lunes, 24 de junio de 2013

Tuico Moda de los años 40



“LA GUERRA Y LA ALTA COSTURA”
La guerra y la alta costura, dirían más de uno: no tienen nada que ver. No
obstante la resistencia de Francia haya su expresión natural en la moda.
Ya podía la materia prima ser escasa y la legislación severa, las francesas
estaban dispuestas a mantener su reputación de mujeres mejor vestidas del mundo,
incluso durante la segunda guerra mundial. A pesar de todos los conflictos por
los que se pasaba, desarrollaron un estilo extraordinariamente extravagante para
demostrar su independencia. En el resto del mundo las mujeres creían que su
deber era vestirse con modestia y sobriedad, las francesas pusieron sus cartas
sobre la mesa y empezaron a utilizar los labios de rojo oscuro y los vestidos de
colores vivos en azul, blanco y rojo. En comparación con la incomparable
elegancia de los años 30`s la moda se llevo durante la ocupación y pecaba de
falta de espontaneidad. Todo parecía calculado y en realidad lo era; ya que los
pañuelos de seda multicolor se convertían en faldas campesinas o turbantes o
bien se cosían a trajes y pantalones como si fueran remiendos, aunque no tanto
para disimular el desgaste de la ropa, sino por pura coquetería.
Los sombreros y zapatos; crecieron a lo alto; las mujeres intentaban mantener el
equilibrio sobre plataformas y cuñas de madera y corcho, al tiempo que hacían
malabarismo en la cabeza con todo tipo de engendros recargados de cualquier
material; como papel de periódico con velo, flores, terciopelo o plumas, cabe
mencionar que los sombreros fue el único accesorio que no sufrió restricciones
en cuanto al material.
Entre el sombrero exagerado y el calzado macizo, casi no se reparaba en el
cuerpo, ya que la figura era muy delgada y la escasa ropa que lo cubría era de
seda cruda.  Este hecho fue un escándalo ya que durante esta época se llevaba el
rayón y las fibras sintéticas.
Lucien Lelong; era el presidente del sindicato de la cámara de la costura, entre
1936-46, tuvo que hacer gala de sus cortes de persuasión para salvar la
industria de lujo en París, contaba con la ayuda de las francesas ya que
demostraban que podían hacer mucho más que las mujeres de otros países.
Lelong  consiguió salvar también su propia casa de modas, así como también
negociar ciertas garantías para la alta costura, lo que permitió la
supervivencia de muchas otras empresas dedicadas a la alta costura, como Laving,
Fathy Rochas. Las creaciones de Lelong ganaron una gran reputación por su
elegancia y consiguió una gran relevancia durante la guerra al asegurar la
continuidad de la alta costura.
En 1942 las colecciones de primavera se presentaron en Lyon; que era la zona de
libre comercio y estaba abierta a  los suizos, españoles, además de los alemanes e italianos.
Las modistas no disponían de cantidades de telas ilimitadas, así que los
franceses utilizaron tanto material como les fue posible, para que no les
quedara nada a los alemanes.
Los diseñadores tampoco se quedaron cortos en cuanto a mano de obra ya que
cuanto más personal necesite menos gente podía ser movilizada.
Esta es la razón de que la extravagancia reinara en París, mientras el resto delmundo se apretará el cinturón.
En Alemania  las mujeres seguían esperándose un aspecto atractivo y limpio, pero también modesto y virtuoso, eso significaba nada de joyas, ni pieles y sobretodonada de maquillaje.
En Inglaterra el racionamiento se obligó a decretar en 1941 normas dolorosamente
exactos como cantidad de tela por prenda, largo y ancho máximo de faldas, número máximo de pliegues, botones y complementos, etc. Los bolsillos de parche, puñoS de vuelta y las vueltas en los pantalones estaban prohibidos; así como bolsillos de cartera y pinzas todo ello en un intento de ahorrar tela.
La seda era tabú  para la población civil ya que estaba reservada para la
aplicación de paracaídas, por eso se consideraba  una deliciosa frivolidad
hacerse ropa interior con los restos de los paracaídas.
Las restricciones imperantes de EE.UU. no eran tan estrictas como en Gran
Bretaña, pero la gran presión moral sobre las mujeres era igual de fuerte.
Entre 1941 y 1945 la moda no sufrió ningún cambio digno de mención. Los trajes
rectos adquirieron un aire ligeramente más militar, las faldas se acortaron y
los sombreros se hicieron más estrafalarios, de modo que las proporciones
quedaron totalmente deformadas.
Esta imagen desproporcionada tenía cierto atractivo ya que reclamaba atención sobre los cuerpos bien formados y los movimientos elegantes. Fue justamente durante la guerra cuando mucha gente aprendió apreciar  la calidad; se empezaron a valorar los tejidos resistentes y de tacto agradable como el algodón, la lana y el lino; también la confección adquirió de repente una importancia inusitada desde que las mujeres habían empezado hacerse la ropa, sabían diferenciar las prendas de calidad de las malas, ya que prácticamente no había nada que ellas no hubieran usado hacer tales como zapatos de corcho sujetos con tiras, cinturones de pedazos de madera e incluso bolsas de mano hechas de restos de alfombras.
Los pequeños bolsos que se llevaban bajo el brazo fueron desplazados por amplias bolsas colgadas al hombro donde cabía de todo. Las correas permitían llevarlas con toda comodidad.
En los países afectados por la guerra las mujeres aprendieron a sacar el mejor partido de lo que estaba a su alcance.
Las revistas femeninas eran de gran ayuda para ellas. Al terminar la guerra a la población le costó entregarse al cambio de sentimientos triunfales.
El interés por el teatro, el cine y la música surgió con fuerza, la vida social
no se recuperó tan rápidamente como la cultura, todavía reinaba cierta sensación
de vergüenza que prohibía divertirse porque sí.
Las mujeres se dejaban ver con furrós ceñidos de mangas largas y pequeños escotes cuadrados, la falda llegaba hasta los tobillos y estaba prohibido lucir joyas yadornos descabellados cuando mucho permitían pequeños bordados sobre el casto escote.
En aquellos años de la post-guerra incluso los modistos jóvenes se sentían
obligados a ser sensatos y no se atrevían a dar cancha a la extravagancia.
La revolución no empezaría hasta 1947 con Christian Dior, era poco conocido y
que revolucionó la moda europea. Presentó la primera colección de alta costura
con unos diseños que la prensa americana bautizó como el “new look”, se trataba de una moda femenina en todos los aspectos, ostentosa que destacaba las curvas y además elegantísima.
Esta nueva línea se distinguía claramente de la seriedad que caracterizaba tanto la moda de pre-guerra como la de la contienda.
Los rasgos de la nueva femineidad venían determinados por largos que llegaban a la altura de la pantorrilla, faldas anchas, cinturas de avispa con talle
estrecho, cadera acolchada y hombros estrechos y con caída.
El lujo que ostentaba la moda de Dior representaba todo lo nuevo y era la vida distinta que todos anhelaban.
El rasgo más sorprendente de la nueva moda era que la línea había cambiado por completo que comparada con la de los años de guerra esta sugería fragilidad y femineidad. La característica principal de esta nueva moda, era la parte superior muy ceñida  y la cintura destacaba demasiado, mientras las faldas llegaban hasta el suelo o pantorrillas y resultaba muy amplia.
Con esta nueva moda que realzaba las formas femeninas volvían a requerir
rellenos corpiños.
TEXTILES
Para confeccionar los nuevos vestidos se necesitaban grandes cantidades de tela, hecho que encarecía mucho respecto a los años anteriores.
Simultáneamente aparecieron todavía una serie de materiales nuevos y económicos, que también se ajustaban a este nuevo tipo de ropa elegante.
Salieron al mercado distintas fibras sintéticas que poseían el mismo brillo y
las mismas propiedades que la seda y el tafetán, pero resultaban
considerablemente más económicas además que no eran tan delicadas ni requerían de tanto cuidado como los nobles tejidos tradicionales.
Para el vestuario de noche se confeccionaban con las telas más nobles como el
tafetán bordado en oro, pero para los no tan adinerados también existían
variantes en cuanto a textiles y se empleaban fibras sintéticas y estampados en vez de bordados.
MODA PARA LA NOCHE
Recobró importancia y constituyó el campo ideal en el que exteriorizar los
sueños de la moda sobre la femineidad más elegante.
Largos vestidos y escotes profundos que dejaban los hombros al descubierto y
constaban de ballenas en la parte superior.
Así mismo apareció una nueva clase de vestido (cóctel) que resultaba más
elegante que un vestido  de tarde pero menos formal que uno de noche, ya que
nunca llegaba al suelo y además el proceso de producción no era tan costoso.
Los vestidos de cóctel se podían llevar en ocasiones muy diversas y en
determinadas circunstancias, incluso las primeras horas de la noche.
PEINADOS, ACCESORIOS  Y CALZADO
Los flequillos ahuecados en lo alto desaparecieron por completo y dieron paso a
un cabello más corto y ligeramente ondulado.
Los guantes formaron parte del atuendo, al igual que los sombreros y los zapatos combinados con los bolsos. Se llevaban tanto los pequeños y decorosos como los grandes, lisos y llamativos. Los zapatos se conformaban con hormas más estrechos lo que daba  un aspecto suavemente redondeado.
El zapato de noche era muy abierto resultaba muy chic llevar zapatos de flamenco ya que presentaba una apertura para el dedo gordo.
MODA PARA CABALLERO
Inmediatamente después de la guerra la mayoría de los hombres llevaban uniforme viejos que por la precariedad en la que vivían aunque no siempre este era el caso; se transformaron en vestuario civil. Se hacían confeccionar la ropa de los restos de tejidos independientemente de su procedencia.
La combinación pantalón y americana de tejidos distintos pero que combinaron se
convirtieron en la opción con más posibilidades ya que permitía múltiples
variaciones.
A finales de los 40`s se impuso la línea  “V”procedente de EUA, que se
caracterizaba por los hombros anchos y las caderas estrechas, así la moda para caballero recibió un nuevo impulso.
Por las noches se seguían unas normas para vestirse durante el día, el hombre
casi siempre llevaba un terno con botonadura simple o doble en colores oscuros.
Debajo asomaba una camisa blanca y una corbata estrecha y decorosa. Los
americanos conservaban una línea bastante ancha, que se ajustaba al hecho de que los hombres fueron ganando peso a medida que fuera creciendo el bienestar económico, las camisas de nylon requerían menos cuidados que las habituales camisas de algodón.
El sombrero volvió a ser obligatorio y debía combinarse con el traje.
La moda orientada al tiempo libre ofrecía una variante mas ligera del traje; ya que para este tiempo se confeccionaba con tejidos más frescos y a veces con más colorido.
LA MODA COTIDIANA O DE CALLE
La silueta del nuevo look también se reflejaba en la ropa de diario. Los trajes volvían a ser parte fundamental del ropero  de muchas mujeres. La mayoría de las faldas eran estrechos y llegaban a media pierna, las chaquetas eran entalladas y presentaban un pequeño faldón así como una solapa muy marcada pero no muy larga, también presentaban en ocasiones cierres desiguales.
Tenía mucha aceptación las combinaciones de falda y blusa o bien de falda o
conjunto que consistía en un jersey en un corte intemporal y una chaqueta de
punto combinada casi siempre del mismo color. Así mismo los vestidos formaban el
atuendo estándar de invierno se confeccionaba con lana fina de colores oscuros,
mientras para los de verano se fabricaban en algodón, seda y las recién
aparecidas fibras sintéticas o artificiales, pero siempre en colores vivos.
Presentaban la misma silueta que los trajes, la altura hasta media pierna, con
falda ancha y solía ser plisada u ondulada y la parte superior muy ceñida y
moldeaba el busto por lo que se requería de un corpiño fuerte.
Las mangas eran estrechas y largas o llegaban hasta medio brazo, en verano
muchos vestidos no tenían mangas y presentaban escotes profundos, los hombros
solo se podían llevar descubiertos en los vestidos de noche y de cocktail
Para la noche apareció el “baby doll”  que eran pantaloncitos bombachos y mangas abollonadas este solo podía ser usado por las jóvenes.
El traje de baño seguía teniendo unas perneras relativamente largas y además solía presentar una falda corta.
DISEÑADORES IMPORTANTES DE LOS 40`S
PIERRE BALMAIN. Las creaciones de este diseñador se describen como vestidos femeninos que realzan la figura, con un lujo minimizado. Se distinguían por su elegancia, comodidad y belleza de colores.
JACQUES FATH. Sus diseños se distinguían por ser elegantes y sexies e iban dirigidos específicamente a una clientela juvenil con ganas de exhibir un glamour ligeramente provocativo. Los pliegues y la asimetría, así como las líneas quebradas o en zig-zag, realzaban el dinamismo de sus prendas, al igual que los colores y estampados de telas.
CHRISTIAN DIOR. Revolucionó la moda de post guerra de los 40`s . Lanzó en llamado “new look” que se trataba de una moda femenina en todos los aspectos, ostentosa y que destacaba las curvas y que además era elegante.
HUBERT DE GIVENCHY.  Sus diseños se distinguían por ser diferentes a los demás, creó diferentes tipos de moda desde los pantalones pirata hasta elegantísimos trajes de cóctel y sugerentes trajes de noche. Creó la llamada blusa de algodón blanco nombrada “blusa maniquí”; esta con mangas de volantes y bordados.
Los colores luminosos y estampados alegres se convirtieron en el distintivo de
la marca.
JACQUES GRIFFE. Se distinguía por el uso de colores fuertes, así como las telas que permitían realzar el cromatismo, como el moaré o el lame. La técnica delcorte que empleo Vionnet tuvo una influencia manifiesta en las creaciones de Griffe, realizaba el corte al bies (sesgo), trapeaba y anudaba las telas.
CRISTOBAL BALENCIAGA. Se distinguía por tener un estilo elegante, orientado al futuro, a la vez que muy dramático. Creaba formas artísticas en sus diseños, ya que para él era muy importante aplicar un carácter artístico a la moda.


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