver respuesta continúan arrastrando el cadáver. Calle del Carmen, Puertas de Murcia, Calle Mayor, Plaza del Ayuntamiento, Muelle. La gente se horroriza al ver la salvaje comitiva.

Hace calor en este día de verano cartagenero. El Chipé necesita un baño. Lo sumergen con la cuerda en las aguas de la bahía.

En uno de los establecimientos de ocio del muelle, La Palma Valenciana, cuelgan el cadáver como muestra de justicia popular.

Se han cansado de arrastrarlo desde la cabeza. Le atan la cuerda a los pies y continúan la marcha. El Chipé sigue recorriendo Cartagena.

Paseo del muelle, Cuesta del Batel y Puertas de San José(Actual Plaza Bastarreche). Al ver la gasolinera que allí se encontraba alguien tiene otra idea, rocían el cadáver con gasolina y le prenden fuego, apenas arde por lo mojado que está.

Desanimados porque no arde comienza a disolverse la comitiva macabra. Allí queda el cuerpo destrozado de El Chipé, simbolizando el odio visceral entre los de izquierdas y derechas. Allí permanecerá hasta que, a la mañana siguiente, recoja el cuerpo la Cruz Roja. Allí queda el cuerpo, anunciando la inminente Guerra Civil que comienza a posar su manto sobre la vieja piel de toro.


La muerte del Chipé
El 19 de julio de 1939 se produjo en Cartagena un hecho que, mitificado por la tradición oral, permanece aún en la memoria popular. Fue la muerte de Juan Vicente Fernandez conocido por el "Chipé", un individuo de étnia gitana natural de Alhama de Murcia.
El suceso que originó los acontecimientos no hubiera pasado de ser un intento de homicidio que seguramente hubiera dado con los huesos del "Chipé" en la cárcel, lugar bastante conocido por él, de no ser por la tremenda tensión y confusión que se vivía en Cartagena a causa de la sublevación del ejercito de Marruecos que habia tenido lugar dos dias antes de los hechos, y las implicaciones públicas del personaje, al que el pueblo atribuía la condición de sicario de la derecha cartagenera más reaccionaria.
Pero aún así no hubiera sido más que una de las primeras ejecuciones de la sinrazón que enfrentaría a los españoles en los tres años siguientes. Lo que hizo que el "Chipé", un vulgar delincuente, llegara a las páginas de la historia fue el intento de asalto y linchamiento en la Comiseria, entonces situada en la subida de San Diego. La necesaria ejecución por la autoridad "de facto", y el arrastre, ahorcamiento y quema de su cadáver, por varios cientos de cartageneros. Esta es su historia ….
LOS CHIPÉS
En 1918, la casa de la familia de los "Chipés", estaba en la plaza de los Carros (actual plza. Alcolea), Juan Vicente era el cuarto hijo de José Vicente Vargas, natural de Alhama de Murcia. La mayor de los hermanos era Dolores de 30 años, le seguian Sebastián de 27 años, Joaquina de 19, Juan de 17 y Asunción de 15.
Dolores estaba casada con Antonio Vargas Utrera y vivian en San Antón.
En la plaza de los Carros, los "Chipés" ejercian su oficio de esquiladores y trapicheadotes de ganado. En aquellas fechas dicha plaza era el lugar de parada de los arrieros y cercana a donde se celebraba el mercado de animales, una ubicación idónea donde los "Chipés" se desenvolvian como pez en el agua.
El apodo ·Chipé" sin duda tiene su origen en el "caló" chipen que significa verdad y cuyas acepciones cabal o bien hecho son las aplicables a nuestro caso.
José Vicente Vargas, esquilador, cuando finalizaba un trabajo decia -me ha quedao chipé-, por lo que llegó a ser conocido por ésa expresión que pasó, como era costumbre a su familia y por ende a nuestro protagonista.
LA INQUIETANTE PRIMAVERA DE 1936
En febrero de 1936 el Frente Popular gana las elecciones legislativas. Este hecho llenó de inquietud a los caciques que durante la época de la dictadura habian disfrutado de innumerables privilegios y ahora sentían cómo su poder se veía amenazado.
En Cartagena se habian organizado las "Juventudes Socialistas Unificadas", formadas por jóvenes de ideología socialista y también comunistas.
Durante la campaña a los comicios se llevaron a cabo multitud de mítines por parte de las dos grandes coaliciones (Frente Popular y Coalición de derechas). En toda España se vivian actos de violencia entre seguidores de ambas formaciones, conocidos son los incendios de iglesias, quema de imágenes y agresiones a curas y monjas, llevados a cabo por parte de radicales de izquierdas. En Cartagena ocurría lo mismo y eran habituales los enfrentamientos entre ambos bandos durante la campaña electoral.
Por tal motivo, ambas formaciones disponian de personal de seguridad que protegía los actos. El "Chipé", destacó negativamente en este aspecto, los hechos que provocaron su muerte, quizás tengan mucho que ver con su actividad politica.
19 DE JULIO DE 1936 LA MUERTE DEL CHIPÉ
En aquel domingo del 19 de julio en Cartagena, se vivian momentos de nerviosismo y de incertidumbre. Dos dias antes el general Francisco Franco se había trasladado de incógnito a Marruecos y allí había sublevado a las fuerzas destinadas en Marruecos, se había iniciado un golpe de estado al gobierno de la República, pocos dias antes habia sido asesinado el lider de la oposición José Calvo Sotelo por miembros de la izquierda más reaccionaria. En ese momento todos se preguntaban el alcance que podían tomar los acontecimientos, si la República sofocaría el golpe, o si éste se propagaría por el resto de la península, corrían rumores de todo tipo.
Sobre las doce del mediodía muchos cartageneros se agolparon a las puertas del edificio de Capitanía en las Puertas de Murcia para recabar información, allí se encontraba el "Chipé", alguien le informó de que el golpe estaba triunfando, y decidió ir a celebrarlo a un bar de la Calle Balcones Azules, habitualmente visitado por él.
Corrieron posteriormente noticias de que la sublevación habia fracasado y que el apoyo sólo habia sido en Africa y en algunas capitales de provincia. Ante la euforia del momento, dos jóvenes de las Juventudes socialistas, Patricio Zaragoza Mira y Leopoldo Satorre Reverte, quisieron tomarse la justicia por su mano y decidieron ir en busca de Juan Vicente Fernandez. Sabian donde encontrarlo, llegando al bar intentaron detenerlo por cómplice del levantamiento y por traidor a la República. El "Chipé" fue consciente inmediatamente de sus intenciones y sin mediar palabra asestó una puñalada a cada uno de los jóvenes, posteriormente alguien le golpeó en la cabeza dejándolo en el suelo semiinsconciente.
No tardó en aparecer por allí la autoridad, dos cabos de la Guardia de Asalto lo detuvieron, conduciéndolo a la Comisaría, que en aquellos momentos se encontraba en la Subida de San Diego. Los jóvenes fueron atendidos de sus heridas en el Hospital de Caridad que existía por entonces en la Calle San Vicente. La noticia de lo ocurrido se extendió rápidamente por toda la ciudad, las versiones eran dispares como suele suceder cuando las noticias corren de boca en boca y los hechos se magnificaron de tal forma que se concentró una multitud de personas ante Comisaría exigiendo la entrega del reo para hacer justicia.
Ante esta situación los funcionarios se negaron a las pretensiones de la masa enfervorecida, se formó una comisión que se trasladó al Ayuntamiento para entrevistarse con el Alcalde D. César Serrano. Éste tambien se negó a la entrega y viendo la magnitud que estaban tomando los hechos decide enviar a D. Antonio Martinez Norte, miembro de la C.N.T. y del Comité que se habia hecho cargo del Ayuntamiento, con un vehículo oficial y chófer para trasladar al preso desde Comisaría a la nueva cárcel de San Antón, inaugurada en febrero de ése mismo año. El vehículo subió por la Calle Saura, para eludir a la muchedumbre entrando por la puerta de atrás de Comisaria.
Al comprobar la situación, decidió actuar rápido, montaron al "Chipé" en el coche y entretanto desde el interior del edificio alguien avisó al gentío de lo que se estaba fraguando. Acto seguido la muchedumbre se trasladó por la Calle de la Gloria hasta la parte trasera de Comisaría, cortando el paso del vehículo oficial. La situación era muy tensa, cerca de dos mil personas cerraban el paso al vehículo que custodiaba e intentaba llevar al reo a la carcel de San Antón. Antonio Martinez Norte intentó sin éxito avanzar unos metros entre la multitud, fue imposible, tenía que tomar una decisión rápida y lo hizo.
Estaban atrapados en la zona del patio trasero de la Milagrosa (actual aparcamiento del Ayuntamiento en Calle sor Francisca Armendáriz), empezaron a zarandear y golpear el vehículo, Antonio Martinez Norte lo vió claro, sacó su arma, una pistola STAR nueve milímetros corto y dirigiéndose al "Chipé" le dijo: Chipé te voy a hacer un favor. El detenido comprendió enseguida las intenciones del edil, pidió clemencia e inclinándose hacia delante recibió un disparo en la nase del cráneo que le causó la muerte. Acto seguido Martinez Norte le expulsó fuera del vehículo entregando el cuerpo del malogrado Juan Vicente Fernandez a la masa enfervorecida, ante la confusión el coche pudo abandonar el lugar (el relato de estos hechos fue hecho por el protagonista en los mismos, Antonio Martinez Norte).
ARRASTRE DEL CADAVER DEL CHIPE POR LAS CALLES DE CARTAGENA
Muchos de los allí concentrados quedaron sorprendidos ante el hecho de ver al cadáver inerte a sus pies. La mayoría fue abandonando el lugar, pero los más exaltados, un grupo de unos trescientos, no conformes con su muerte, buscaron cuerdas lo ataron por la cabeza y lo llevaron arrastrando hasta el Paseo de los Mártires de la Libertad (hoy Paseo de Alfonso XIII). Pensaron en dirigirse hacia la casa del veterinario Ramón Mercader, conocido derechista y protector del "Chipé", ya que era contratado por éste como conductor de su carro para los viajes e incluso de guardaespaldas.
Al llegar a la Plaza de España, se detuvieron frente al conocido como "banco del herrador", donde vivía Mercader gritando: - Aquí tienes a tu protegido, - Tu cochero ha sido ajusticiado. La marcha continuó por la Calle del Carmen, Puertas de Murcia, Calle Mayor y Plaza del Ayuntamiento, en dirección al Puerto.
La cabeza del "Chipé" golpeaba contra los adoquines produciendo un sonido siniestro. Llegados al muelle se les ocurrió que hacia mucho calor y pensaron en darle un remojón al cadáver ya que debia de estar acalorado después de tan largo paseo. Después se dirigieron por el Paseo del Muelle hacia la zona de bares que se instalaban por verano, en la terraza del bar La Palma Valenciana colgaron el cadáver, después lo descolgaron atando al difunto por los pies y continuaron arrastrándolo hasta la Cuesta del Batel. Al llegar a las Puertas de San José, en la Plaza Bastarreche, le rociaron de gasolina e intentaron prenderle fuego, pero el cuerpo no ardía ya que aún estaba mojado, así que pensaron que ya habia sido suficiente y allí abandonaron el cadáver.
Tuvo que ser a la mañana siguiente cuando miembros de la Cruz Roja recogieron al difunto y lo trasladaron al cementerio de los Remedios.
Antonio Martinez Norte, concejal del AyuntamientoAntonio Martinez Norte, concejal del Ayuntamiento responsable de su muerte.Cadaver del ChipéEn la imagen, estado que presentaba el cadaver del "Chipé".

Recorrido del arrastre del cadaver del ChipéRecorrido que siguió la comitiva que arrastró el cadaver del "Chipé" por las calles de Cartagena.


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